Costa Rica le pondrá un punto y aparte a uno de los conflictos más aguerridos de su historia reciente contra Nicaragua. Lo hace con pocas dudas sobre su triunfo.
Desde La Haya, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) leerá el fallo de la disputa por Isla Portillos, que ambos vecinos reclaman como suya, el miércoles 16 de diciembre a las 8 a. m.
El fallo resolverá en manos de cuál país quedará la porción de tierra y si ambos fueron culpables o inocentes del daño ambiental que cada uno alega que el otro causó a su territorio.
La sentencia es solo la culminación de un capítulo, pero a la novela le quedan todavía páginas por escribir.
Entre ellas, otro juicio por las fronteras marítimas ante la misma corte internacional y con el mismo contrincante.
Los especialistas en política internacional también esperan que en ese espacio en blanco se escriba un nuevo comienzo para las relaciones entre los dos centroamericanos, que comparten mucho más que conflictos.
¿Qué resuelve la sentencia?
En medio de una crisis humanitaria por la situación de los cubanos varados en la frontera y con una bandada de periodistas esperándolo fuera de su despacho, el canciller Manuel González saca una hoja para dibujar todos los escenarios posibles a los que se podrá enfrentar el país a partir de esta semana en el caso de La Haya.
Ya ha dicho que no quiere ser recordado como el ministro de los problemas con el país del norte, pero la suerte, en este caso, no está de su lado.
Por eso prefiere explayarse en detalles. “Es mejor así, antes de que Nicaragua anuncie que ganó algo que nunca estuvo en juego”.
Lo primero que debe resolver la CIJ es si la Isla Portillos, que se encuentra dentro de Calero, en Limón, le pertenece a Costa Rica no a Nicaragua.
La laguna Portillos, que Nicaragua llama Harbour Head, le pertenece a la nación del norte y eso no está en discusión, aclaró González, para evitar confusión.
Perder esa porción de tierra es el escenario más perjudicial para Costa Rica, explicaron el canciller y los analistas.
“Sería una contradicción al Laudo Cleveland”, dijo el internacionalista Carlos Murillo.
Al especialista nicaragüense en derecho internacional, Mauricio Herdocia, le parece que cualquier fallo es complejo.
Aunque considera poco probable que el juez falle a favor de Nicaragua, le parece complejo que la laguna Portillos quede enclavada en territorio costarricense, pues no podría acceder a ella sin pasar por Costa Rica.
Nicaragua introdujo militares en la zona en el 2010, como parte de las obras de dragado del río San Juan.
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La administración anterior alegó que el dragado del río, relacionado con la presencia de funcionarios, afectó el ecosistema.
En este caso, si la corte falla a favor, el vecino tendrá que pagar una indemnización por los daños infringidos al ambiente.
Si falla en contra, el canciller no se desvela.
“No presentamos esta demanda para hacernos millonarios a costa de Nicaragua”, acotó.
La contraparte no tardó en presentar otra demanda semejante contra Costa Rica, denunciando que las obras en la ruta 1856 (la trocha) le causaron un grave daño ambiental al río.
Si la corte falla contra Costa Rica, el país deberá realizar un estudio de impacto ambiental sobre la zona. También deberá hacerlo Nicaragua si la CIJ determina que dañó recursos ajenos.
“De todas formas, tenemos que hacer el estudio y ahora con información que Nicaragua estará obligada a otorgar sobre el río y que nos ha negado hasta el momento”, comentó González.
¿Decisión salomónica?
Los analistas internacionales auguran una decisión “salomónica” de la Corte, basados en las decisiones que históricamente ha tomado la institución.
“Siempre le da algo a la otra parte. Lo hizo ya con Colombia y con otros casos en África y Asia”, dijo Murill, especialista en política internacional .
González, contradice esa postura. “Eso no funciona así. No es tan automático”, detalla el canciller, confiado en que el viento soplará a favor de Costa Rica.
Lo que a Herdocia le preocupa más es encontrar una nueva ruta de diálogo entre ambos países y que los conflictos se puedan resolver sin tener que cruzar el océano.
Al Gobierno costarricense le serviría una nueva alternativa, pues buena parte de su demografía en el futuro dependerá de la inmigración y el trabajo de nicaragüenses en el país.
Además, Nicaragua ya es un socio comercial fuerte pues en este momento es el segundo importador de los productos locales de todo el mercado centroamericano.