Rodrigo Chaves Robles (60 años) llamó a la clase política a atacar la desigualdad, el hartazgo de la población y la ineficiencia del sector estatal para evitar el “desmoronamiento” del país que conocemos en su primera mensaje como presidente de Costa Rica.
“Es el momento de dejar atrás las viejas prácticas que tanto nos cobra el pueblo costarricense, y con razón”, afirmó el mandatario en una de sus primeras frases. “Aquí no hay distingos o diferencias entre oficialismo y oposición. Si la clase política falla una vez más, nuestro país se podría desmoronar”.
El presidente Chaves recibió la banda presidencial por parte del mandatario saliente, Carlos Alvarado, en una sesión solemne muy austera y sin acceso para el público general. El evento se desarrolló en el edificio de la Asamblea Legislativa, con la presencia apenas de las delegaciones oficiales nacionales e internacionales y la prensa.
En Contexto
El nuevo mandatario también realizó un llamado de atención sobre la labor de la institucionalidad pública. Sobre ella, afirmó que el pueblo ha visto, “con impotencia y con justo enojo, como las instituciones no han sabido brindar servicios públicos de calidad y limpiar sus estructuras del lastre infame de la corrupción”.
Chaves llegó a la Presidencia de la República como candidato del novel Partido Progreso Social Democrático (PPSD), tras una intensa disputa con otros 24 candidatos y una segunda ronda en la que venció al expresidente José María Figueres (1994-1998), por 110.000 votos. Su registro de votación en primera ronda fue apenas suficiente para acceder al balotaje, pero luego recortó distancias y ganó al exmandatario de manera holgada. En primera ronda de elecciones, solo uno de cada 10 electores posibles le dieron su respaldo al nuevo presidente; pero en segunda ronda lo hizo hasta uno de cada tres.
Para su elección fue clave el voto en las provincias costeras, Alajuela y Heredia. Precisamente sobre las zonas más alejadas, Chaves indicó que no es su deseo “el país de las zonas rurales, que ven con tristeza y desamparo, a lo lejos, cómo el desarrollo y la economía casi que solo crece en la zona central del país”.
Chaves también señaló en su discurso desmintió la extendida idea de que Costa Rica es un país ingobernable. En un planteamiento muy similar al de toda su campaña electoral, afirmó que gobernar adecuadamente es “un asunto de valentía”. “No. No se trata de ingobernabilidad, sino de tomar las decisiones que son necesarias tomar, sin importar lo complejas y controversiales que puedan llegar a ser”, afirmó.
El nuevo presidente ha prometido reducir el costo de la vida en el país a través de cambios regulatorios a mercados que considera concentrados o distorsionados de otras maneras. Entre ellos, ha mencionado el mercado del arroz, el de los medicamentos y el de los agroquímicos.
Por primera vez en 56 años, el presidente electo recibe la banda presidencial por parte de un diputado de oposición. Se la colocó Rodrigo Arias, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien recién este 1.° de mayo fue elegido por el Congreso como presidente de ese Poder de la República. En el parlamento, durante todo su próximo mandato, Chaves solo tendrá 10 de 57 congresistas posibles.
Arias, en su discurso de este 8 de mayo, afirmó que Chaves asume su gobierno en un momento crítico para el modelo de desarrollo de Costa Rica y el mundo. “La solidaridad patria que permea el espíritu de nuestro Estado Social de Derechos”, afirmó, “se encuentra al borde del agotamiento, agobiada por la desigualdad y la falta de oportunidades, ya premiada de mayor equidad e igualdad de género, con una institucionalidad que brinde mayor acceso a las oportunidades de progreso social, familiar y personal”, afirmó.
“No exagero en subrayarle que estamos frente a una emergencia nacional, multisectorial, que amenaza nuestra estabilidad y exige soluciones impostergables”, añadió.
“Accidente histórico”
Chaves, en su discurso, también calificó su elección como presidente como un “posible accidente histórico” y, “para muchos, un impredecible revés de los órdenes políticos”. Según dijo, espera que sea una “posibilidad de cambiar definitivamente el curso de nuestras vidas”.
“Digo esto, por supuesto, teniendo más presente que ninguno, que el cambio que exige el país no se trata de una ambición ni de un proyecto personal de un hombre llamado Rodrigo Chaves, sino del rescate de una democracia, y eso nos compete a todos”, subrayó.
Chaves no dedicó palabras a su predecesor en el cargo, Carlos Alvarado. Sin embargo, sí le lanzó un dardo sobre su gestión, al decir que no se recibe “una casa en orden”, como “nos quieren vender”, en alusión a las palabras del ahora expresidente.
“La realidad es muy distinta y es una realidad que nos resulta innegable, por más que algunos quieran continuar estafándonos. Hoy enfrentamos con valentía la inminente obligación de reparar el país y luchar con la convicción de que Dios nos ampara y que es solo por medio del trabajo honrado de nuestras manos y no por el espíritu indolente del conformismo que lograremos construir una patria digna para nuestros hijos e hijas. No solo vamos a ordenar la casa, la vamos a reconstruir”, subrayó.
Chaves agradeció el servicio de los servidores públicos, pero les advirtió que “el abuso y el aprovechamiento no serán tolerados”. A las representaciones del sector privado, a su vez, les prometió quitar obstáculos sin que eso signifique que “se les regale a algunos lo que es de todos”, en alusión a su discurso antimonopolios.
A los inversionistas, les subrayó que “el país se hace responsable de sus deudas, nunca ha fallado en pagar y hará lo que tenga que hacer para honrar sus obligaciones”.
Evento atípico
El traspaso de poderes se realizó este 8 de mayo, en un contexto atípico, en las instalaciones del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa. El evento se desarrolló sin público general y el perímetro del Congreso se acordonó desde la tarde de este sábado para evitar el paso de terceros, con excepción de las representaciones internacionales, los equipos diplomáticos, las autoridades locales y los medios de comunicación.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Arnoldo André Tinoco, aseguró días atrás que se actuó de esa manera por motivos de seguridad y de austeridad, y añadió que el evento fue planeado para que los electores lo disfrutaran a través de la televisión.
El presidente saliente Carlos Alvarado recibió su banda presidencial en la Plaza de la Democracia y la Abolición del Ejército, en 2018; mientras que el expresidente Luis Guillermo Solís lo hizo en el Estadio Nacional, en 2014.
Al evento de este 8 de mayo asistieron más de 90 delegaciones internacionales. Algunos de sus integrantes debieron observar el evento a través de pantallas, en salas adjuntas.
Entre las delegaciones internacionales estuvieron incluidos ocho jefes de Estado. Ellos fueron el rey Felipe VI, de España; así como los presidentes Ivan Duque, de Colombia; Laurentino Cortizo, de Panamá; Luis Abinader, de República Dominicana; Aziz Akhannouch; y Vjosa Osmani, de Kosovo; y los primeros ministros Gilmar Pisas, de Curazao; y Ariel Henry, de Haití.