El presidente saliente de la República, Carlos Alvarado, resaltó como dos de los principales logros de su gobierno la estabilización de las finanzas públicas del Estado y la consecución de un repunte de la producción económica, en medio de la pandemia de COVID-19. Así lo hizo en su último informe de labores como máximo mandatario costarricense, ante los diputados de la Asamblea Legislativa.
“Mi gobierno estabilizó claramente la senda de las finanzas públicas, no desde una visión electorera o de triunfos temporales, sino desde la responsabilidad y el largo plazo”, afirmó el mandatario en su última rendición de cuentas. “Se logró sin despedir personal ni privatizar instituciones por razones ideológicas. Eso es la defensa del Estado de Derecho. Los números son contundentes”, subrayó.
La administración Alvarado consiguió la aprobación de reformas estructurales de peso en materia de ingreso y gasto público, pero que le costaron grandes golpes en su caudal político a lo largo del cuatrienio.
Entre ellos, impulsó la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9.635), que incluyó una reforma tributaria (incluida la institución del Impuesto al Valor Agregado) y la regla fiscal que hoy pone a raya las erogaciones del Estado en momentos de estrechez fiscal. También consiguió la aprobación de la Ley Marco de Empleo Público (10.159), la cual se planteó para acabar con el pago de remuneraciones compuestas (con pluses y otros incentivos monetarios) por un sistema de salario único para personas que realicen las mismas labores.
Los resultados de la reforma fiscal se vieron mermados en los primeros años de su aplicación por los efectos económicos de la emergencia sanitaria que implicó el coronavirus. La economía del país experimentó su mayor contracción desde la década de los años 1980 en el año 2020.
No obstante, la reforma contuvo el gasto público y su efecto tributario despuntó en 2021, ante la recuperación económica de ese año, con un crecimiento que el Banco Central recién estimó en un 7,8% en 2022.
Ese rebote económico, aunado a la continuidad de medidas de restricción de gasto público incluidas en la reforma fiscal, le permitirán al país conseguir un superávit primario por primera vez en 13 años este 2022, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de su acuerdo de financiamiento y ajuste fiscal con el Gobierno.
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Sobre estas acciones, Alvarado afirmó a los legisladores que su gobierno “no solo enfrentó la adversidad de la pandemia del COVID-19 por más de dos años; sino que la resistió y, al mismo tiempo, hizo reformas y obras necesarias y de fondo, muchas postergadas por décadas, por temor a su costo político”.
“Hace cerca de 20 años el problema fiscal estaba identificado, y en lugar de resolverse, se fue agravando. Esto debilitó la capacidad del país de invertir en campos del desarrollo, como infraestructura, niñez, mujer, cultura e innovación; así como en los más vulnerables. Nosotros fuimos a la raíz y pusimos orden”, puntualizó.
No obstante, apuntó que los logros alcanzados hasta ahora pueden enfrentar riesgos ante situaciones externas, por lo que instó a los legisladores entrantes a tomar medidas que reafirmen el balance financiero del Estado a través de medidas como las que él impulsó en el marco del acuerdo con el FMI.
Sin representación oficialista
Alvarado brindó sus declaraciones ante los diputados de la nueva conformación de la Asamblea Legislativa, en la cual el Partido Acción Ciudadana (PAC) –que lo llevó a la Presidencia de la República en 2018– no logró colocar un solo legislador en Cuesta de Moras, tras su administración.
El discurso del presidente saliente no será defendido por diputados oficialistas en las sesiones de esta semana, las cuales se dedicarán al control político y la revisión de las palabras del mandatario.
Alvarado también se refirió a logros que considera consiguió el país bajo su administración en campos como la construcción de obra pública, los derechos humanos de grupos vulnerables o excluidos, la salud pública, la lucha contra el cambio climático y otras cuestiones como la concreción de la adhesión del país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero reconoció problemas que heredará como los altos índices de desempleo, que cierran por encima del 13%; y la débil situación de la infraestructura educativa, tanto física como tecnológica.
También apuntó a la desigualdad, “que se refleja en pérdida de la cohesión social”. “Hay quienes preguntarán si este gobierno hizo suficiente en esta materia y les diría que la base fundamental para enfrentar este problema es asegurar un Estado viable y robusto que pueda acometer la desigualdad. Un Estado quebrado, en default, y una economía en picada solo lo agravarían. Resolvimos primero lo primero”, apuntó.
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No obstante, Alvarado enfatizó en subrayar la importancia de frenar el avance de la deuda pública del país y el desequilibrio de las finanzas públicas. Además, pidió a los legisladores continuar atendiendo esa tarea durante el próximo cuatrienio haciendo “todo lo contrario de lo que se espera de un político tradicional”.
“Decidí resolver este problema fiscal y económico convencido de que es la principal traba para nuestro desarrollo y el principal riesgo para nuestra gente”, apuntó. “Lo hice sabiendo las limitaciones que imponía y los costos políticos que pagaría; pero sobre todo porque anhelo que seamos un país más próspero y desarrollado. Ruego que no nos echemos para atrás. Ruego que no pensemos en términos de un titular o una elección”, dijo a los congresistas.
El presidente saliente también dedicó palabras sobre la atención de la pandemia realizada por su gobierno. Destacó que el país evitó miles de muertes durante la emergencia sanitaria de 2020 y, además, consiguió vacunar al grueso de la población rápidamente; a pesar de ser un país de renta media.