La propuesta de Presupuesto Nacional del Ministerio de Hacienda para el próximo año cumple con al regla fiscal y muestra un menor ritmo de crecimiento en los salarios e incentivos del sector público.
Hacer estos ajustes no hubiera sido posible sin la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9.635) aprobada por el Congreso y puesta en marcha en diciembre del 2018.
Los frutos de la reforma fiscal se plasmaron en plan de gastos y este es el mensaje que envió el Gobierno con el proyecto de ley. Así lo señaló Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, en entrevista con EF.
Mensajes políticos
— ¿Cuáles el es mensaje del Presupuesto Nacional 2020?
— Este presupuesto refleja de manera fiel el compromiso con la reforma fiscal. No debemos olvidar que llegar a esa reforma no fue sencillo para el país. Se logró casi al borde del precipicio cuando diferentes sectores del país se unieron para que la reforma fuera una realidad.
— ¿Cuál fue el principal reto para implementar la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas en el texto?
— Una cosa es aprobar una reforma y la otra es ponerla en práctica. Dichosamente nos correspondió hacer las dos cosas, no solo ayudar en todo el proceso hasta que se aprobó la ley, sino, con el mismo compromiso, ponerla en práctica. Este presupuesto refleja en buena medida lo que dice la reforma fiscal.
— ¿Le preocupan las cifras del déficit financiero, pese a los esfuerzos?
— No podemos dejar de lado que el país acumuló, por muchos años, déficit constantes porque nunca tomó las decisiones de manera oportuna o porque se pospusieron las decisiones. No podemos en un año, venir a corregir una herencia de deuda que traemos desde el 2008, un presupuesto que cada vez más se aparta de su esencia, que es el bienestar de los ciudadanos.
— ¿Qué alertas se encendieron durante la elaboración del proyecto de ley?
— Tenemos un presupuesto en el que por cada colón de ingresos, 40 centavos se destinan al pago de intereses. Me parece que es un reto importante para el futuro. Con la reforma podemos amortiguar el problema, pero sin duda, el país tendrá que hacer algunas reformas de carácter estructural para poder lograr una mayor reducción de la deuda, que no sea de la manera orgánica en que se ha hecho, sino como un plan para el futuro.
— ¿Cuáles son las diferencias de este proyecto con respecto a los anteriores?
— La primera novedad es que las instituciones públicas deben pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) como un gasto nuevo; lo segundo es que es un presupuesto al que se le aplica la regla fiscal que limita el crecimiento del gasto al 75% del Producto Interno Bruto (PIB) de los últimos cuatro años, por lo que no podía crecer más de 4,67%.
— Durante la discusión de la reforma fiscal los diputados pidieron reducir el gasto corriente, ¿qué paso con ese rubro?
— Ese rubro no aumenta a una tasa de 4,67%, sino que crece a una cifra del 3,91%. Esto demuestra el compromiso que se tiene por la estabilidad de las finanzas públicas. (…), este es el menor nivel de crecimiento del gasto corriente en una década, si le quitamos los intereses, entonces la cifra decrece.
— El proyecto de ley refleja una caída en el ritmo de crecimiento de las remuneraciones, ¿cómo lograron esta reducción?
— En lugar de crecer a tasas del 4% y 5% como sucedía en el pasado, las remuneraciones apenas van a crecer 1,1% y los incentivos aumentarán 0,9%. Antes tenían un ritmo mayor. La planilla completa en términos de personas va a aumentar 350 plazas, en el histórico se pueden encontrar años de 5.000 nuevas plazas.
Aquí se ve el esfuerzo en materia de remuneraciones. Logramos bajar el monto total como porcentaje del PIB, pasará del 7% al 6,9% y los incentivos que eran el 3,2% de la producción nacional, pasaron a 2,9%.
— ¿Cómo impactarán a futuro las medidas de contención del gasto en el monto total de los incentivos?
— Los incentivos van perder importancia relativa cada año, pero este es el primer año en el que se denota ese esfuerzo por contener el crecimiento del gasto.
Panorama en el Congreso
— ¿Cuál es el panorama político que espera en la Asamblea Legislativa?
— Cada vez es más urgente consolidar las finanzas públicas. De lo contrario no vamos a lograr ni crecimiento, ni estabilidad, ni bienestar. La reforma fiscal nos permitió dar un paso gigante en la dirección correcta, pero todavía persisten riesgos importantes como el alto nivel de deuda y la caída en el crecimiento de la economía.
— ¿Cómo convencer a los diputados con este proyecto de ley?
— Deben entender que la reforma fiscal funcionó porque le dimos vuelta al gasto corriente, otra vez hay más ingresos para financiar y menos necesidad de deuda. Se demuestra de manera plena la responsabilidad y el compromiso con la ley.
— ¿Qué hace falta en el corto plazo para continuar la ruta de consolidación fiscal?
— El país debe hacer esfuerzos. En este momento se necesita la aprobación de préstamos de apoyo presupuestario para ayudar a reducir la tasas, el proyecto de ley de exoneraciones que está en la Asamblea Legislativa y que no avanzó en este periodo de sesiones extraordinarias. También es importante la reforma constitucional de la regla fiscal.
— ¿Cómo ayudaría darle carácter constitucional a la regla fiscal?
— La regla que se aprobó en la reforma tributaria ha demostrado que funciona, pero igual con otra ley se puede modificar. Con todos estos intentos de quitar la regla para unos o para otros, permite traerse abajo parte de este importante esfuerzo.
— ¿El proyecto será suficiente para persuadir a los diputados de su aprobación sin cambios drásticos?
— Hay datos que ya demuestran el compromiso con la ley: reducción del gasto total y la menor tasa de crecimiento histórica. Políticamente, todos los diputados deberían sentirse muy orgullosos porque esa reforma que aprobaron ya dio sus primeros frutos.
Las novedades
— ¿Fue difícil aplicar la regla fiscal con el alto nivel de deuda y la presión de los intereses?
— Era un enorme reto porque los intereses, que son casi ¢2 billones, crecen un 18,8%. Los intereses crecían a tasas mucho menores en el pasado. Los ajustes en transferencias y remuneraciones son la clave del esfuerzo que hizo posible cumplir con la regla fiscal, porque los intereses son una cifra que no podemos modificar.
— ¿Cuáles son los resultados de poner en marcha la regla fiscal?
— Se reduce el déficit presupuestario de 8,1% en 2019 a 7,8% en 2020, pero el esfuerzo más importante se ve en el déficit primario que pasa a 2,7% con respecto al 3,6% del año pasado, es casi un punto porcentual del PIB (poco más de ¢300.000 millones en términos nominales).
— ¿El menor ritmo de crecimiento del presupuesto afectará el gasto de capital?
— El gasto de capital no se afectó, crece un 16%. No estamos en los niveles en los que deberíamos estar, pero eso no es posible mientras usted dedica el 40% de los recursos al pago de la deuda pública. Se hizo el mejor esfuerzo con una restricción al gasto corriente para darle más oxígeno al gasto de capital.
— ¿Se le incorporó alguna otra novedad?
— Se incorporó un capítulo de riesgos fiscales relacionados con las municipalidades, la seguridad social, las alianzas público-privadas y los temas climáticos. Son, por ejemplo, lo que podría significar un evento como el terremoto de Cinchona o el cierre del Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) y sus efectos en el déficit fiscal y en el presupuesto nacional. Son previsiones de posibles shocks.