París.- Impotencia es lo que suelen sentir los Estados cada vez que estalla una controversia como la de los “papeles del paraíso”. Sin embargo, tienen las herramientas para luchar contra la optimización fiscal, según ONGs y representantes de instituciones internacionales.
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“Es una cuestión de voluntad. Los Estados deben asumir sus responsabilidades” afirma a la AFP Manon Aubry, portavoz de la ONG Oxfam, tras las revelaciones sobre las prácticas de grandes grupos y personalidades que intentan transferir sus bienes allá donde la imposición fiscal es menor o no existe.
“Los Estados tienen la capacidad de reconquistar el poder ante las multinacionales y las grandes fortunas que practican la evasión fiscal” agrega, e insta a los gobiernos a aplicar sanciones y a imponer más transparencia a los grandes grupos.
Marc-André Feffer, presidente de la sucursal francesa de la ONG Transparency piensa lo mismo. “Los Estados deben profundizar su cooperación para intensificar la presión sobre los paraísos fiscales y los defraudadores”, asegura.
”¿Pueden actuar los Estados? Sí, siempre que haya voluntad política” admite a la AFP Pascal Saint-Amans, director del Centro de política y administración fiscales de la OCDE.
Tras cada escándalo, los gobiernos denuncian la optimización fiscal, y lanzan múltiples proposiciones para impedir esas prácticas: “No hay que confundir veleidad con voluntad” dice Saint-Amans.
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“La voluntad de inscribe en un plazo de tiempo mucho más largo” asegura, citando como ejemplo los 10 años necesarios que se requirieron para aplicar el intercambio automático de información, que puso fin este año al secreto bancario.
“Diez años no es mucho para el tiempo económico, pero no estamos en un tiempo mediático” explica el responsable de la OCDE, quien cree que la actitud de los Estados cambió tras la crisis de 2008, lo que los incitó a luchar contra la evasión fiscal.
También está convencido de que el G20 es el mejor lugar para ejercer una fuerte presión sobre los países con una fiscalidad ventajosa, ya que sus miembros “pesan” un 80% de la economía mundial y pueden por tanto imponer sus decisiones.
Para el comisario europeo de Asuntos económicos Pierre Moscovici, la Comisión europea no se queda con los brazos cruzados. “Ni los Estados ni la Unión europea son impotentes” afirma a la AFP, aunque los “papeles del paraíso” sí evidenciaron hasta qué punto los países miembros de la UE se libran una batalla fiscal para atraer empresas.
Prueba de ello es la legislación holandesa que permitió que el grupo de material deportivo estadounidense Nike aprovechara para reducir a 2% sus impuestos sobre los beneficios, contra 25% pagado por las empresas europeas. Esta legislación quedó prohibida por una directiva europea, pero solamente a partir de 2020.
“Hay que aprovechar este escándalo para que su aplicación sea acelerada” afirma Moscovici, que reconoce que los progresos de los últimos años no son suficientes. Pero Moscovici espera que los Paradise Papers sí permitirán avanzar rápidamente con las tres propuestas que él presentó en Bruselas.
El comisario quiere que antes de fin de año haya una lista negra europea de paraísos fiscales, que no incluiría sin embargo a países de la UE.
También propone exigir más transparencia a los intermediarios que crean sistemas de optimización y, en fin, hacer públicos los datos contables y fiscales de las empresas multinacionales.