El 2019 fue un año aleccionador para el sector exportador, una industria que sufrió los embates del cambio climático y que a noviembre mostró un tímido crecimiento del 1% por segundo mes consecutivo. Esta es la compleja antesala que acompañará en el 2020 a una actividad que representa el 35% de la producción nacional.
A pesar de que las ventas en el mercado externo dejan grandes réditos a la economía nacional aún existen amarras que frenan la productividad de los empresarios.
El lastre en la innovación se vislumbra como uno de los grandes desafíos. Por un lado los productores suplican para poder hacer uso de novedosas moléculas en los campos de cultivo, y por otro, los etiquetados se quedan rezagados frente a consumidores sofisticados.
Entre tanto el sector agro –parte del régimen definitivo– está en números rojos y al undécimo mes del año sufría una contracción del 7%, de acuerdo a datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Mientras tanto a 1.000 kilómetros del país existe una serie amenaza: el Fusarium Raza 4 Tropical; un hongo mortal para el banano cavendish que hizo su debut continental en Colombia y que puede sobrevivir en la tierra hasta por tres décadas, ya que es resistente a los plaguicidas.
El tipo de cambio, el rezago de la red vial nacional y la reticencia a explorar nuevos mercados son pendientes reiterados que le pasan una cara factura a la economía nacional.
Demoras en innovación
La competitividad interna es fundamental para el sector exportador, sin embargo, existe un calvario para actualizar la oferta agroquímicos.
“El tema de agroquímicos es urgente, estamos rezagados en temas de moléculas desde hace 20 años. Muchos países están pidiendo trazabilidad y si no nos apuramos vamos a perder el acceso a estos mercados”, manifestó Jorge Calderón, vicepresidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
Este nudo podría desatarse el próximo año ya que durante los primeros meses del 2020 el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Ministerio de Salud tienen como prioridad evaluar los procesos y la admisibilidad para resolver el rezago, confirmó Marlon Monge, viceministro de Agricultura.
“El presidente de la República lo ha solicitado”, agregó.
Las tareas consistirán en hacer una sincronización interinstitucional para hacer más ágil el registro de agroquímicos y que los agricultores puedan renovar la oferta de plaguicidas.
Otro desafío de innovación está relacionado con que el consumidor cada vez se vuelve más sofisticado y las etiquetas de los productos que compiten en el mercado internacional son cada vez más complejas.
Ante esto el país requiere de mayor innovación para que las pymes y empresas del sector alimentario puedan estar a la altura de las demandas, según Jorge Calderón, vicepresidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
En el mercado externo cada vez son más comunes las llamadas “etiquetas limpias” debido a que los consumidores prefieren productos formulados con ingredientes y aditivos más naturales, acordes con estilos de vida más saludables.
Recientemente México hizo una modificación en la Ley General de Salud para cambiar los productos procesados con altos niveles de azúcar y grasas saturadas. Una de las repercusiones para Costa Rica es que los exportadores, deben adaptar las etiquetas acorde a las nuevas modificaciones.
Procomer definió esta transformación como “ abismal” durante una alerta comercial, publicada en su sitio web.
Contracción del sector agro
El 2019 fue un año convulso para el sector agro, a noviembre se contabilizó una contracción del 7% por lo que el país dejó de percibir $187 millones para un monto total exportado del sector agrícola $2.469 millones.
Este comportamiento en las ventas internacionales produjo un crecimiento estancado del 1% en octubre y noviembre, en este último mes el monto total exportado fue de $10.593 millones.
La desaceleración se dio por menores envíos de banano, piña y café al mercado internacional, según Procomer. Las bajas en la productividad fueron ocasionadas por el fenómeno de El Niño –que secó los campos de cultivo– además de la crisis en Nicaragua y la huelga.
“El sector agrícola es lo que genera empleos en las zonas rurales y los sectores menos privilegiados del país, esto se puede convertir en un problema social terrible. Es una emergencia poder revertir estos números”, acusó Laura Bonilla, presidenta de Cadexco.
Uno de los mayores desafíos para el país durante el 2020 es evitar el ingreso del Fusarium Raza 4 Tropical, un hongo que representa un alto riesgo para el primer producto de exportación costarricense, el banano cavendish.
De llegar la enfermedad, no solo dejaría una profunda huella sobre los cultivos de banano sino que podría afectar el 76% del empleo en Limón, según el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE).
Actualmente se estima que las clamidósporas del Fusarium Raza 4 Tropical podrían impactar el 80% de las musáceas (banano, plátano, guineo) que se utilizan para consumo humano.
Viejos conocidos
En la larga lista de los desafíos para el 2020 está el tipo de cambio. Este fue uno de los dolores que padeció el sector que vio una contracción del 7% en su competitividad y por cada dólar recibieron ¢45 menos para pagar impuestos, planillas, aguinaldos y obligaciones con instituciones como el MAG o el Instituto Nacional de Seguros (INS).
La reticencia del actual gobierno para explorar nuevos mercados es otra preocupación. Este año el país ratificó el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur y logró el Acuerdo de Asociación con el Reino Unido (Aacru) para hacer la transición cuando se concrete el Brexit, no obstante, no se vislumbran nuevos acuerdos que puedan abrir espacio en mercados Asia u Oriente Medio.
Japón –otra ventana comercial de Asia– es una nación que ve a Costa Rica como un mercado pequeño, aunque el país continúa “coqueteando” con los nipones, según Dyalá Jiménez, ministra de Comercio Exterior.
A estos pendientes se suma el congestionamiento vial con el que deben lidiar los transportistas que llevan mercadería hasta Limón, el incremento vehicular se dio a partir de la habilitación de la Terminal de Contenedores de Moín por parte de la empresa holandesa APM Terminals.
Pese a ser clave, la ampliación de la ruta 32 es aún un sueño lejano. Aún está pendiente el 10% de los diseños así como la relocalización de los servicios por parte del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope); por citar algunos atrasos.
Ante la petición de los exportadores para que se agilicen las obras de la ruta 32, Rodolfo Méndez Mata, ministro de Obras Públicas y Transportes, sentenció que “no hay manera de que esté antes del 2021”.
Debido a los atrasos la unidad ejecutora pidió una ampliación en el plazo de 174 días por lo que la fecha de conclusión de las obras está programada para marzo del 2021.