Róger Madrigal, presidente del Banco Central (BCCR), da por descontado que la economía nacional y la de sus principales socios comerciales se desacelerará. Pero no ve en el ambiente las señales de una recesión. Al menos no por ahora.
El jerarca del ente emisor reconoció en entrevista con EF que el ambiente financiero costarricense e internacional está lleno de incertidumbre. Sin embargo, suscribe las estimaciones de organismos internacionales, que proyectan una producción que seguiría creciendo pese a la inflación y los esfuerzos de los bancos centrales por controlar el aumento de precios.
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Las más recientes proyecciones de crecimiento económico de entidades internacionales hablan de una desaceleración mundial, producto de las medidas que se toman para enfriar la economía y frenar la inflación ¿Qué expectativas tiene el Banco Central al respecto?
—El Banco Central suele dar sus proyecciones de manera trimestral en sus informes y ya en abril se anunciaba una desaceleración, de acuerdo con la información que teníamos. Por todo esto, la información que ahora dan el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirma lo que el BCCR ya adelantó hace mes y medio. Ahora mismo los números están en revisión y estamos en el proceso de revisar los crecimientos de 2022 y 2023.
¿Es previsible que la tendencia a reducir las proyecciones continúe ante la inflación que no cesa y el clima de inestabilidad?
— Todo es muy reciente. Hablamos de varios choques juntos que ha tenido la economía y hay una gran incertidumbre. Todavía lo que nosotros vemos en los distintos documentos es que se habla, para el mundo como un todo, de un crecimiento de un 2,9%. Depende de qué parte del mundo en específico veamos, habrá tasas más rápidas o más lentas.
Se ha venido hablando de una recesión, pero tal vez lo importante es que ninguno de estos estudios habla de eso. Se habla de una desaceleración y nosotros, como un país pequeño y abierto que somos, podemos entender que la demanda en principio se reducirá. Pero si usted ve el dato del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) que salió el viernes (10 de junio) para el mes de abril, todavía muestra un crecimiento relativamente alto, de 7,5% en términos interanuales.
Algunos economistas hablan sobre la posibilidad de una recesión. Señalan que las autoridades monetarias buscarán enfriar los elevados niveles de inflación y que eso podría tener repercusiones. ¿El BCCR baraja ese escenario?
— No, no. Me parece que Rodrigo Cubero (expresidente del BCCR) expuso de manera clara que este es un choque estanflacionario, pero que esto no significa que sea una estanflación en Costa Rica, que es la combinación de recesión e inflación. Lo que el choque está haciendo es que tengamos más inflación y se disminuya el crecimiento, pero que haya crecimiento al fin y al cabo.
Nosotros lo que mantenemos es que el crecimiento (económico) se desacelera, pero por lo menos no estamos hablando ni viendo una recesión para la economía costarricense y de otras economías relevantes para nosotros.
¿El escenario de la recesión está fuera de la mesa?
— Es un escenario que tiene alguna probabilidad. Como lo han dicho los distintos analistas, la probabilidad ha aumentado, pero es eso: una probabilidad que aumenta. Si yo tengo que dar un número, como una proyección con el escenario más probable, entonces el escenario más probable para el mundo ahora mismo es que haya un crecimiento de 2,9% para el mundo y de 3,4% para Costa Rica en este momento. A finales de julio estaremos hablando con una nueva estimación.
¿Qué panorama analiza el BCCR para la inflación en lo que resta del año? Ya nos aceramos a los dos dígitos...
— Hay que tener mucho cuidado para no hacer ejercicios de “bola de cristal” (adivinanzas). La Reserva Federal el año pasado, cuando empezaron estos fenómenos de aceleración de la inflación, habló de un fenómeno transitorio; pero hace poco tiempo dejaron de hablar en esos términos y la inflación sigue en lecturas altas.
Lo que no sabemos es si ya el choque habrá llegado a su punto máximo. Nosotros cuando se hizo la última discusión de política monetaria en marzo, habíamos pensado que podía llegar ese punto en junio o julio, pero en las últimas semanas vimos un mayor incremento en el tipo de cambio y eso se ha trasladado a los precios. Entonces no estamos viendo que llegamos al fin de ese ciclo y podría prolongarse unos meses más.
Nuestros modelos decían que a finales de 2023 la inflación podría retornar al rango de tolerancia, pero hay mucha incertidumbre, entonces prefiero no dar una cifra.
Lo que sí ha dicho el Banco es que va a utilizar todas sus herramientas disponibles para, a pesar de que no puede aliviar los shocks externos ahora mismo, que no se prolonguen sus impactos en el tiempo. ¿Cuál es el verdadero margen de acción del BCCR?
— Eso es correcto. Es un shock inflacionario e importado que, una vez que se estabilice se debe evitar que fuerzas externas hagan que perdure. Usualmente se miran los excesos monetarios y el Banco una de las herramientas que utiliza es la tasa de política monetaria (TPM).
Un analista entrevistado recientemente dijo que el medio financiero espera dos acciones del Banco: incrementos en la TPM y un ajuste en el encaje (mínimo legal). Ambas son cuestiones sobre las que ya el Banco se refirió. Ahora lo que queda es calibrar las magnitudes de ambas y eso es un acuerdo de junta directiva. Más tarde podrían imaginarse más cosas, pero vamos poco a poco.
En este panorama de tanta incertidumbre, alta inflación y maniobras complejas para frenarla. ¿Por qué debemos confiar en que la situación no terminará en una crisis mayor?
— Estamos hablando de una crisis en el mundo y los escenarios son complejos. Estaba revisando lo que analistas internacionales hablaban en enero y unas semanas después todos los escenarios estaban superados por el impacto de la guerra.
El escenario central es que la economía del mundo se va a desacelerar. No consideraría adecuado en este momento decir que vamos a una recesión, aunque ciertamente en la medida en que tengamos más información y se consoliden los datos, habrá revisiones al crecimiento. Pero siempre hablamos de crecimiento. Podemos pensar que se crezca un poquito menos, pero no, todavía, en el caso de Costa Rica, hablar de una recesión.