¿Un golpe final al multilateralismo moribundo? ¿Una creciente polarización entre Estados Unidos y China? ¿El advenimiento de un totalitarismo digital? La pandemia del coronavirus tendrá consecuencias en la geopolítica mundial pero anticiparlas sigue siendo un desafío.
"Mi temor es que el mundo de después sea similar al de antes, pero peor", dijo hace unos días el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, en una entrevista con el diario Le Monde.
"Me parece que estamos presenciando una amplificación de las fracturas que han estado socavando el orden internacional durante años", añadió, pesimista.
Una de las consecuencias de la pandemia del Covid-19 de las que casi no se tiene dudas es esta. La degradación del multilateralismo que prevaleció desde la posguerra hasta mediados de 2010 se está acelerando, entre la expansión metódica de China y el unilateralismo de Estados Unidos bajo Donald Trump.
"Atrapado entre su reticencia a emprender cualquier acción multilateral y su enfrentamiento con Pekín, será difícil para Estados Unidos evitar una redistribución de las cartas, pero por supuesto mucho dependerá de las elecciones (presidenciales) de noviembre" resumió el exdirector del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan.
"China no está en condiciones de ejercer un liderazgo mundial, pero no es seguro que Estados Unidos siga siendo capaz de hacerlo", agregó Strauss-Khan en la revista Politique internationale.
"Ninguna gran potencia saldrá más fuerte de esta crisis, ya sea como Estado o modelo", pronosticó la Fundación de Investigación Estratégica (FRS).
Y mientras tanto, el multilateralismo se debilita: Estados Unidos suspendió su contribución financiera a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no logró mantener el precio del petróleo que registró una caída histórica.
¿Totalitarismo digital?
¿Pero qué concepto remplazará al multilateralismo? ¿El soberanismo? ¿Un nuevo tipo de multilateralismo? ¿El iliberalismo de los populistas? ¿Un totalitarismo digital?
"Estamos en un período en el que el soberanismo está regresando y esta crisis seguramente animará a los Estados a ser aún más soberanistas", dijo a AFP Zaki Laïdi, profesor de la universidad francesa Science Po.
"La versión optimista quisiera que aprovechemos la crisis para refundar el multilateralismo dándole un significado más contemporáneo", señaló la investigadora Régine Perron, autora del libro "Historia del multilateralismo: la utopía del siglo estadounidense de 1918 a nuestros días".
Desde hace unos años, los dirigentes iliberales tienen éxito en las urnas, como en Hungría, Turquía, Filipinas o Brasil. ¿La gestión de la crisis por estos “hombres fuertes” podría avivar el populismo?
En principio no, estima la FRS. "El auge del populismo gubernamental podría detenerse". Los pueblos podrían castigar su incompetencia y su "falta de empatía" con las víctimas.
También se plantea la llegada de un totalitarismo digital, legitimado por sus resultados en la lucha contra la epidemia, y la aparición de aplicaciones para localizar a los afectados o el análisis de datos privados.
"Países enteros están siendo utilizados como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala", dijo Yuval Noah Harari, autor del best-seller "Sapiens", al Financial Times en marzo.
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"Si no tenemos cuidado, la epidemia será un hito en la historia de la vigilancia. No sólo porque podría normalizar el uso de los instrumentos de supervisión masiva en países que hasta ahora los rechazaban, sino también, y sobre todo, porque marcaría una transición drástica hacia el seguimiento subcutáneo", añadía en aquel artículo.
"Antes, cuando tu dedo hacía clic en un enlace en tu smartphone, el gobierno quería saber cuál era ese enlace. Ahora el gobierno quiere saber la temperatura de tu dedo y la presión sanguínea bajo tu piel".
“Autonomía estratégica”
También es probable que la economía mundial se transforme de manera duradera después del golpe que recibieron algunos países sorprendidos por la pandemia, lo que podría dar un impulso al concepto de autonomía estratégica y desafiar la globalización de las cadenas de suministro y la famosa teoría de la ventaja comparativa del economista británico David Ricardo.
"Esta visión ricardiana del comercio internacional sostiene el desarrollo de cadenas de valor globales en el siglo XXI", señaló Bertrand Valiorgue, profesor de la universidad francesa Clermont-Auvergne.
“La crisis financiera de 2008 marcó un retroceso en la dinámica de desarrollo de las cadenas de valor mundiales. El impacto de la crisis de Covid-19 será más profundo y duradero”, añadió en el sitio web The Conversation.