Solo seis cantones ubicados en la Gran Área Metropolitana concentran el 51% del peso económico de la producción de Costa Rica. Se trata de San José (27,4%), Alajuela (9%), Heredia (4,4%), Desamparados (4%), Cartago (3,7%) y Santa Ana (2,5%).
Al igual que muchos otros indicadores sociales y económicos, las mejores cifras de producción también se concentran en el centro del país y se diluyen a medida que se desplazan hacia las costas.
Esta es una de las conclusiones a las que llegó el más reciente Informe del Estado de la Nación, publicado este 16 de noviembre, con base en los datos de la matriz insumo-producto (MIP) cantonal elaborada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Esta matriz se publicó recién en febrero de 2021, con datos de 2017, y establece “estadísticas productivas al menor nivel de desagregación” de producción y valor agregado entre cantones, según el estudio.
Actividades varían
La investigadora del PEN, coordinadora del capítulo económico del Informe y parte del equipo que analizó la MIP cantonal, Pamela Jiménez, explicó que los números registrados evidencian una posible desconexión entre la política pública del país y la realidad de muchos de los cantones analizados.
La concentración de hasta 51% de la producción en solo seis cantones centrales del país permite suponer que las políticas públicas se han basado en las estructuras y necesidades de esos mismos territorios en detrimento del resto de territorios, que tiene diferentes estructuras productivas.
“Esto es muy importante, porque las estructuras dentro de los cantones son significativamente diferentes”, comentó Jiménez. “Aunque el sector agropecuario representa un 6% de la producción del país, en promedio, en cantones como Matina o Nandayure representa más del 50%”, explicó.
La agricultura también representa más de una cuarta parte de la producción de otros 10 cantones, revela el estudio.
Según el informe, esta desigualdad entre los cantones y sus estructuras productivas hace que los promedios generales nacionales no sean un parámetro indicado o un reflejo de la composición de la mayoría de los territorios.
En la investigación de la matriz cantonal participaron, además de Jiménez, los investigadores Esteban Durán, María Santos y Amram Aragón.
Según Jiménez, esta aproximación es una de las más cercanas posibles para entender la dinámica cantonal en materia de producción; sin embargo, encuentra limitaciones metodológicas.
Entre ellas, señaló que los datos disponibles fueron publicados hasta este año por el BCCR, pero tienen un rezago de cuatro años (son de 2017). Tampoco contabilizan algunas importaciones, impuestos y similares, y usan como referencia únicamente datos de la economía formal.
“A pesar de eso, sí es muy parecido al Producto Interno Bruto (PIB). Si lo sumamos no va a ser exactamente lo mismo, pero las diferencias son pocas y son datos oficiales”, explicó.
Diferentes regiones, diferentes realidades
El Informe del Estado de la Nación subdividió a todos los cantones en seis grandes grupos, por sus características regionales y productivas. Estos fueron: la médula económica, el nodo Central y Pacífico, el nodo Atlántico y Sur, el nodo Chorotega, el corredor Sur desarticulado y el corredor Norte desarticulado.
La médula económica reúne a los 17 cantones con un mejor desempeño productivo, los cuales se ubican mayoritariamente en el centro del país (con excepción de algunos pocos como Pococí, Puntarenas o San Carlos).
Estos cantones cubren a un 49% de la población costarricense y acumulan un 60% de la producción. Su valor agregado se basa, principalmente, en industrias manufactureras (21%), en el comercio (10%) y, en menor medida, en actividades profesionales-científicas e inmobiliarias.
“Entre las actividades en las que se especializa este grupo destaca la fabricación de instrumentos médicos y dentales así como los servicios de información y programación informática”, detalla el estudio.
Luego, el nodo Central y Pacífico incluyó a los cantones con un menor desempeño ubicados en el centro del país junto con los ubicados en el Pacífico Central. Este grupo de 34 territorios reúne a un 23% de la población y aportó un 21% de la producción.
Al igual que en la médula económica, el nodo Pacífico y Central desarrolla principalmente tareas de industria manufacturera (25%) y comercio (10%).
A pesar de que este sector tiene un gran peso del sector industrial, el estudio lo diferencia de los cantones centrales por una mayor especialización en el desarrollo de metales y menor en cuestiones de banca.
El resto de distribuciones geográficas (en la región Chorotega, el Norte, el Caribe y el Sur del país) reúnen hasta a un 28% de la población; pero apenas aportan un 11% de la producción registrada.
Estas cifras, es importante recordar, representan una fotografía de 2017; por lo que las brechas pudieron acentuarse o reducirse desde entonces.
En nodo Chorotega reunió a todos los cantones guanacastecos, con excepción de Nadayure y de Hojancha. En este, las principales actividades registradas fueron la construcción (15%), la manufactura (13%) y el alojamiento (12%).
En el resto de nodos y corredores, que incluyeron a la mayor parte de las regiones fronterizas y a la Zona Sur del país, predominaron la agricultura y la ganadería, con más de un 20% en proporción al total.
En el Norte y el Sur del país además existe un problema de desconexión, según indica el estudio. El análisis hecho para el Estado de la Nación determinó que estos cantones “tienen pocos vínculos productivos y están relativamente desconectados del resto de la red productiva”.
Este y otros factores hacen que su producción tenga un alto componente del sector público (en más de una cuarta parte), según la revisión.
Centralización de la política
Recién el 11 de noviembre pasado, el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC) publicó también un índice propio sobre la competitividad cantonal. La mejores calificaciones de esta clasificación, igualmente, se concentraron en el centro del país.
Según afirmó Mónica Segnini, presidenta del think tank, son diversos los fenómenos que podrían explicar este tipo de fenómeno; incluidas la falta de políticas regionales focalizadas para cada región.
Asimismo, el investigador que coordinó dicho estudio, Andrés Fernández, añadió el impacto positivo o negativo que pueden tener para los diferentes territorios la gestión administrativa y presupuestaria de las municipalidades.
Según los investigadores del estudio, los hallazgos de su aproximación productiva cantonal podría ayudar en esa misma línea, y “apoyar el diseño de estrategias de desarrollo productivo con visión territorial”.