Los precios de las gasolinas y el diésel aumentaron abruptamente desde febrero pasado y alcanzaron su mayor nivel de los últimos 13 años, tras el arranque de la invasión orquestada por Rusia en Ucrania. Sin embargo, las dos rebajas más recientes –dos ya puestas en marcha y otra recién anunciada por la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep)– revertirían parcialmente esas subidas.
El precio de la gasolina súper aumentó en ¢259 por litro desde febrero pasado, el de la gasolina regular unos ¢239 y el del diésel hasta ¢308 hasta inicios de este mes de junio; pero, con una rebaja aplicada el 17 de junio pasado y otra ya en curso, esas escaladas ya se revertirían en un 18%, un 13% y un 45%, respectivamente.
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La primera rebaja entró en vigor el 17 de junio y le restó ¢2 por litro al precio de las gasolinas y ¢102 al precio del diésel.
Esa reducción iba a ser inicialmente de ¢28 por litro de gasolina súper, ¢27 por litro de regular y ¢43 por litro de diésel por un cambio en la metodología para la fijación de precios. Sin embargo, un decreto ejecutivo del presidente Rodrigo Chaves solicitó enfocar esas bajas para subsidiar el costo del diésel.
Según argumentó el gobierno, reducir el precio del diésel era esencial, al tratarse de un insumo de mayor impacto para el sector productivo y para el transporte público, por lo que se requería del trato diferenciado.
Recientemente, además, se aplicó una reducción ordinaria mínima de apenas ¢1 por combustible; a la que ahora se sumará la rebaja recién confirmada de julio.
La Aresep informó este 1.° de julio de que se restarán ¢43 adicionales al litro de gasolina súper, ¢28 al litro de regular y ¢36 al litro de diésel, respectivamente.
Decisión ejecutiva
La decisión de enfocar la rebaja de mediados de junio en el diésel la tomó la Aresep, ante la solicitud expresa del presidente Rodrigo Chaves, vía decreto.
Ese movimiento es el que hace que el precio de ese combustible se haya recuperado en una proporción hasta tres o cuatro veces mayor que el de las gasolinas hasta este momento.
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Chaves afirmó en conferencia de prensa, el 22 de mayo pasado, que el diésel es el combustible más utilizado por el transporte público y en labores productivas. Por eso, añadió, el gobierno consideraba pertinente enfocar cualquier posible disminución ocasionada por un cambio de fórmula tarifaria en ese producto específicamente.
Sus palabras las respaldó el presidente ejecutivo de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), José Manuel Quesada, quien destacó el el potencial del diésel para aliviar a sectores como el agrícola, el de los comerciantes o el del transporte de carga.
Tensión continúa
Pese a las nuevas rebajas ya anunciadas para julio, la situación del precio del petróleo sigue siendo tensa. El precio del barril de WTI (la referencia estadounidense) hoy ronda los $110 todavía, aunque la tendencia es decreciente desde mediados de junio (cuando alcanzaba alrededor de los $120).
Especialistas, sin embargo, esperan que el valor del crudo caiga hacia el cierre de este año, conforme se supere el impacto de las sanciones a Rusia. La potencia euroasiática es una de las principales naciones productoras de crudo en el mundo, pero se le ha castigado precisamente a través de restricciones al consumo de sus productos derivados del petróleo. Esa reducción del mercado petrolero, en gran medida, explica el alza de los precios internacionales.
Antes de la invasión rusa a Ucrania, el petróleo se tasaba apenas por encima de los $90 todavía. Así ocurría incluso tomando en cuenta las presiones alcistas que implicaba una mayor demanda por la reapertura económica pospandemia.
En el caso de Costa Rica, además, ha sido una presión adicional para los precios de las gasolinas la depreciación del colón. Esto ha encarecido el costo de los combustibles, que se importan con transacciones realizadas en moneda extranjera.