El turismo sostenible es un mecanismo de presión para desarrollar relaciones pacíficas entre los ciudadanos y en las fronteras de un país.
A pesar del descenso en las condiciones generales de paz mundial en la última década (señaladas por el Instituto para la Economía y la Paz -IEP- y justificadas por la intensificación de conlifctos en el norte de África y Medio Oriente), la apertura de las naciones hacia un turismo que contemple la sostenibilidad ambiental y social, suele estar ligada a territorios más pacíficos.
Así lo señala el último informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), que anota una correlación entre el Índice de Turismo (medido por el WTTC) y el Índice de Paz Mundial (del IEP). La correlación con el Índice de Turismo es aún más fuerte si se limita a las condiciones de paz internas de un país y se excluyen las variables de la paz externa -conformadas por el gasto militar, las relaciones entre naciones vecinas, las muertes en conflictos externos y similares-.
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Una relacción bidireccional
El turismo puede traer efectos negativos para un país: suele crear nuevas amenazas a la explotación ambiental y económica de las regiones, por lo que las gestiones sostenibles son importantes como meta. Justamente, aquellos países que logran contemplar esas posibles repercusiones en el ambiente futuro son quienes registan menores niveles de violencia y conflicto.
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el turismo puede incentivarse ante algunas condiciones que también son necesarias para alcanzar la paz en un país. Los altos niveles de capital humano, flujos libres de información, la aceptación de los derechos de los demás, las buenas relaciones con los países vecinos, un buen ambiente para los negocios, un buen funcionamiento del gobierno, los bajos niveles de corrupción y la distribución de recursos equitativa son elementos esenciales para garantizar el éxito de un país como destino turístico, pero también para la paz.
De hecho, la correlación entre el Índice de Turismo (que pondera estadísticas de contribución del turismo al desarrollo de una nación) y estas características es siempre alta. Las mayores corelaciones se observan especialmente cuando existen altos niveles de capital humano y buen ambiente de negocio.
Los cambios en las condiciones del turismo también preveen mejoras institucionales para la paz. Un aumento de un punto en el Índice de Turismo de un país (medido por estadísticas de contribución del turismo a una nación y sus condiciones) llevará a un descenso de 0,012 en el Índice de Paz Positiva (es decir, una mejora en las condiciones de paz ejercidas desde la institucionalidad). Una diferencia que no parece resultar importante a primera vista, pero que toma otra dimensión si se considera que los rangos máximos y mínimos alcanzados por los países en el Índice de Paz se mueven entre 1 y 4 puntos.Las características de los países que puntúan mejor en las evaluaciones son similares: suelen ser naciones de altos ingresos, con democracias completas y tienden a encontrarse en Europa o América del Norte (España, Francia y Alemania sobresalen allí). Sin embargo, las correlaciones también existen para países de menor desarrollo relativo.