El presidente Rodrigo Chaves cierra su primer semestre de gobierno con una evaluación positiva por parte de casi siete de cada 10 personas mayores de 18 años, según los últimos resultados de la encuesta de opinión política que actualiza trimestralmente el Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR). La cifra es alta; sin embargo, evidencia un desgaste considerable en la comparación con la última medición.
Hac tres meses fueron ocho de cada 10 personas que se entrevistaron las que decían tener una percepción positiva sobre la gestión del mandatario después de los primeros tres meses de su mandato.
La reducción no es alarmante, pero es un recordatorio de que los gobiernos sufren siempre desgastes naturales. Así lo describió Ronald Alfaro, el politólogo del CIEP y coordinador de la encuesta de opinión política del centro académico.
“No es que el gobierno esté en una crisis de popularidad. Sigue manteniendo un clima favorable en la opinión pública, pero ya no es el mismo de antes, ni tiene la misma fuerza”, matizó Alfaro. “Es la primera señal de un desgaste, de una erosión, que siempre es natural en todos los gobiernos; aunque a algunos les pase en mayor medida que a otros, o más tarde o más temprano que a otros”.
Base muy amplia
La caída en la percepción positiva sobre la gestión del presidente Chaves es importante. Sin embargo, parte de una base de respaldo amplio. Ello hace que la reducción sea menos drástica para su administración.
Una caída de 11 puntos porcentuales en la valoración positiva del presidente es significativa para cualquier nueva administración, pero lo es menos si representa pasar de 79% a 68% de popularidad.
Para poner el dato en contexto, valoraciones positivas de un 68% de las personas encuestadas es un número mayor del que tuvo el expresidente Carlos Alvarado en cualquier momento de su gestión, desde mayo de 2018 hasta abril de 2022.
Lo que sí podría evidenciar la caída de 11 puntos porcentuales, según el estudio, es el “primer indicio” que la “luna de miel” llega empieza a ver su ocaso para el presidente Chaves y su gobierno.
Por “luna de miel” se entiende a ese período de tregua que se da a las nuevas administraciones en los primeros días de sus mandatos, en los que suelen recibir un trato más benevolente y menos crítico por parte de la población en general y de sus rivales políticos, por un tiempo limitado.
Según Alfaro, esos respaldos o esos “beneficios de la duda” son los más débiles y son los primeros que suelen perderse. Más aún cuando la situación del país se percibe como negativa o invariable.
Problemas económicos y políticos
La situación del presidente Chaves y su gobierno, además, se enfrenta con algunos obstáculos claros.
Uno de los más importantes es la crisis inflacionaria que se vive a nivel internacional y que se traduce en una subida de precios de 9% interanual para Costa Rica. Una inflación de este alcance es un reto para cualquier gobierno, pero sobre todo para uno que basó su campaña política en reducir el costo de la vida, como propuso Chaves.
Todo lo contrario ha ocurrido en los primeros meses de esta nueva administración y más de un tercio de la población califica “el costo de la vida y la situación económica” como el principal problema del país, según el estudio del CIEP-UCR.
Hasta un 35% de las personas entrevistadas por el centro universitario dice que ese es el principal reto al que se enfrenta Costa Rica; mientras que hasta un 17% menciona al desempleo, que también es una complicación económica.
Otro factor de desgaste para el gobierno podría ser su relación con otros actores políticos.
Aunque hasta un 87% de las personas entrevistas por el CIEP afirman que las relaciones entre diputados y presidente inciden en “algo” o “mucho” sobre la calidad de la democracia; la población más bien percibe relaciones “malas” o “neutras” entre el presidente Chaves y la Asamblea Legislativa.
Según el estudio del CIEP, hasta un 46,6% de las población cree que el presidente Chaves y los diputados tienen una relación “mala” o “muy mala” con los representantes en el Congreso; mientras que hasta un 23,2% las califica de apenas regulares. En total, ambos grupos suman casi un 70% de las personas encuestadas.
El estudio del CIEP realizó 1.002 entrevistas telefónicas a personas mayores de 18 años, entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre, para un nivel de confianza de 95%. El margen de error es de 3,1 puntos porcentuales.
Desgaste natural
Más allá de cualquier explicación específica, el politólogo Ronald Alfaro recordó que los desgastes son naturales para todos los gobiernos y deben entenderse, hasta cierto punto, como una consecuencia lógica de sus funciones.
No existe un modelo para predecir hasta qué punto se va a desgastar una administración o en qué momento sufrirá sus mayores erosiones, pero es una situación inevitable.
“Es usual. Tomar decisiones tiene un costo y el estado natural de estos procesos, de cualquier proceso de gobierno, es que haya un desgaste con el paso del tiempo. Eso es lo que estamos viendo, unas primeras señales de eso, sin que quiera decir que el presidente se haya derrumbado”.
Una caída de 11 puntos porcentuales en el respaldo popular es una caída dentro de los márgenes aceptables, añadió.
“Ser gobierno es sinónimo de que te vas a desgastar. Se desgasta al partido, se desgasta a las figuras del partido, se desgasta al gobierno como tal... y ese es el estado natural del proceso. Cuánto, cómo y cuándo se profundice ese desgaste son preguntas que cada coyuntura va resolviendo o dictando”, concluyó.
En el caso del partido político, eso sí, es poco probable que haya un desgaste demasiado grande en tiempos de baja fidelización partidaria. El CIEP encontró que nueve de cada 10 personas ya ni siquiera recuerda el nombre del partido que llevó a Chaves a Zapote (Progreso Social Democrático) y que el grupo restante se divide entre una mitad que dice recordarlo y lo hace bien, y otra mitad que lo hace mal.