El gigante petrolero saudita Aramco anunció este domingo un beneficio “récord” de $161.100 millones en 2022, impulsado por el aumento de los precios del crudo tras la invasión rusa de Ucrania.
La compañía, controlada por el Estado saudita, registró un aumento del 46% en su beneficio neto el año pasado, respecto a los $110.000 millones de 2021, según un comunicado remitido a la Bolsa de Riad.
Se trata del mayor beneficio de la empresa desde su salida a bolsa, según el comunicado.
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La sociedad petrolera introdujo 1,7% de sus acciones en el parqué saudita en diciembre 2019, y consiguió $29.400 millones, la mayor salida a bolsa de la historia.
“Aramco realizó un desempeño financiero récord en 2022, con el alza de los precios del petróleo debido al alza de la demanda en el mundo”, dijo su consejero delegado, Amin Nasser, citado en el comunicado.
Al igual que las grandes petroleras Shell, Chevron, ExxonMobil, TotalEnergies y BP, que obtuvieron beneficios récord, superando los $150.000 millones, Aramco aprovechó la fuerte recuperación de la demanda de petróleo tras la pandemia y la subida de los precios consecutiva a la guerra de Ucrania.
En este contexto, “habría sido difícil para Aramco no registrar un fuerte desempeño en 2022″, afirmó Robert Mogielnicki, del centro de reflexión Arab Gulf States Institute en Washington.
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Aunque los precios del petróleo han bajado desde sus máximos de 2022, deberían mantenerse altos este año, apoyados en particular por el recorte de producción aprobado en octubre pasado por la OPEP+, la alianza de países exportadores liderada por Riad y Moscú.
Esta decisión fue duramente criticada por Washington en su momento.
“No creo que haya otro año récord para Aramco en 2023, pero el resultado debería seguir siendo sólido”, estimó Mogielnicki.
Diversificar la economía
Estos últimos años, las instalaciones de Aramco sufrieron ataques con drones y misiles, reivindicados por los rebeldes hutíes apoyados por Irán en el conflicto de Yemen.
Pero el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Riad y Teherán, anunciado el viernes tras siete años de ruptura, podría reducir esos riesgos en los próximos meses.
Los ingresos de Aramco impulsaron el crecimiento económico del reino del Golfo, con un aumento del PIB del 8,7% en 2022, según estimaciones oficiales, la tasa más alta entre los países del G20.
El primer exportador de crudo del mundo, que busca diversificar su economía para reducir su dependencia al petróleo, se congratuló el jueves del aumento de las actividades fuera de los hidrocarburos en el cuarto trimestre de 2022, de 6,2% interanual, según el servicio saudita de estadísticas.
Pero este crecimiento se vio impulsado por los gastos públicos que “siempre estarán vinculados, en cierta manera, a los ingresos petroleros”, matizó Justin Alexander, director del gabinete Khalij Economics, destacando el papel central de Aramco en la primera economía del mundo árabe.
Arabia Saudita se ha comprometido a alcanzar la neutralidad carbono de aquí a 2060, sin renunciar a las inversiones en las energías fósiles, unas aspiraciones vistas con escepticismo por parte de las organizaciones ecologistas.