El opositor Juan Guaidó buscaba este martes sumar apoyos a un alzamiento militar para deponer al presidente venezolano, Nicolás Maduro, sin que haya señales de una rebelión masiva contra el gobernante, que mantiene el apoyo del alto mando.
Diez horas después de anunciar el inicio de la sublevación desde la base aérea de La Carlota, en Caracas, para la que pidió el respaldo de toda la Fuerza Armada, Guaidó recorría varios puntos de la ciudad junto con algunos insurrectos.
Su copartidario Leopoldo López, quien lo acompañaba en esa correría, finalmente se refugió junto a su familia en la embajada de Chile en Caracas, anunció el gobierno de Santiago.
Horas antes, en la madrugada, había sido liberado por los uniformados leales a Guaidó. Detenido en 2014, López cumplía desde 2017 en prisión domiciliaria una condena de casi 14 años por "incitación a la violencia".
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Guaidó está "seguro y recorriendo", dijo en tanto una fuente de su entorno.
Miles de opositores continuaban en los alrededores de La Carlota luego de que el opositor, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, advirtiera que no hay vuelta atrás hasta que caiga el gobierno, que denunció el hecho como un fallido intento de golpe de Estado.
"¡El momento es ahora! (...), calle sin retorno", instó Guaidó, al que respaldó el presidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo que su país "apoya al pueblo de Venezuela" y que sigue muy de cerca la situación.
La ONG de derechos humanos Provea reportó protestas en 22 de los 24 estados.
Una mujer que no participaba en las movilizaciones resultó herida de bala en Caracas, según manifestantes, mientras que el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, también denunció que un militar fue baleado y responsabilizó a la oposición por un posible "derramamiento de sangre".
Un grupo de opositores fue arrollado por un vehículo militar, de acuerdo con imágenes televisivas, sin que se conozcan las consecuencias. Desde el interior de la base de La Carlota lanzaron bombas lacrimógenas contra los manifestantes, observó la AFP.
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"Nosotros también somos pueblo y ya estamos cansados de esta dictadura", declaró a la AFP bajo anonimato uno de los insurrectos, en los alrededores de la instalación. Se ignora cuántos efectivos participan. Varios militares pidieron asilo en la embajada de Brasil, indicó la presidencia brasileña.
En su única alusión a la crisis, Maduro, que no apareció en público, pidió en Twitter "nervios de acero" y dijo que los comandantes regionales le ratificaron "total lealtad".
“Carlotazo”
Guaidó anunció la sublevación en un video que, según dijo, fue grabado en La Carlota, principal base aérea del país, en el que apareció con López y un pequeño grupo de uniformados.
"Hoy, valientes soldados, valientes patriotas, valientes hombres apegados a la Constitución han acudido a nuestro llamado, hemos acudido también al llamado, nos hemos encontrado definitivamente en las calles", dijo el jefe parlamentario.
Rodeado del alto mando, Padrino reiteró su adhesión a Maduro y denunció el alzamiento como un intento "burdo e inútil". "Han hecho el ridículo nuevamente y eso nos va a fortalecer", sostuvo.
"Pareciera que el 'carlotazo' comienza a diluirse y ahora parece que entra en escena la represión", comentó a la AFP el politólogo Luis Salamanca, quien cree que la insurrección aparentemente buscaba "desencadenar otras acciones militares a nivel nacional".
“Hasta la muerte”
Mientras, una multitud de chavistas custodiaba el palacio presidencial de Miraflores, en el centro, por pedido de sus dirigentes.
El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, manifestó que la situación está controlada y que el levantamiento es obra de una "pequeñísima fracción de la Fuerza Armada y el Sebin (servicio de inteligencia)".
En Miraflores, María Luna, integrante de la Milicia, un cuerpo civil armado, dijo a la AFP estar dispuesta a defender a Maduro "hasta la muerte si es posible".
"No me voy a quedar en casa con los brazos cruzados mientras el régimen de Maduro nos oprime", declaró en contraste Carlos, opositor de 26 años, en las proximidades de La Carlota.
Reacciones
Cuba, Bolivia y Turquía, aliados de Maduro, condenaron el “intento de golpe de Estado”, mientras que Colombia, que lidera junto a Washington la presión contra el líder socialista, apoyó la rebelión. Rusia y México llamaron a negociar.
En lo que pareció como una apuesta a disensiones internas en en seno del chavismo, el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, llamó a Padrino, al presidente de la Corte Suprema, Maikel Moreno, y al comandante de la Guardia Presidencial, Iván Hernández Dala, a abandonar a Maduro.
Bolton aseguró que estos tres altos cargos se habían comprometido a apoyar la salida de Maduro. "Su momento es ahora. Esta es su última oportunidad. Acepten la amnistía del presidente interino Guaidó, protejan la Constitución y echen a Maduro, y los sacaremos de la lista de las sanciones". "Si se quedan con Maduro, se van a hundir con el barco", advirtió.
El gobierno español pidió evitar un "derramamiento de sangre" y Bogotá solicitó una reunión urgente del Grupo de Lima, bloque de países que apoya a Guaidó.
Los militares son considerados la columna vertebral de Maduro, quien les ha otorgado amplio poder político y económico.
Guaidó, quien se autoproclamó mandatario encargado el 23 de enero, no ha logrado aún quebrar el apoyo de la cúpula de la Fuerza Armada a Maduro, aunque dos días antes de su juramentación un grupo de soldados se amotinó en una base de Caracas para desconocer al líder socialista.
Guaidó, un ingeniero de 35 años, asumió las funciones presidenciales luego de que el Legislativo, de mayoría opositora, declarara que Maduro usurpa el cargo por haber asumido un segundo mandato, el 10 de enero, fruto de “elecciones fraudulentas”.