El cierre del primer año legislativo del Congreso actual deja a los diputados bien parados en la carrera histórica de aprobación de leyes.
A pesar de ser una Asamblea Legislativa multipartidaria, que incluso sufrió rupturas de grupos en este primer período, los diputados consiguieron ponerse de acuerdo para aprobar 111 leyes nuevas. Este número los coloca como el segundo Congreso más efectivo de los últimos 29 años, según los datos proporcionados por la Asamblea Legislativa.
La cosecha legislativa no solo destaca por cantidad, los legisladores cuentan en su historial la aprobación de legislación de primer orden para el país como la reforma fiscal, un proyecto que fracasó en múltiples congresos anteriores. En general los proyectos aprobados durante este año son en su mayoría sustantivos.
EF analizó las 111 leyes aprobadas desde el 1.° de mayo del 2018 hasta el 8 de abril del 2019, según la información facilitada por el Departamento de Servicios Técnicos de la Asamblea Legislativa.
Más leyes
Los únicos diputados más productivos que los actuales durante su primer año en el cargo son los que ocuparon el plenario entre 2010 y 2014, durante la administración Chinchilla Miranda. En su primera legislatura, ellos le dieron el visto bueno a 113 leyes. Dos más que los actuales legisladores.
En comparación con otros Congresos, los legisladores que hoy ocupan las curules quedan muy por encima. Incluso duplican los resultados de algunos predecesores.
Por ejemplo, durante el primer año de la administración Solís Rivera se registra el rendimiento más bajo de los últimos 29 años. Los diputados de entonces solo aprobaron 46 nuevas leyes.
El promedio de leyes aprobadas por año entre 1986 y el 2018 es de 80, de acuerdo con datos del último Estado de la Nación. El mismo informe detalla que una ley debe pasar 19 meses en la Asamblea Legislativa antes de pasar al Ejecutivo para su firma.
Sin embargo la productividad no es sólo cuestión de cantidad. El tipo de ley que se aprueba pesa mucho para tratar de definir si el trabajo de los diputados en este primer año, fue bueno o no.
¿Leyes de calidad?
No todas las leyes tienen el mismo impacto en la vida nacional. Para evaluar el desempeño de los legisladores no se debe analizar solo la cantidad de nuevas leyes que logran aprobar, sino la trascendencia que tienen en la vida de los ciudadanos.
Tal vez la ley más importante aprobada por el actual plenario legislativo es la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas que representa la primera reforma comprensiva tanto de los ingresos como de los gastos del Estado de las últimas tres administraciones. Al menos dos intentos anteriores murieron por vicios de procedimiento detectados por la Sala Constitucional. Una trampa que los actuales diputados lograron sortear en esta ocasión.
Otros de los proyectos de peso fueron la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur, el único acuerdo comercial negociado durante la administración Solís Rivera; la luz verde de la Comisión Plena Primera a la ley de Justicia Restaurativa; y la fusión entre Bancrédito y el Banco de Costa Rica.
EF clasificó las 111 nuevas leyes en sustantivas, convenios internacionales y legislación no sustantiva.
El primer grupo corresponde a aquellas leyes que reforman o amplían el campo de acción del Estado o bien que inciden en el desarrollo humano del país. Para esta primera legislatura el grueso de las nuevas leyes cae en esta clasificación, con un 69% del total.
Por Cuesta de Moras también desfilan proyectos de menor impacto nacional, calificados por EF como no sustantivos. Estos generalmente se relacionan con aprobaciones para el cambio de uso o segregación de terrenos del Estado solicitadas por entidades del Sector Público, o bien declaraciones de días conmemorativos.
La última clasificación es la de convenios internacionales, donde se agrupan las votaciones sobre instrumentos normativos que se establecen con otras naciones.
Ambas clasificaciones alcanzaron un 15% del total de las leyes aprobadas por los diputados.
El informe Estado de la Nación realiza su propia categorización de la producción legislativa, utilizando parámetros distintos, y bajo los cuales el promedio de leyes sustantivas aprobadas apenas supera 20 por año.
En el primer año del Congreso anterior, no solo hubo menos leyes sino que también fueron cortas de relevancia para el país. Menos de la tercera parte de las 46 proyectos aprobados en ese año, fueron consideradas como “sustantivas” por el Estado de la Nación.
El criterio es similar. Los proyectos son sustantivos si “inciden de manera directa en el desarrollo humano de amplios sectores de la sociedad, porque reconocen nuevos derechos, amplían derechos previamente concedidos, o extienden las competencias del Estado”.
Sin embargo hay una diferencia importante, el Estado de la Nación no considera los presupuestos como proyectos sustantivos, caso contrario al análisis que se realizó para el año legislativo actual. Más allá de esto los criterios siguen siendo subjetivos.
Históricamente el primer año de los diputados no es el más productivo, aunque tampoco es el más ineficiente. Mientras los diputados definen el próximo gabinete, dejan el listón alto para sus próximos períodos.