Teherán. En un momento en que las protestas parecen ir apagándose en Irán, los analistas consideran que el presidente Hasan Rohani se enfrenta ahora a desafíos y oportunidades en sus esfuerzos por reformar al país.
El gobierno cerró filas ante las revueltas, y acusó a enemigos extranjeros y grupos “terroristas” en el exilio de haber promovido la violencia.
Pero todas las partes del espectro político admiten que la frustración generada por el desempleo, el alto costo de a vida y la corrupción percibida convirtieron a Irán en un polvorín.
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Los críticos de Rohani lo acusan de abandonar a las clases populares al intentar aumentar un 50% los precios de la gasolina en los presupuestos para el próximo año, anunciados sólo unas semanas antes del inicio de las protestas.
En su discurso sobre los presupuestos, Rohani aseguró que el aumento de los precios era necesario para acabar con el desempleo, pero el Parlamento parece que rechazará la medida en su intento de mostrar que están escuchando el enfado de la calle.
“Una subida del precio de la gasolina no favorece al país, hay otros métodos (...) para que las clases populares no sufran presiones” económicas suplementarias, dijo el presidente del Parlamento, Ali Larijani, no obstante un aliado de Rohani.
Igualmente abogó por un aumento más rápido de los salarios bajos y una mayor ayuda a las clases desfavorecidas y a los jubilados.
Un video publicado estos últimos días en las redes sociales, que se volvió rápidamente viral, muestra a ciudadanos de Teherán criticar duramente las políticas del gobierno.
”¿Ha comprado alguna vez Rohani sus propios huevos, o carne?”, dice un hombre de unos 40 años.
“Protesto contra el robo, el desvío de dinero. ¿Quién está detrás de esto? Los que viven en palacios, aquellos con ministros millonarios en sus gabinetes”, añade otro ciudadano.
Rohani, reelegido el año pasado, argumentó que las reformas de liberalización son necesarias para enderezar la economía y señala la caída de la inflación -de un 40% al 10%- como un éxito clave de su mandato desde su llegada al poder en 2013.
También señala un gran repunte en el crecimiento económico -que el banco central situó en un 12,3% el año pasado-, que fue posible gracias a un aumento de las exportaciones petroleras, que se duplicaron tras el acuerdo nuclear de 2015 y el levantamiento parcial de las sanciones internacionales.
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Pero no permitió mejorar la situación del desempleo, y muchos iraníes se quejan de la ausencia de resultados en su vida diaria.
Oficialmente la tasa de desempleo se sitúa en un 12%, y alcanza el 30% entre los jóvenes.
“La gente ya ha tenido suficiente, especialmente los jóvenes. No tienen nada por lo que ser felices”, dijo a la AFP Satira Mohammadi, una profesora de 35 años de Teherán.
Pero los analistas creen que Rohani todavía puede sacar beneficio de las protestas, especialmente acelerando su programa de reformas.
“Esta crisis creó una nueva oportunidad para cambios, lo que es necesario, ya que de otra manera las consecuencias podrían ser serias” para el conjunto del poder, considera Abbas Abdi, analista de Teherán cercano a los reformistas.
“Estoy segura de que el gobierno de Rohani obtendrá capital político de todo esto”, asegura Ellie Geranmayé, analista iraní en el European Council on Foreign Relations.
Los reformistas también podrían intentar obligar a los conservadores a atenuar sus críticas.
Mohamad Sadegh Javadihesar, un analista cercano a los reformistas que vive en Mashhad, donde comenzaron las manifestaciones el 28 de diciembre, afirma que los rivales de Rohani provocaron las protestas “insistiendo en la subida de los precios de los huevos o la voluntad del gobierno de aumentar los precios de la gasolina”.
El vicepresidente, Eshaq Jahangiri, acusó implícitamente a los conservadores de “querer atacar al gobierno” provocando las manifestaciones de Mashhad.
“Es una oportunidad única para Rohani de pasar de ser el objetivo de los manifestantes a ser el campeón de las reformas”, declara por su parte Ali Vaez, del International Crisis Group, que considera que el presidente debe presionar para lograr más cambios. “Habrá resistencias, pero Rohani no tiene nada que perder”, ya que no podrá presentarse a un nuevo mandato.