La propuesta de vender el Banco de Costa Rica (BCR) ya acalora el debate en una Asamblea Legislativa que, hasta ahora, más bien se había mostrado reacia a las grandes discusiones.
El proyecto de Ley de Venta del Conglomerado Financiero Banco de Costa Rica (23.331) apenas se encuentra en sus trámites iniciales, dentro de la Comisión de Asuntos Económicos. Sin embargo, diputados de tres fracciones ya comunicaron algunas de sus posiciones en el Plenario Legislativo –incluidas algunas oposiciones rotundas desde ya.
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El debate calienta y pone en evidencia el complejo panorama que deberá enfrentar la iniciativa planteada por el gobierno del presidente Rodrigo Chaves para privatizar el banco, una tarea para la cual se requeriría el visto bueno de al menos 38 votos de 57 legisladores posibles en el Congreso.
Posición complicada
El debate sobre la venta del BCR se encendió, este 3 de noviembre, en el Plenario legislativo.
El diputado Francisco Nicolás, del Partido Liberación Nacional (PLN), realizó un discurso completo sobre el tema en su intervención de control político, el cual luego derivó en toda clase de respuestas.
Calificó como “ridículo” que el país quiera vender “una institución que produce ganancias anuales por más de ¢54.000 millones”. Según dijo, se trataría de un mero negocio rentable para los encargados de la venta y para el eventual comprador; no para el Estado, que “solo movería menos de un 3% de lo que se debe de deuda pública”.
“Dice el presidente Chaves que el pueblo sabe que el BCR es un banco más, que no le ha dado un solo dividendo en su vida, pero eso es surrealista, es falso”, comentó. “Esta pelea está comenzando y aquí el patriotismo lo vamos a medir, reconociendo que al BCR hay que mejorarlo, fortalecerlo y liberarlo de ataduras, sí; pero no hay que malbaratarlo, venderlo o destruirlo. Aquí, con patriotismo, vamos a defender la riqueza de las y los costarricenses”, añadió.
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La diputada oficialista Paola Nájera, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), entonces le respondió a Nicolás recordándole que el expresidente José María Figures, del PLN, también había propuesto la venta del BCR en 1997. Sin embargo, dicha defensa fue rebatida por el liberacionista; quien aseguró que su postura iba “más allá de lo que ha hecho un personaje u otro de ningún partido político”.
Además de Nicolás, manifestaron desde ya su férrea oposición al plan de venta del banco los frenteamplistas Sofía Guillén y Ariel Robles. El último enfatizó que la venta del BCR no es un tema que le permita a los diputados hablar con “medias tintas” y que, si es por la fracción del FA, el BCR no se vende nunca. “El FA”, dijo Robles, “va a ir a la lucha con los diputados y diputadas que corresponda” para evitar la venta.
Otra que también habló en contra de la venta del BCR fue la diputada Dinorah Barquero, del PLN. Ella señaló que estará “hombro a hombro y espalda con espalda” con diputados como el frenteamplista Robles, para evitar la venta de una entidad como el BCR o cualquier otra que se proponga privatizar.
Los avisos de ‘guerra’ están dados. Hasta ahora, han sido pocas o nulas las veces en que tantos congresistas se manifiestan con una negatividad tan rotunda ante algún proyecto de ley presentado por el actual gobierno.
Además de estos legisladores, se sumó al debate la diputada Vanessa Castro de Paul, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC). Ella no fue intransigente en su postura, pero sí señaló que no estará dispuesta a ceder a un proyecto de venta sin que existan justificaciones concretas que validen el movimiento.
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“Uno de los grandes temas trascendentes de los próximos meses va a ser precisamente la discusión del BCR y no es para menos, es una gran institución de nuestro país”, apuntó. “Ya en el pasado defendí y dije muchísimas veces, cuando di la pelea del ICE (Instituto Costarricense de Electricidad), que no quería venderlo; así que no voy a venir aquí a pensar en vender una institución si antes no existe el rigor del estudio técnico, jurídico y financiero”, subrayó.
La mayoría de estas manifestaciones, sin embargo, se hicieron en un tono personal. Las fracciones aún no toman decisiones definitivas sobre el proyecto, que apenas empieza a gatear en los corrillos legislativos.
Congresistas de bancadas como el Partido Liberal Progresista (PLP) o Nueva República (PNR) ni siquiera realizaron intervenciones sobre el tema en la sesión de este 3 de noviembre. Los liberales son partidarios de la venta, aunque han dicho tener observaciones sobre el texto.
Señal de vida
Los primeros seis meses de la administración del presidente Rodrigo Chaves han estado marcados por una actitud de la Asamblea Legislativa poco confrontativa con sus planes y sus acciones.
No obstante, el cuatrienio apenas empieza y la postura en relación con el proyecto de venta del BCR plantea un reto de gestión política que se avecina para el gobierno.
Asimismo, es una cuestión que podría repetirse ante otras iniciativas que el Gobierno quiere impulsar. Por ejemplo, la reestructuración de varias entidades del Estado, la venta de un 49% de la propiedad del Instituto Nacional de Seguros (INS) o sus planes, aún sin trasladar al Congreso, de reformar el modelo de pago del Impuesto sobre la Renta e instalar un sistema de tributación global.
La mayoría de ideas y planteamientos más controversiales del Gobierno aún no son trasladados del todo al Congreso o ya llegaron a Cuesta de Moras, pero apenas empiezan su trámite.
Otro ejemplo de esa temporalidad temprana en el debate legislativo, que podría encenderse con más fuerza en los próximos meses, es la discusión sobre legalización del consumo recreativo del cannabis. Ese es un tema que siempre genera resistencia entre los grupos más conservadores de la política y la sociedad civil como un todo.
No obstante, los temas ya han sido puestos sobre la mesa por el Gobierno y podrían tener un impulso más fuerte en las próximas semanas. La Asamblea Legislativa está actualmente en período de sesiones extraordinarias; es decir, el Gobierno se encargará de definir las prioridades de los legisladores en Plenario y comisiones para los próximos tres meses (hasta fin de enero).
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