Este 1.° de mayo, por primera vez en la historia del Costa Rica, se conocerá públicamente por quién voto cada diputado para conformar el Directorio Legislativo, integrado por presidencia, vicepresidencia, primer y segunda secretaría y primera y segunda prosecretaría.
Cada legislador recibirá una boleta en la cual escribirá su voto para cada puesto, pero a diferencia de ocasiones anteriores, el papel tendrá el nombre del votante y quedará registrado su voto individual en la página web de la Asamblea Legislativa.
¿Cómo funcionará la votación?
· El 1.° de mayo los diputados recibirán una boleta con su nombre y ahí emitirán su voto para los puestos del directorio.
· Los votos se contabilizan y se comparten en el sitio web de la Asamblea para que cualquier persona las pueda revisar.
· En caso de empate, habría más rondas para elegir presidencia.
· Se requiere la mayoría absoluta para obtener un ganador, que son 29 votos.
En aras de la transparencia…
El fin de las votaciones secretas se da a raíz de una reforma al reglamento legislativo que acordaron los diputados en agosto anterior. Con el cambio, además de la selección del Directorio Legislativo, ahora son públicas las elecciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, jerarcas de Contraloría General de la República y la Defensoría de los Habitantes.
“La votación pública obliga a las bancadas a ser coherentes entre el discurso y la votación, entre lo que se anuncia y lo que efectivamente se vota, porque los desacuerdos internos se ponen en evidencia y al mismo tiempo le permite a la gente fiscalizar con mucho más cuidado cómo se articulan los acuerdos políticos en la Asamblea Legislativa. Es una reforma que nos va a generar datos sobre cómo se forman los acuerdos políticos en entornos multipartidistas”, explicó Eugenia Aguirre, politóloga del Observatorio de la Política Nacional de la Universidad de Costa Rica (UCR).
¿Qué es el mayo negro?
El mayo negro es el término acuñado para definir aquellas ocasiones en que el resultado de la votación evidenciaba la ruptura de los acuerdos establecidos entre las fracciones e incluso al interno de las mismas.
Uno de los mayos negros más sonado sucedió en 1985 cuando la candidata oficial a la presidencia del Congreso era Margarita Marín, diputada de Liberación Nacional. Sin embargo, una alianza de diputados de ese mismo partido y de la Unidad Social Cristiana llevó al cargo al verdiblanco Guillermo Vargas.
Ese día, el legislador Jorge Luis Villanueva habló de “mayo negro”.
De acuerdo con el analista político Daniel Calvo, es difícil que algo así suceda en 2023, pues la votación pública dejaría en evidencia a las personas que anuncian que votarán por un candidato y al final terminan apoyando a otro.
Otro punto que reduce las expectativas de sorpresas es que, para esta elección, el presidente Rodrigo Chaves ha apoyado la candidatura del liberacionista Rodrigo Arias, quien está a las puertas de un segundo periodo como presidente legislativo.
El último antecedente
De acuerdo con información de la Asamblea Legislativa, el último caso de mayo negro se presentó en 2011, cuando el candidato Luis Gerardo Villanueva, de Liberación Nacional, pretendía reelegirse con el apoyo de su bancada y la fracción evangélica. Sin embargo, la denominada Alianza por Costa Rica, formada por Acción Ciudadana, Unidad Social Cristiana, Accesibilidad sin Exclusión y Frente Amplio propuso a Juan Carlos Mendoza para la presidencia.
En una sesión larga y polémica, durante la cual se de presentaron hasta acusaciones cruzadas de fraude, Mendoza terminó por dejarse la presidencia del Congreso.