Una parte de Europa Occidental se encuentra sofocada este sábado 16 de julio por una ola de calor que ha causado devastadores incendios y amenaza con provocar temperaturas récord este fin de semana y el inicio de la próxima.
Las temperaturas han superado el umbral de los 40°C en algunas zonas del continente y ya se registran fallecidos. La situación se complica pues los altos precios de la energía impiden a muchos poner a funcionar sus aires acondicionados.
Los incendios son especialmente preocupantes en España, donde una importante autopista que une Madrid con la frontera de Portugal se mantuvo cortada por más de 12 horas por un fuego que ardía en la región de Extremadura.
Luego de una noche complicada, los centenares de bomberos y medios terrestres y aéreos lograron “estabilizar” ese incendio, que amenazaba al parque nacional de Monfragüe, una zona natural protegida por su biodiversidad, indicó Nieves Villar, directora general de Protección Civil de Extremadura.
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Decenas de incendios continúan ardiendo este sábado en España, bajo una ola de calor con temperaturas extremas desde hace casi una semana, uno de los más preocupantes en la Sierra de Mijas (Andalucía), que obligó a desalojar preventivamente a más de 3.000 personas, aunque 300 pudieron regresar a sus casas por la tarde, según las autoridades locales.
Incendios en Portugal, Francia, Grecia
Después de días difíciles, la situación en Portugal mejoró, con solo un incendio activo de importancia, en el norte del país. “Prevemos tener contenido este fuego en la jornada”, declaró el comandante de Protección Civil, André Fernandes.
Periodistas de la AFP constataron una menor intensidad de las llamas el sábado por la tarde. La víspera, falleció un piloto de un avión contraincendios que se estrelló en la región de Guarda.
Según Protección Civil, los incendios han dejado al menos dos muertos y sesenta heridos en las últimas semanas y las llamas ha calcinado entre 12.000 y 15.000 hectáreas.
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En el sur de Francia, los bomberos siguen luchando contra varios incendios, en particular en el departamento de Gironda, donde casi 10.000 hectáreas de bosque han sido pasto de las llamas desde el martes, bajo una ola de calor que podría llevar las temperaturas a 40°C en algunos puntos, según la agencia Météo-France.
Los esfuerzos dieron sus frutos en Teste-de-Buch, donde el fuego ha sido contenido aunque sigue sin estar “bajo control”, dijo a la prensa el subprefecto de Arcachon, Ronan Léaustic.
Los incendios en esta zona de Francia, que han movilizado a más de mil bomberos, mantienen preventivamente a 12.000 personas fuera de sus casas desde el martes.
En Grecia, los bomberos combatían un fuego declarado el viernes en la isla de Creta, donde fueron evacuadas siete poblaciones rurales.
Reino Unido se prepara para lo peor
Aunque el pico de la ola de calor parecía haber pasado en España, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advertía que será recién el lunes cuando bajen un poco las temperaturas, que este sábado continuaban sobre los 41 ºC en el centro, sur y suroeste del país.
En Portugal, solo la región sureña del Algarve se salvaba de estar bajo alerta por el calor. En otras partes del país se esperan 42 ºC.
Más al norte de Europa, en Reino Unido, un comité de crisis integrado por ministros del gobierno tiene previsto reunirse este sábado después de que la agencia meteorológica nacional emitiera la primera “alerta roja” por calor extremo, advirtiendo de un “riesgo para la vida”.
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La Met Office prevé que en el sur de Inglaterra las temperaturas puedan alcanzar entre lunes y martes por primera vez los 40°C, batiendo el récord del país de 38,7°C que data de 2019.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, aconsejó a los londinenses no utilizar el transporte público salvo en caso de absoluta necesidad y algunas escuelas anunciaron que permanecerán cerradas en el sur de Inglaterra mientras los termómetros sigan tan elevados.
Esta es la segunda ola de calor que golpea Europa en menos de un mes, unos fenómenos que se están volviendo más frecuentes e intensos azuzados por el cambio climático, según científicos.
Tour bajo el ardiente sol
El calor es un rival más en el Tour de Francia. La 15ª etapa, del domingo 17 de julio, sobre un recorrido de 202,5 kilómetros entre Rodez y Carcasona parece destinada a la victoria de un velocista, siempre que el calor no cause estragos.
Los ciclistas han pedaleado a través de municipios con alerta amarilla y por sobre los 30°C. “A nadie le gusta estar durante cinco horas a 40 grados”, lanzó el ciclista esloveno Tadej Pogacar.
Las neveras se acumulan en la sombra que generan los autobuses y los corredores se nutren de innumerables bidones.
“Hemos procurado que esta jornada sonría a los esprínteres”, reconoce el director de carrera Thierry Gouvenou. “Se rodea la montaña Negra para evitar los puertos. El final, más bien en falso llano descendente, fue trazado para contar con viento de costado en los diez últimos kilómetros”.
Los candidatos a suceder a Mark Cavendish, ganador el año pasado de su 34ª etapa en el Tour, dispondrán de una recta final de 200 metros para mostrar su potencial, entre el Canal du Midi y la célebre ciudad medieval.
Carcasona, de 48.000 habitantes, recibe al Tour por duodécima ocasión, la víspera del último día de descanso.