La parálisis de las actividades artísticas, culturales y deportivas provoca el desempleo de 8.460 trabajadores. Mientras que en el momento más crítico de la pandemia, en mayo, junio y julio del 2020, esa cifra aumentó a cerca de 10.000 trabajadores indican datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE).
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A poco más de un año de la llegada de la crisis sanitaria la industria cultural y artística cuenta con protocolos para operar con aforo reducido. Sin embargo, las actividades aún no son rentables.
Entretanto, el regreso del sector deportivo al campo de juego dependerá del avance de la vacunación y de la situación epidemiológica.
¿Quiénes están desempleados?
En el cuarto trimestre de 2020 la tasa de desempleo para los trabajadores con experiencia previa era del 19% (423.000) y el 2% correspondían a las ramas artísticas, culturales y deportivas, según explicó María Luz Sanarrusia, coordinadora de la ECE en el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
Para determinar la tasa de desempleo la investigadora desagregó las cifras del apartado Comunicación y Otros Servicios que incluye actividades artísticas, de entretenimiento y recreativas, y otras actividades de servicios como los deportivos.
El 50% de las personas desempleadas en esas ramas son trabajadores calificados pues tienen educación universitaria, lo que significa que ya poseen el título o que están por sacarlos pues aún cursan la carrera.
El otro 50% cuenta con un nivel educativo de primaria y secundaria, pero son más los que cuentan con secundaria ―ya sea completa o incompleta―.
Del total de desempleados de las ramas artísticas, culturales y deportivas, el 64% corresponde a hombres entre los 25 y los 54 años. El que existan más varones desempleados podría ser porque el sector que podría estar compuesto por más hombres o porque las mujeres conservaron más su trabajo.
Luis Retana de 53 años, administrador de Lak Sport Futbol 5, vio erosionar sus ingresos de la noche a la mañana producto de la pandemia. Su actividad económica consiste en administrar dos canchas de fútbol sala, una desde hace 15 años y 22 días antes de que la COVID-19 arribara al país abrió la segunda sucursal deportiva.
Retana tenía ¢5 millones ahorrados para usarlos en caso de enfermedad o imprevisto, pero decidió invertir el dinero sin saber que la crisis iba a tocar las puertas de su negocio. En medio de la mayor recesión económica de las últimas décadas, el exjugador de primera división buscó otros trabajos para hacerle frente a los gastos pero afirma que por su edad no lo contrataron.
“Muy duro porque yo dependo totalmente de la cancha yo invertí todo mi dinero hace 15 años en este proyecto de vida y de ahí salió el estudio de mi hijo, la casa que tengo, las remodelaciones y toparse con un impacto de estos tan profundo es muy duro”, agregó.
Un dolor que continúa
Los sectores artísticos, culturales y deportivos vieron apagar los reflectores desde el inicio de la pandemia, y aunque un año después se permiten los partidos de fútbol y los teatros pueden operar con aforo reducido, la situación no ha mejorado de manera sustantiva.
En enero anterior el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) emitió un protocolo para actividades culturales con público.
Dentro de los lineamientos está mantener el aforo al 50%, los intérpretes deben estar separados por barreras intermedias, paredes o acrílicos para tener una distancia de al menos cinco metros con la audiencia; y los instrumentos de viento y los cantantes deben estar aislados en cabinas cerradas o participar desde otra habitación.
Aunque este protocolo trajo un poco de alivio, operar bajo ese esquema no es rentable.
“Sabemos que muchos de estos eventos involucran a varios actores, artistas, existe una inversión en producción, un esfuerzo de comunicación y limitar la cantidad personas empezó hacer que los productores se alejaran, porque ya no tenía sentido producir para un aforo de un 25% de ocupación, de 30% o de 50%”, manifestó Guillermo Madriz, director del Centro Cultural Costarricense Norteamericano (CCCN) y exjerarca del Centro Nacional de la Música (CNM).
El Teatro Eugene O´Neill pertenece a dicha institución y produce ingresos por el alquiler de la sala, producto de la crisis pasó de percibir $200.000 anuales a recibir cerca del 10%.
Dentro de esta crisis algunos trabajadores del sector cultural y artístico, tuvieron que cambiar de actividad. Jaime Gamboa, compositor e integrante de Malpaís, manifestó que se ha dedicado más a la publicidad (un sector que continúa más activo que el musical), y conoce colegas que buscaron trabajo en plataformas de transporte o vendieron comida para generar ingresos.
El INEC estima que en el IV trimestre de 2020 cerca de 20.000 trabajadores de las ramas artísticas, culturales y deportivas estaban ocupados; ya sea porque cambiaron de actividad o porque generaron ingresos mediante shows virtuales, aunque es posible que la remuneración no fuera igual que antes de la pandemia, explicó Sanarrusia.
Una de las formas en la que Malpaís percibió recursos fue mediante los auto conciertos, eventos que suelen realizarse en lugares amplios, como Parque Viva, pero que requieren de una inversión muy grande.
“Requería de mucha inversión porque usted puede tener 1.000 personas en un espacio muy reducido viendo un concierto, pero no puede tener 1.000 personas en sus autos y que haya mucha distancia entre el escenario y el público. Había que hacer montajes con pantallas gigantes, que el sonido llegara a los receptores de radio para que no hubiera ventanas abiertas y así evitar la contaminación por si la gente cantaba”, añadió.
La propuesta fue exitosa aunque no era sostenible en medio de la recesión. El sector se reinventó y buscó opciones aunque no fueron suficientes, según Gamboa, quien estima que la normalidad podría regresar hasta que exista inmunidad de rebaño.
En una situación similar se encuentra el sector deportivo, pues el pasado viernes 12 de marzo las autoridades nacionales manifestaron que la vuelta de los aficionados a las actividades deportivas dependerá del avance de la vacunación y de la situación epidemiológica.
El anuncio se dio tras una reunión entre Karla Alemán, ministra de Deporte, Pedro González, viceministro de Salud, Rodolfo Villalobos, presidente de la la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol, y Julián Solano, de la Unión de Clubes de la Primera División (Unafut).