Los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladímir Putin, se posicionaron este viernes 16 de septiembre como contrapeso a la influencia occidental, en una cumbre regional en Uzbekistán que reúne a varios países que mantienen relaciones tensas con Estados Unidos.
Pero la solidaridad entre los participantes reveló algunas fracturas, con los mandatarios indio y turco pidiendo a Putin que detenga la guerra en Ucrania, donde Moscú se encuentra involucrada militarmente, y choques armados fronterizos entre dos Estados asistentes, Kirguistán y Tayikistán, que han dejado decenas de heridos.
Los líderes chino y ruso eran las cabezas de cartel de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un grupo que pretende rivalizar con las instituciones occidentales, en la ciudad uzbeka de Samarcanda.
La cita tiene lugar cuando Moscú y Pekín mantienen relaciones extremadamente tensas con Estados Unidos, debido a la invasión rusa a Ucrania y al apoyo estadounidense a Taiwán.
El mandatario chino instó a los dirigentes de los países presentes a "trabajar juntos para promover un orden internacional que vaya en una dirección más justa y racional".
Por su parte, el presidente ruso celebró la influencia creciente de los "nuevos centros de poder" que, según él, "se está volviendo cada vez más evidente".
Putin afirmó que la cooperación entre los países miembros de la OCS, a diferencia de Occidente, se basa en principios "exentos de egoísmo".
Conformada por China, Rusia, India, Pakistán, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán, la OCS se fundó en 2001 como organización política, económica y de seguridad de cooperación.
Sin embargo, durante el encuentro aparecieron signos de desacuerdo. "Excelencia, sé que este no es el momento de la guerra", dijo el líder indio Narendra Modi a Putin al comienzo de una reunión cara a cara.
Putin, en respuesta, aseguró que escuchaba sus "preocupaciones" y afirmó que "haría todo lo posible" para que el conflicto en Ucrania "terminara lo antes posible", acusando a Kiev de rechazar "cualquier proceso de negociación".
Poco después, sin embargo, el líder ruso se desdecía y aseguraba que "el plan [de operaciones]" en el país invadido no necesita cambios". "No tenemos prisa", sostuvo durante una rueda de prensa.
Al mismo tiempo, Kirguistán y Tayikistán, cuyos líderes están presentes en Samarcanda, viven enfrentamientos armados en estos precisos momentos. Sus dirigentes se reunieron con carácter de urgencia durante la cumbre para anunciar un alto al fuego tras una escalada de violencia en la frontera entre ambas naciones.
Unas 19.000 personas fueron evacuadas en el lado kirguiso de la frontera, donde continuaban los choques pese al anuncio de tregua.
Putin y Xi se reunieron asimismo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que llamó al líder ruso a parar la guerra “lo antes posible por la vía diplomática”. Recientemente, Ankara tuvo un papel clave en el acuerdo entre Moscú y Kiev para desbloquear el envío de cereales ucranianos al resto del mundo.
En su encuentro con Erdogan, Putin se dijo dispuesto a aumentar "significativamente" todas las exportaciones rusas hacia Turquía, especialmente las energéticas.
Desde el inicio de la invasión de Ucrania, los países occidentales han impuesto una serie de sanciones económicas contra Rusia, que se vuelca cada vez más en Asia en busca de apoyo económico y diplomático.
En una reunión con Xi el jueves, el líder ruso agradeció a su homólogo chino su "posición equilibrada" sobre el conflicto en Ucrania y le prometió "explicaciones" sobre sus "preocupaciones".
Xi, que realiza su primer viaje al extranjero desde el inicio de la pandemia del coronavirus, espera reforzar su imagen antes del congreso del Partido Comunista Chino en octubre, en el que aspira a un nuevo mandato.
El hecho de que haya elegido Asia como primer destino tras más de dos años sin desplazarse al exterior muestra la importancia que Pekín concede a esta región, atravesada por las "Nuevas Rutas de la Seda", un proyecto titánico liderado por Xi para reforzar los vínculos comerciales con el mundo.
Xi también se reunió el viernes con Erdogan y el presidente iraní, Ebrahim Raissi, cuando las negociaciones sobre el programa nuclear iraní están estancadas.
No se anunció ninguna reunión entre Xi y Modi, cuyos dos países, ambas potencias nucleares, atraviesan un periodo de tensión desde los mortales enfrentamientos fronterizos de 2020