Tegucigalpa. Simpatizantes de la oposición izquierdista bloquearon este viernes las calles en varias ciudades de Honduras, pese a la represión policial, para reclamar el “triunfo” de su candidato Salvador Nasralla en las elecciones del 26 de noviembre.
En la capital, los simpatizantes de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, de Nasralla, colocaron barreras de rocas, prendieron fuego a neumáticos y palos en las vías, y luego se movían a otros sitios para evadir a los policías.
Policías y militares apagaban las hogueras y apartaban las barricadas para habilitar el paso de vehículos, observaron periodistas de la AFP.
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Casi tres semanas después de los comicios, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no ha proclamado a un ganador, aunque el resultado final da una leve ventaja al presidente Juan Orlando Hernández, de 49 años, aspirante a la reelección por el Partido Nacional (PN, derecha).
La alianza opositora, comandada por el expresidente Manuel Zelaya, convocó a las protestas en todo el país para denunciar el “fraude” en las elecciones y reclamar que Nasralla, un presentador de televisión de 64 años, sea declarado presidente.
En la salida norte de la capital, los manifestantes quemaron un camión del ejército, mientras los militares les lanzaban bombas lacrimógenas.
“No vamos a dejar que este dictador que perdió las elecciones se siente en la silla presidencial”, dijo a la AFP un manifestante que no se identificó, mientras bloqueaba la calle en la colonia Miraflores, un sector de clase media en el este de Tegucigalpa.
Los manifestantes llevaban pancartas con leyendas como: “Respeten la voluntad popular. Fuera JOH”, por las iniciales del presidente.
“No queremos ese dictador, qué fraude que nos hicieron en el Tribunal Supremo Electoral pero vamos a defender el triunfo (de Nasralla) hasta la muerte”, afirmó al canal UneTV un enmascarado que participaba en el bloqueo en zona de La Laguna, oeste de la capital.
“Estamos despejando las vías, para mantener la calma. Pueden protestar porque es su derecho, pero en forma pacífica”, expresó un oficial de la policía en la colonia capitalina El Sitio, junto a un saco negro con bombas de gas lacrimógeno.
Cientos de bloqueos se extendieron por todo el país. En la norteña San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, decenas de policías lanzaron bombas lacrimógenas a los manifestantes, quienes se desplazaron a un kilómetro de distancia para evadir a los agentes.
Desde el domingo pasado el TSE -que tiene hasta el 26 de diciembre para proclamar al ganador-, está dedicado a resolver impugnaciones presentadas por partidos de oposición para que las elecciones sean anuladas y se convoque a nuevas.
La alianza impugnó la votación y el conteo, al señalar que hubo “alteración por dolo de las actas del escrutinio” para asegurar la reelección de Hernández.
El TSE dio una ventaja a Hernández con 42,95% de los votos escrutados frente a 41,42% de Nasralla. En un primer resultado, con 57% de los votos contados, el TSE había dado una ventaja de cinco puntos a Nasralla.
Esa ventaja era considerada “irreversible”, pero después de una cadena de interrupciones en el sistema informático, el resultado se revirtió a favor del presidente.
Luis Zelaya, candidato del Partido Liberal (PL, derecha), tercero en las elecciones, declaró tajantemente que Nasralla ganó las elecciones, según las actas que tiene en su poder.
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”¿Qué el Partido Nacional hizo fraude? Es una realidad, nadie se lo va a quitar al imaginario colectivo, el Tribunal Supremo Electoral perdió toda credibilidad”, sentenció Luis Zelaya.
El candidato liberal aseguró que la gente “votó contra la reelección ilegal”.
Hernández se postuló a la reelección gracias a una resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, que falló a favor un recurso contra una prohibición establecida en la carta magna.
El Consejo Hondureño de la Empresa Privada, organismo cupular de los empresarios, demandó que los “paros no se realicen perjudicando el traslado de personas y bienes, violentando las garantías de la mayoría”.