Luego de un mes de reveses y de presiones, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció su retiro de la contienda por la presidencia en noviembre próximo. “Si bien ha sido mi intención buscar la reelección, creo que es lo mejor para mi partido y mi país que dé un paso al lado y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como presidente por el tiempo restante de mi período”, redactó en un comunicado.
A pesar de que en múltiples ocasiones descartó tomar esta decisión, Biden finalmente cedió luego de cuatro semanas catastróficas en las que acumuló un debate fallido, dudas sobre su integridad cognitiva para acometer un nuevo mandato a los 81 años, encuestas cada vez más desfavorables y presiones desde su propio en el Partido Demócrata para buscar una alternativa distinta.
Incluso Biden ablandó su discurso en medio de este escenario. Hace solo un par de semanas dijo en una entrevista con ABC News que solo dejaría la contienda si el “Señor Todopoderoso” se lo pidiera en persona. Pero en los últimos días deslizó otras posibilidades como la inminencia de sentirse derrotado o problemas de salud.
Esta situación es completamente inédita en la política estadounidense: Biden se retira a menos de cuatro meses para los comicios y la incertidumbre es máxima, aunque el mandatario asegura que dará declaraciones esta semana para ampliar sobre su decisión.
Ante su salida de la contienda, los demócratas tendrán que elegir a una nueva figura para llenar el espacio de Biden en las papeletas en una carrera contra el reloj y con un Donald Trump que del otro lado de la acera avanza a paso firme después de sobrevivir un intento de asesinato durante un acto público en Pensilvania y consolidar la unión de su Partido Republicano, incluso con la bendición más reciente de sus principales competidores y críticos en la contienda interna.
¿Quiénes son las principales figuras del lado demócrata que podrían sustituir a Biden y cuáles pasos deberá seguir el partido para nombrar un relevo? EF le explica.
Alternativas
La orfandad política del Partido Demócrata le obligará a buscar un nuevo candidato entre múltiples opciones.
Entre ellas, se han barajado los nombres de figuras ya establecidas como la actual vicepresidenta Kamala Harris; o los de otras personalidades en auge, que se consideraban como presidenciables de cara a la contienda de 2028.
Entre este último grupo se ha hablado de personas como Gavin Newsom, JB Pritzker, Gretchen Whitmer, actuales gobernadores de California, Illinois y Míchigan.
Kamala Harris se convirtió en la primera vicepresidenta de raza negra y surasiática a partir de 2021 y, a pesar de que su rol no ha sido de mayor protagonismo desde entonces, su experiencia política es amplia y antes había sido precandidata demócrata, senadora por cuatro años, fiscal general de California y fiscal del distrito de San Francisco.
Gavin Newsom, por otra parte, se ha convertido en una figura reconocida por su perfil liberal y su defensa de causas relacionadas con el aborto, los derechos humanos y el control de armas, algunas de las cuales le han generado las más duras críticas de sectores conservadores y de figuras como el magnate Elon Musk. Este último recientemente anunció que trasladaría dos de sus empresas a Texas por políticas adoptadas en California, bajo el impulso del demócrata, relacionadas con poblaciones transgénero menores de edad.
Gretchen Whitmer, también liberal en asuntos sociales, cerró la economía de su estado durante la pandemia y lidera un territorio ‘bisagra’ (clave para los comicios) que hasta su elección había sido dominado por los dirigentes republicanos.
Es particularmente conocida por un incidente en octubre de 2020, cuando el FBI descubrió planes por parte de un grupo de extremistas que pretendían secuestrarla.
Por último, JB Pritzker, es el heredero de la familia propietaria de los hoteles Hyatt y, aunque no es la carta más atractiva de todas, su condición de millonario le permitiría autofinanciar una campaña en corto tiempo.
Potabilidad política
A pesar de la variedad de opciones, la selección de la candidatura adecuada parece un campo minado y ninguna garantiza una victoria demócrata frente a Trump en noviembre. Ese, precisamente, fue uno de los principales argumentos de asesores y personas cercanas a Biden para hablar en contra de la renuncia a su candidatura.
