261.108 personas se sumaron a la modalidad de teletrabajo en Costa Rica en el último año. El dato es uno de los hallazgos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), este jueves.
La medición, que ofrece datos para el tercer trimestre natural del 2020 (julio, agosto y setiembre), detalla que para ese periodo un año atrás la cantidad de empleados que desempeñaban sus labores desde la casa era de 21.524, pero creció a 282.632 por el efecto de la pandemia.
Se trata de un crecimiento de 1.186% en la cifra de teletrabajadores a nivel nacional. El reporte de la encuesta detalla que el 48,3% de quienes laboran en esta modalidad son hombres y el 51,7% por mujeres.
La mayoría de personas que desempeñan este sistema laboran en ocupaciones profesionales, técnicas y de personal de apoyo administrativo.
Datos adicionales solicitados por EF al INEC, muestran que dentro del grupo de 1,29 millones de la población ocupada asalariada para este trimestre, el 78,8% no realiza trabajo desde casa.
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), aseguró en una conferencia de prensa el pasado lunes 2 de noviembre, que el aumento en la tasa de desempleo evidencia que hay dos grupos particularmente golpeados: las personas con puestos no teletrabajables y las mujeres del sector informal.
Para el jerarca del Central existe una relación directa entre la tasa de desempleo y la capacidad de teletrabajar, de manera que los puestos que permiten esta modalidad son menos susceptibles a perderse durante la crisis.
LEA MÁS: Siete errores que cometen las empresas y que arruinan el teletrabajo
Los sectores más golpeados por el impacto de la pandemia registran recortes de casi 11 horas en la jornada promedio laboral por semana. Así se muestra en los casos de la actividades artísticas, de entretenimiento y recreación, según datos del BCCR.
Un efecto similar se presentó en el turismo, comercio y transportes, que son ramas que dependen de la apertura de negocios y el turismo receptor, ambos prácticamente disminuidos ante las medidas para contener el contagio de la COVID-19.
La tasa de desempleo nacional alcanzó el 22% de la fuerza laboral del país en el tercer trimestre del 2020 (julio, agosto y setiembre). El indicador para los hombres fue del 17,4% y para las mujeres del 29%, se trata de variaciones estadísticamente significativas en la comparación interanual.
El 20,4% de la población asalariada del país, es decir, 265.000 empleados, iniciaron el teletrabajo o aumentaron los días en este formato por la emergencia sanitaria.
El Gobierno ordenó el teletrabajo al sector público el pasado 9 de marzo, tres días después de la aparición del primer caso de coronavirus en el país.
Los diputados aprobaron, el 30 de julio del 2019, la Ley para Regular el Teletrabajo (9.738) que fue firmada por el presiente de la República, Carlos Alvarado, el 18 de setiembre de ese mismo año.
Esta normativa define que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) entregará una vez al año un reconocimiento a las empresas o personas “Tele-empleadoras”, además define las reglas claras para implementar esta modalidad en las compañías privadas y en las instituciones estatales.
Las empresas privadas que deseen obtener este reconocimiento deberán fomentar el sistema de trabajo remoto, no tener multas ante la Dirección Nacional de Inspección, contar con al menos el 10% de la planilla en ese formato y no tener deudas de los aportes patronales públicos.
Datos del Centro Internacional para el Desarrollo del Teletrabajo (CIDTT), a octubre del 2019, mostraban que cerca de 12.000 personas laboraban desde su casa en este modalidad.
Una persona que trabaja desde su casa puede conseguir ahorros por hasta ¢595.200 al año en rubros como vestimenta, transporte, alimentación y otros, aunque tendrá que asumir gastos en electricidad, agua e Internet.
Las cifras se desprenden del Primer Informe del Teletrabajo en Costa Rica 2017, elaborado y publicado por el CIDTT. El documento también destaca que la implementación de este formato necesita, sí o sí, de un cambio en la cultura de las organizaciones.
LEA MÁS: Siete errores que cometen los empleados y que arruinan el teletrabajo en tiempos de pandemia
Los efectos económicos del teletrabajo son positivos para las empresas y para los colaboradores. No en vano el Gobierno emitió en el pasado cinco decretos y tres proyectos de ley desde el 2008 para impulsarlo. Hasta que finalmente se aprobó la legislación en 2019.
Sobre el impacto de las diferentes medidas adoptadas por los patronos en el contexto de la pandemia, la ECE señala que el 33,2% de los trabajadores dijo tener suspensión de contratos por menos de un mes, 40,1% por un mes o más, y 26,7% de manera indefinida.
Un dato que llama la atención es que ocho de cada diez asalariados no tuvo ninguna reducción de su ingreso, mientras que casi el 18% vio como se le contrajo en al menos su remuneración como una de las acciones legales adoptadas durante la crisis por los propietarios de las empresas.
Beneficios del teletrabajo
🡆 Contribuye con la eficiencia y modernización del trabajo, la reducción de costos en las oficinas físicas y el aumento de la productividad.
🡆 Promueve el empleo en los territorios, así como la atracción y retención de talento.
🡆 Genera ahorros de aproximadamente ¢270.000 anuales por trabajador, en conceptos como electricidad, agua, mobiliario, espacio físico y mantenimiento.
LEA MÁS: 10 temores que limitan la aplicación del teletrabajo en las empresas de Costa Rica
🡆 A los trabajadores les permite el ahorro de costos y tiempo por desplazamientos, y los ayuda a mantener un balance entre la vida personal y laboral. Se estima en unos ¢320.000 anuales la reducción de gastos.
🡆 Ayuda al descongestionamiento vial y disminuye la huella de carbono.
🡆 Promueve la inserción laboral de poblaciones en vulnerabilidad, así como de las diferentes zonas del país.
Fuente: Centro Internacional para el Desarrollo de Teletrabajo.