Puerto Caldera se asemeja a una carretera con alto congestionamiento que alcanza hasta un 100% de capacidad, lo cual se traduce en presas que pueden extenderse por mucho tiempo. Ese lapso de espera lo experimentan los buques y se traslada hacia los importadores que esperan la entrega de sus mercancías.
Esta situación se debe, en parte, a que la línea de atraque del puerto no tiene la misma profundidad en toda su extensión. Por esta razón hay naves en espera de atraque mientras existe espacio en muelles, pero no tienen la capacidad para recibir las cargas.
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El puerto lleva más de diez años con un servicio ralentizado entre importadores que levantan la voz exclamando una pronta modernización que agilice el ingreso de las embarcaciones. Esa ansiada transformación se acerca: en octubre pasado se publicó el cartel licitatorio.
La construcción se contempla en etapas para garantizar la continuidad del puerto en medio de la transformación e iniciará a finales del 2027 e inicios del 2028. Según Wagner Quesada, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), el espacio útil pasará de 25 a 57 hectáreas.
“Estamos administrando una crisis. Tenemos un puerto que cumplió fundamentalmente su vida útil”, aseguró Quesada.
La Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial brindó la colaboración técnica para la elaboración del cartel. El presupuesto estimado para la modernización es de $587 millones.
Un nuevo puerto
La meta de la modernización es proporcionar una profundidad estándar en los cuatro muelles existentes y en el granelero que construirán. Actualmente la profundidad disponible es de 10 metros (m), 6m; 7,5 m y 13 m; se contempla que el nuevo frente de atraque sea de 13,6 m de profundidad.
El reducido calado imposibilita la entrada de barcos grandes, razón por la que algunas importaciones hacen transbordos en Panamá o México y llegan a Costa Rica en buques de menor tamaño. Esas paradas estratégicas aumentan los tiempos de espera entre los comerciantes en el territorio nacional.
“Los cinco puestos de atraque que tendrá el puerto le permitirá atender naves del mismo calado. Y con la construcción de un nuevo puesto de atraque, para buques portacontenedores, tendríamos la capacidad de tener servicio directo de Asia si fuera necesario”, explicó Quesada.
La ampliación en el terreno útil se debe a que agregarán los patios de La Purruja a la infraestructura actual. De esta manera se expandirá el espacio para maquinaria, equipo y acondicionamiento de patios que almacenan carga.
Según Manuel Parrales, coordinador técnico de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) y quien ha sido parte de las reuniones técnicas de modernización con Incop y otras cámaras, las obras proyectan una construir 300 metros del nuevo muelle de contenedores, un muelle para mercancías generales e importación de vehículos. También se harán reparaciones al muelle de graneles actual.
Terminal de contenedores: los trabajos de pavimentación, la ampliación de los patios y el ingreso de nuevo equipo de grúas serán parte de la primera fase. La construcción de los patios puede extenderse hasta una tercera fase.
Terminal granelera: la primera fase contempla una extensión de 20 m, dos nuevos postes de amarre, explanada y nuevos accesos viales. En la segunda etapa se desarrollará el nuevo muelle para buques de 250 m de eslora y 13,6 m de profundidad.
Terminal de carga general: se continuará con la nueva construcción del muelle para buques. Además, se habilitarán nuevos patios con capacidad para 1.000 vehículos en 1,8 hectáreas y también 1,3 hectáreas para carga fraccionada; habrá dos grúas móviles para operación en muelle y pavimentación de vias y patio.
¿Cómo y cuándo?
El año clave del proceso de renovación será el 2025. En ese periodo las autoridades seleccionarán al concesionario que brindó la mejor oferta en cuanto a las necesidades del puerto.
“Caldera tiene dos concesiones: Sociedad Portuaria Caldera y Sociedad Portuaria Caldera Granelera. Estas dos dejan su vida funcional en agosto del 2026 y el nuevo administrador toma las dos operaciones bajo la nueva figura de obra pública con servicio público”
— Wagner Quesada, presidente ejecutivo del Incop.
Incop recibirá las ofertas económicas de los interesados el 3 de marzo del 2025. Luego, iniciará el proceso de evaluación y selección para que el concesionario empiece a operar en agosto del siguiente año.
“La meta es llegar a agosto del 2026 teniendo totalmente en firme el contrato de un nuevo concesionario que toma las operaciones bajo esta nueva figura de concesión de obra pública con servicio público”, dijo Quesada.
La toma de las operaciones se efectuará en cuanto el administrador actual, Sociedad Portuaria de Caldera, concluya con su contrato en 2026. A partir de ese momento transcurrirá un lapso de aproximadamente 15 meses para que el nuevo concesionario presente trámites de estudios adicionales, visado de planos y desarrolle procedimientos que garanticen el modelo de servicio público mientras construyen.
Posteriormente dará inicio la fase de construcción que podrá extenderse hasta por 30 meses y será en ese tiempo cuando se amplíe la línea de atraque y se edifique el nuevo muelle que abre la posibilidad a ampliar el tiempo de finalización.
Según Parrales, el plazo para terminar la construcción podría extenderse hasta por 18 meses siendo el lapso total de cuatro años.
Mientras tanto...
De acuerdo con Quesada, mientras se inicia la transformación de Caldera se trabaja en mejoras que descongestionen la operación. Cuentan con $14 millones de parte del Gobierno y otros $5,5 millones, como resultado de la conciliación con Sociedad Portuaria de Caldera, para una serie de inversiones de mejoras en los patios, en las calles y en la capacidad del puerto.
“El año entrante invertiremos $6 millones en un nuevo dragado para mantener la línea de atraque y que podamos seguir atendiendo a los buques”, indicó Quesada.
Durante el 2025 se invertirá un monto cercano a los ¢1.000 millones en el muelle de Golfito y, de manera paralela, en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para ejecutar un intercambio de terrenos en Golfito que permitiría tener patios para operación portuaria. Esto dotaría a dicho muelle de mayor capacidad y sería una alternativa para descongestionar Puerto Caldera.
Las bobinas de acero, los rollos de acero, las láminas metálicas y la descarga de vehículos son algunos de los productos que podrían entrar a través de Golfito.
Si bien algunos importadores mencionan a la terminal Punta Morales, también en el Pacífico, como una opción para aliviar el flujo de cargas en Caldera, lo cierto es que Incop no lo considera viable debido a que su acondicionamiento generaría mayor monto de inversión dentro de las modernizaciones ya contempladas en Caldera y Golfito.
“Esperamos que de alguna manera se reduzca la presión sobre Puerto Caldera que ya superó totalmente su capacidad. Esperamos que se aceleren los procesos”, mecionó Laura López, gerente general de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).