Lineth Saborío se convirtió este domingo en la candidata presidencial del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) para las elecciones del 2022, la primera mujer en alcanzar ese puesto en la historia de la agrupación.
Saborío iba adelante en la convención socialcristiana con el 56,5% de los votos, dejando atrás a los actuales diputados Erwen Masís y Pedro Muñoz, que obtuvieron el 24,4% y el 18,9% respectivamente, según el segundo corte dado en torno a las 8:00 p.m.
Se trata de la segunda convención partidaria de cara a los comicios nacionales, tras la elección de José María Figueres por el Partido Liberación Nacional (PLN) el pasado 6 de junio, y la primera desde que explotó el caso “Cochinilla”, en el que se investiga la presunta corrupción de funcionarios públicos y empresarios de compañías constructoras.
Saborío, de 60 años, se encamina a las elecciones del 2022 con un discurso conciliador y abierto a las alianzas tanto dentro como fuera del cuartel rojiazul. El espectro de la centro derecha es el más poblado con candidatos solitarios y nuevos partidos, según explicó Rónald Alfaro, politólogo e investigador del Programa del Estado de la Nación (PEN).
En sus primeras palabras tras el anuncio de los resultados preliminares, aseguró que su elección representa una opción de cambio y expresó que la política debe volver sus ojos a la gente. Además, en días previos y debates, llamó a la reunificación de la Unidad Social Cristiana.
“Yo creo que, en este momento, todas las agrupaciones debemos estar claras en que necesitamos llegar a alianzas”, expresó Saborío al conocer los resultados del primer reporte oficial de la votación.
Con esa postura, la ahora candidata tiene también el reto de llevar al PUSC a Casa Presidencial tras cuatro elecciones perdidas pero en las que el partido se ha mantenido con algún protagonismo. En los comicios del 2018, la Unidad alcanzó el 16% de los votos en la primera ronda de la mano de Rodolfo Piza, quién luego unió fuerzas con el PAC al final de la pugna por la segunda vuelta.
15 años fuera de la vida política
Saborío, de 60 años y oriunda de Sarchí, es abogada, socióloga y criminóloga.
Ostenta como ventaja su experiencia en la función pública, aunque ha estado alejada de la política desde que culminó el gobierno de Abel Pacheco (2002-2006), el último socialcristiano, en el que Saborío ocupó la vicepresidencia y se desempeñó también como ministra de Planificación y de la Presidencia.
Además, antes de llegar al Ejecutivo, entre 1997 y 2002 fungió como directora del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), siendo la primera mujer en llegar a esa posición.
No obstante, desde el 2006 ha tenido poco protagonismo en la vida política del país. Su último movimiento político, antes de esta precandidatura, fue su adhesión a Fabricio Alvarado, excandidato presidencial de Restauración Nacional (PRN), camino a la segunda ronda de las elecciones del 2018.
Propuestas
Saborío propone no cobrar el impuesto sobre la renta a las pymes durante los primeros tres años.
Como parte de la propuesta para reducir el desempleo la aspirante proponer modificar las leyes para reducir las cargas sociales para que el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y el Banco Popular sean financiados con impuestos de fácil recaudación.
LEA MÁS: Conozca las propuestas de los precandidatos del PUSC sobre movilidad urbana
Además, plantea apostarle a la educación técnica dual, certificaciones e insignias de las habilidades y certificación de las competencias por suficiencias, con el objetivo de atender las demandas del mercado laboral.
Otra de sus propuestas es apoyar el aseguramiento de los trabajadores por jornada laborada, sin que se pague la base mínima contributiva, así como una amnistía para que los trabajadores independientes puedan formalizarse con la Caja.
Sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que Costa Rica negocia actualmente, Saborío ha dicho que lo considera “absolutamente importante”, pero también ha manifestado que “trataría de que no fueran tantos los impuestos que se hablan de aumentar” y se enfocaría en la disminución, control y contención del gasto.
En materia de transporte y movilidad, Saborío le apuesta a la modernización del transporte ferroviario, tanto de carga como de personas, pero considera que la propuesta actual tiene un costo muy elevado que sobrepasa las condiciones económicas y financieras del país.