Costa Rica se desempeña bien en las exportaciones; los envíos a la Unión Europea son un ejemplo.
A nivel centroamericano, Costa Rica sobresale como el país que más bienes coloca en esa región.
Según datos del Centro de Estudios para la Integración Económica (CEIE) del Sistema de Integración Económica Centroamericana (Sieca), el país es responsable del 46,2% del total exportado hacia ese mercado. Seguido por Honduras (24%), Guatemala (14,9%), Nicaragua (6.1%), Panamá (4,9%) y El Salvador (3,9%).
Además, hablamos de la tercera región de destino en importancia para los exportadores locales.
De acuerdo con los más recientes datos publicados por la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), el país exportó poco más de $2.150 millones a ese destino en 2016 y acumuló un 21% del total exportado en ese año.
Sin embargo, los envíos a la Unión Europea no escapan de sufrir los mismos síntomas que aquejan al sector exportador nacional en su generalidad.
Se trata de esa vulnerabilidad ante la necesidad de diversificar los mercados de destino, de la necesidad de explorar estrategias logísticas más acordes a las nuevas perspectivas de desarrollo en materia de infraestructura, movilidad y logística, y hasta de sumar más productos a la oferta exportable.
Son, además, padecimientos sentidos en toda América Central, según el propio Sieca.
Pocos destinos
Estadísticas de Procomer señalan que para el 2016, Holanda y Bélgica sobresalieron como los destinos, por valor exportado, con mayor recepción de bienes costarricenses en la Unión Europea. Estos mercados recibieron un 53% de nuestras exportaciones a esa región.
De ahí en adelante, solo Italia destaca entre los destinos pues reporta cifras por $205 millones.
Claro está, el protagonismo de estos países se liga a su infraestructura portuaria. Es decir, en estos sitios son destinos finales y al mismo tiempo puertas de entrada al continente.
Pese a ello, Pedro Beirute, gerente general de la Promotora, asegura que el sector exportador nacional ha iniciado su diversificación, con lo que aumenta la participación en otros mercados.
Como ejemplo, enfatiza que se ha pasado de contar de dos a ocho sedes comerciales en Europa con el objetivo de ampliar el número de compradores
Por su parte, el estudio del Sieca deja entrever que no se trata solo de un mal costarricense, por el contrario, es un tema de discusión regional.
De acuerdo con el documento denominado “El comercio de Centroamérica con la Unión Europea después del Aacue”, las exportaciones centroamericanas a la UE también están altamente concentradas en términos de destino geográfico, pues cuatro países en la UE concentran el 69% del total exportado.
Específicamente, para Centroamérica, son los Países Bajos el principal destino, que recibió en el 2015 un 24% del total.
Mucho agro
La necesidad de diversificar la oferta exportable se vuelve también un imperativo, para el país y para la región europea, pues el sector agrícola es el motor en la exportación de bienes para ese mercado.
Un 49% del total exportado en 2016 por Costa Rica correspondió al sector agrícola. Concentradas en banano (25%), piña (19%) y café (5%).
Para Procomer, el proceso de diversificación se ha impulsado por la participación de exportaciones del sector industrial, sobre todo aquellos productos fabricados por empresas del régimen de zona franca, donde destacan dispositivos médicos, que entre 2012 y 2016 presentaron un crecimiento anual de 23%.
“Tenemos identificados productos incipientes con alto potencial. Sabemos que aún se debe trabajar en aumentar la oferta exportable mediante el desarrollo de productos diferenciados y también bienes industriales que puedan incorporarse en las cadenas globales de valor”, añadió Beirute.
En este punto, una vez más, Costa Rica no se aleja de la tendencia regional. El Sieca dibuja el mismo patrón para el resto del Istmo, pues la oferta exportadora centroamericana hacia la UE está altamente concentrada en el sector agrícola, con un 60% destinado a dicho rubro.
Pese a ello, las autoridades locales y centroamericanas son optimistas y aseguran que la penetración de mercancías en el mercado europeo tiene un amplio margen de mejora.