Los resultados de las primeras pruebas de plantas de cáñamo en Costa Rica dan algunas pistas de las características de este cultivo en las condiciones del país.
El Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la empresa costarricense Roco Plants desarrollaron entre el 2020 y el 2021 un análisis de cientos de plantas Cannabis en dos estaciones localizadas en Guápiles y Cañas.
Las plantas de cáñamo se caracterizan porque tienen alta concentración de cannabidiol (CBD) y baja presencia de tetrahidrocannabinol (THC), al contrario de la marihuana.
Uno de los resultados más claros del estudio está relacionado al clima de estas zonas, pues las plantas que crecieron en Cañas tuvieron un mejor desarrollo, mientras que las condiciones de Guápiles no fueron favorables y esa plantación se descartó durante el desarrollo de las pruebas.
“En Guápiles la condición de humedad es muy alta y lo que se requiere, al final de la cosecha, es que haya una concentración de aceites. Eso no se va a lograr con una humedad relativa tan alta. Habría que hacer inversiones en infraestructura para poder manejar la producción”, explicó Arturo Solórzano, director del INTA.
La alta humedad en campo abierto e incluso en los invernaderos provocó que las plantas en Guápiles crecieran alrededor de un metro, la mitad del crecimiento que registraron las de Cañas, donde alcanzaron hasta los dos metros de altura.
No obstante, no quiere decir que el clima de Guápiles o similar no sea apto para el cáñamo, pues Solórzano indicó que se están desarrollando tipos de cáñamo con una genética que les permite soportar esas condiciones de humedad, por lo que se deben hacer pruebas con diferentes cultivares.
Un cultivar es similar a una variedad de la planta estabilizada, cuya semilla comparte algunas características que se pueden obtener a través de diferentes métodos. En las pruebas se estudiaron 1.418 plantas de 12 cultivares distintos.
Si bien aún es pronto para generalizar los resultados, estas primeras evaluaciones permiten adelantar que las condiciones más ideales son las de Guanacaste o similares, con clima seco y suficiente brillo solar, aunque se pueden desarrollar adaptaciones genéticas para otros climas.
Alexander Schmidt, profesor e investigador de biología e ingeniería en biotecnología del Tecnológico de Costa Rica (TEC), comentó que el cáñamo es una planta que se adapta bien a climas tropicales como el de Costa Rica y ya se ha cultivado en China, Europa, África y otras zonas.
Además, precisó que existe un abanico de variedades e híbridos de cáñamo que se adaptan a diversas condiciones.
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Otro resultado del INTA tiene que ver con las características del cultivo. La institución determinó que el cáñamo es dependiente de mano de obra desde etapas tempranas pues la formación del árbol es similar a la de un arbusto o un ciprés y se requiere de técnicas de poda.
También, en el caso de que se cultive para la extracción de aceites, se necesita invernadero para asegurarle a la planta una luminosidad de hasta 16 horas al día.
Por otra parte, el INTA aplicó el riego por goteo como método de nutrición, pero Solórzano comentó que se puede usar otro sistema.
El ciclo de la planta es de cuatro meses desde la siembra hasta la primera cosecha. Por las condiciones climáticas, Costa Rica ofrece la posibilidad de obtener tres ciclos al año, lo cual es una ventaja frente a países de clima templado, apuntó el director.
El costo de producir cáñamo dependerá de la calidad del producto final, algo que aún está pendiente determinar en las plantas del INTA debido a la falta del equipo que cuantifique la concentración de los diferentes compuestos.
Schmidt resumió las condiciones ideales para cultivar cáñamo en algunos factores: buena cantidad de agua, pero con un suelo sin exceso de este líquido, así como muchos nutrientes.
“En Guápiles, en Guanacaste, hasta en el Valle Central hay condiciones relativamente idóneas. No tenemos tanta diferencia de temperatura y muchas variedades se podrán adaptar”, dijo el académico, quien destacó la importancia de generar conocimiento sobre esta planta en el país a través de más pruebas y estudios.
En todo caso, la variedad que una empresa o productor elija sembrar dependerá del mercado al que se dirija la producción y su uso final.
Un inconveniente que presentaron las plantaciones del INTA fueron las plagas. Los cultivos fueron atacados por hormigas, insectos y ácaros. Pero la más dañina resultó ser la llamada mosca blanca, que obligó a desinfectar y volver a sembrar.
Los resultados de esta pruebas fueron expuestos en el congreso internacional sobre cannabis llamado Cannabis Science & Industry Congress, realizado en Costa Rica entre el 27 y 29 de enero.
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Industrias
El cáñamo abre las puertas a un amplio abanico de industrias y aplicaciones.
Las fibras se pueden dedicar a productos como mecates, textiles, recipientes, mobiliario; la semilla o el extracto de CBD, por su parte, puede integrarse a alimentos, bebidas o cosméticos.
Schmidt apuntó que estudios hablan que existen 25.000 productos derivados del cáñamo, cuyo principal productor mundial actualmente es China.
En Costa Rica, este nicho de mercado viene en crecimiento. Por ejemplo, el Ministerio de Salud registra en su sitio de consulta 50 productos con CBD de venta en el país, solo en la categoría de alimentos.
“Es una gran oportunidad que tenemos como país para empezar a generar un valor agregado a productos a partir del cáñamo”, aseguró el académico.
La Promotora del Comercio Exterior (Procomer) también ha señalado el potencial de este cultivo.
En un estudio de octubre del 2020, la institución señaló que los tres principales segmentos derivados del cáñamo en los que Costa Rica podría incursionar son los de suplementos y bebidas con CBD, los textiles y otras aplicaciones industriales y de construcción.
La apertura de este mercado en Costa Rica depende de la aprobación definitiva del la ley que impulsa el cáñamo para uso industrial en el país, aprobada por la Asamblea Legislativa el 13 de enero.
No obstante, el Poder Ejecutivo presentó el 27 de enero un veto parcial por temas relacionados a la marihuana medicinal, tema que también se incluye en la iniciativa de ley.
Por ahora, se deberá esperar la respuesta del Congreso acerca de dicho veto.
El mercado mundial del CBD tendrá un valor de $26.000 para el 2025, según proyecciones de Euromonitor International, proveedor de investigación de mercado.
El empuje proviene de la alta demanda en Estados Unidos, Europa y China, principalmente.