Barack Obama unirá fuerzas el sábado con Joe Biden en Míchigan mientras Donald Trump apuesta por el estado crucial de Pensilvania, en la recta final de la campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del martes 3 de noviembre.
Por primera vez desde el inicio de la campaña, el demócrata Biden, de 77 años, se unirá en el escenario a su exjefe y su apoyo más popular, el expresidente Obama.
Ambos harán dos mítines en las ciudades de Flint y Detroit, en Míchigan (norte), donde se espera que Stevie Wonder sea el invitado musical de la noche.
El republicano Trump, de 74 años, ganó en este estado industrial por un estrecho margen de 0,2 puntos en 2016, pero este año el exvicepresidente lidera las encuestas con siete puntos de ventaja.
Eso lo coloca en el primer lugar de la parrilla para obtener los 16 votos electorales de este estado, un salto considerable hacia los 270 que necesita para ganar la Casa Blanca.
Obama ya puso la semana pasada su popularidad al servicio de Biden. Organizó varios actos en los que criticó repetidamente la respuesta de Trump a la pandemia de coronavirus, especialmente en Florida (sureste) y Pensilvania (noreste).
Pero Trump, quien ha restado importancia a los mítines de Obama por ser mucho más pequeños que los suyos, se dirigirá a Pensilvania el sábado, donde participará en tres mítines, señal de la importancia de este estado si quiere conseguir los 270 votos.
En 2016, el presidente ganó por un margen muy estrecho los 20 votos electorales de Pensilvania, donde nació Biden.
Biden volará a su estado natal el domingo y el lunes, una clara señal de que ve crucial conseguir este estado.
Millones votan anticipadamente
Trump y Biden intentaron ganarse el viernes a los votantes del Medio Oeste del país, una región que impulsó el triunfo republicano en 2016.
El actual mandatario va detrás del exvicepresidente de Barack Obama por unos ocho puntos en el promedio de encuestas nacionales, pero la victoria del martes se juega en un puñado de estados donde la brecha es mucho menor.
Ambos visitaron varios de ellos, todos considerados “zonas rojas” de covid-19 por la célula de crisis de la Casa Blanca, el mismo día en que Estados Unidos registró 94.000 nuevas infecciones, un récord por segundo día consecutivo.
Trump, aparentemente ajeno al avance del virus, sigue minimizando los peligros de la enfermedad.
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“Si te contagias, te mejorarás y luego serás inmune”, aseguró Trump, de 74 años, cerca de Detroit, en uno de sus multitudinarios mítines a los que muchos acuden sin tapabocas.
“Solo queremos volver a la normalidad”, agregó.
El país, que llora casi 230.000 muertos por el coronavirus y es el más afectado del mundo por la pandemia, superó los nueve millones de contagios.
Los hospitales del país se preparan a medida que aumentan las infecciones en casi todos los estados y ante la llegada de la temporada de la gripe.
La pandemia ha devastado la economía y, si bien ha habido signos de recuperación, millones de personas siguen sin trabajo.
Trump ha tratado de vender los éxitos económicos de su presidencia, incluidas las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) publicadas el jueves.
Pero el mercado de valores estadounidense cerró su peor semana desde marzo por temores a que la recuperación económica no sea tan rápida como se anunciaba.
Y con los votantes preocupados por los peligros para la salud que representan los colegios electorales abarrotados el 3 de noviembre, un récord de 86 millones personas ya han emitido sus votos anticipados por correo o en persona.
¿Texas del rojo al azul?
La contienda electoral también se vivió en el suroeste del país el viernes, con recorridos del vicepresidente Mike Pence en Arizona, y de la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, en Texas, otros dos estados clave.
Texas, un bastión tradicionalmente conservador y un preciado trofeo que aporta 38 de los 270 votos necesarios para ganar la elección en el Colegio Electoral, podría dar la sorpresa virando del rojo republicano al azul demócrata, algo que no ocurre desde el triunfo de Jimmy Carter en 1976.
Nueve millones de residentes ya votaron en Texas, lo cual supera el total de votos de toda la elección en 2016 en ese estado.
Pero Trump no pareció preocupado. “En Texas vamos muy bien”, dijo.
Según el promedio de encuestas de RealClearPolitics, Trump gana por solo 2,3 puntos en Texas y la carrera está empatada en Arizona.