Esta complejidad la reflejó una encuesta de Reuters y la firma Ipsos, publicada el 2 de julio, luego del fallido debate de Joe Biden frente a Trump.
Ese día, Biden enmudeció por momentos e incluso hizo un comentario en contra del programa Medicare, que tanto reivindica su partido, cuando aparentemente quería referirse a la enfermedad del coronavirus.
La encuesta de Ipsos y Reuters determinó que, a pesar de que Biden acumulaba una intención de voto similar a la de Trump hasta ese momento (aunque más tarde se amplió la brecha), ninguna de las otras principales opciones demócratas para la Casa Blanca tenían mejores resultados en intención de voto frente al republicano.
La diferencia porcentual en favor de Trump, según ese sondeo, era de 1 punto porcentual sobre Harris, de 13 puntos sobre Newsom, de 5 puntos sobre Whitmer y de 6 puntos sobre Pritzker,
De ellos, además, solo la vicepresidenta llamaba la atención de una mayor cantidad de votantes que Biden, aunque también suscitaba un mayor impulso de voto en favor Trump.
La única figura demócrata con un respaldo popular marcadamente superior al de Trump de cara a una eventual contienda, según el estudio, era Michelle Obama. La exprimera dama aventajó a Trump por más de una decena de puntos porcentuales en el sondeo; sin embargo, es una figura que se ha mostrado renuente a emprender una carrera política hasta el momento.
La encuesta también contempló al gobernador de Kentuky, Andy Beasher, pero este también se quedó 4 puntos porcentuales por debajo de Trump.
Factores como la posibilidad de dar continuidad al actual gobierno de Biden y los resultados ajustados en una eventual contienda frente Trump parecen hacer a la vicepresidenta Harris favorita para reemplazar a Biden, como la carta menos riesgosa para el Partido Demócrata. Pero la encuesta de Reuters e Ipsos también demostró que es la posible candidatura demócrata con un menor potencial de crecimiento, pues se trata de la figura más conocida de todas las alternativas a Biden y la que más opiniones negativas acumula.
La maniobra
Si bien Biden ganó la contienda interna demócrata para buscar la reelección, no puede nominar por su cuenta a un sucesor o una sucesora. Sin embrago, analistas consideran que su opinión será clave en este proceso.
Cualquier persona que desee la candidatura demócrata necesita el voto de confianza de la mayoría de los delegados de la agrupación (unos 4.000 en total), de los cuales más de 3.900 ya respaldaron a Biden.
Si nadie obtuviese un respaldo mayoritario, entonces los 700 superdelegados (incluidos legisladores) tendrían que responsabilizarse de la decisión, explican medios estadounidenses como la cadena NBC.
Biden se convierte a partir de ahora en el primer presidente demócrata estadounidense que no busca la reelección desde que así lo decidió Lyndon B. Johnson, quien gobernó entre 1963 y 1969.
Johnson asumió tras el asesinato de John F. Kennedy y luego fue elegido popularmente en las elecciones de 1964, a través de una votación holgada. Durante su gobierno promovió leyes de derechos civiles y la primera ley de control de armas; no obstante, su popularidad cayó drásticamente por su gestión de la guerra de Vietnam. En un tono similar al de Biden, las condiciones políticas le obligaron a decantarse por no buscar un segundo mandato.
55 años después, Biden repite la historia luego de un paupérrimo primer debate, lapsus y confusiones en intervenciones públicas (incluida la de llamar Vladimir Putin al presidente ucraniano Volodímir Zelenski), y hasta una reciente infección de covid-19.
Biden logró evitar que Trump se mantuviera en la Casa Blanca en 2020; sin embargo, el escenario cada vez planteaba más y más dudas que que pudiera hacerlo de nuevo este 2024. Según los sondeos populares, solo en las últimas cuatro semanas, el republicano triplicó su ventaja frente al demócrata, según los promedios del sitio especializado Real Polling, que considera todos los estudios de opinión que se publican en el país norteamericano.