El Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) inició en setiembre las primeras pruebas de cultivo y manejo de plantas de cáñamo en Costa Rica.
Las primeras plantas que forman parte del estudio ingresaron in vitro y se han mantenido en invernadero, pero ya están por cultivarse en suelo en la Estación Experimental Los Diamantes, en Guápiles, y en la Estación Experimental Enrique Jiménez Núñez, en Cañas.
Estas pruebas se realizan mientras avanza la discusión política en la Asamblea Legislativa en torno al proyecto de ley para legalizar el cultivo de cáñamo para uso industrial y marihuana con fines medicinales, propuesto por la diputada Zoila Volio.
Dicho proyecto fue recientemente dictaminado por la Comisión de Ambiente, por lo que pasará ahora al plenario legislativo.
El estudio que lleva a cabo en INTA se da en el marco de un convenio de cooperación con un ente privado, quien pone el material genético y cubre gastos, mientras la institución contribuye con el conocimiento y la experiencia. La condición principal es que la información que derive del estudio sea pública.
Las plantas que se están utilizando son de la especie Cannabis Sativa con bajos niveles de THC. El objetivo de las pruebas es evaluar el comportamiento de las plantas y determinar cuáles sitios del país serían los óptimos para sembrarlas.
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“La empresa las adquirió en el mercado norteamericano y tienen el requisito básico que, de origen, no pasarían de 0,3% de contenido de THC y tendrían un contenido apreciable de CBD. Pero todos estos procesos de síntesis dependen del sitio en que se siembre y el manejo que se les da, entonces puede haber alguna variación que es lo que estamos tratando de esclarecer”, afirmó Alfredo Bolaños, funcionario del INTA y director del proyecto.
Los materiales varían en sus características. Algunas poseen tallos más gruesos por lo que serían ideales para fibra, mientras otras son mejoradas para la producción de CBD.
Estas plantas son fotoperiódicas y necesitan un período de luz de 17 a 18 horas aproximadamente, por lo que en el invernadero se mantienen con luces adicionales para suministrarles el período y la cantidad de luz correspondiente.
Una vez en suelo, necesitarían entre 45 a 50 días para la primera cosecha, lo que podría ocurrir a finales de año.
Sin embargo, una evaluación más completa solo estaría disponible hasta el primer trimestre del año entrante.
La idea es tener criterios técnicos de producción para el cultivo de estas plantas. Bolaños aseguró que no son resultados vinculantes que estén relacionados con el proyecto de ley o su futuro reglamento, sino que responde a un interés del Ejecutivo por impulsar este cultivo en el país.
“Con las pruebas que hacemos se podrá decir que, de los ensayos del INTA, tal cultivar sirvió muy bien aquí”, comentó Bolaños.
El INTA solo está realizando pruebas de cáñamo, es decir, plantas de bajo nivel de THC, puesto que el Ejecutivo se opone a la legalización del cultivo de marihuana con fines medicinales, tal y como lo incluye el proyecto de ley que se discute en la Asamblea Legislativa.