El endeudamiento es un arma necesaria en tiempos de incertidumbre económica, pero ha alcanzado niveles preocupantes en todo el mundo, a medida que aumentan las tasas de interés. Esta es una situación que preocupa en Davos –en donde esta semana se realizan las reuniones del Foro Económico Mundial (WEF)– por el riesgo de futuras “crisis de la deuda”.
La deuda pública se acerca al 120% del PIB en los países avanzados y ha “aumentado significativamente” entre los países emergentes y en desarrollo, advirtió este miércoles la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. En Costa Rica, el indicador cerró en un 68,5% de la producción en 2021.
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Gopinath advirtió de que más de la mitad de los países de bajos ingresos ya están en “apuros” o corren un alto riesgo de estarlo y de que ”podríamos ver una intensificación de estas situaciones de dificultad” aunque, añadió, por ahora se descarta un escenario de “crisis de la deuda” global. Las afirmaciones las realiza justo un mes y medio después del impago de Sri Lanka.
La deuda pública ha crecido sobre todo con las dos últimas grandes crisis mundiales: la financiera en 2007-2008, con la crisis de las subprime, y luego la sanitaria por la COVID-19. Este crecimiento de la deuda es “un problema económico más importante para el futuro que casi todo lo que hemos hablado”, por delante de los riesgos de recesión, la subida de los precios de los alimentos o los problemas de la cadenas de suministro, añadió también en Davos el multimillonario estadounidense David Rubenstein, fundador del fondo de inversión Carlyle.
Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), con sede en Washington, la deuda pública y privada, tanto de las empresas como de los hogares, alcanzó en el primer trimestre la cifra récord de $305 billones.
Tasas de interés y Costa Rica
Tras años de tasas de interés bajas, los bancos centrales empezaron a subirlas para contrarrestar la inflación. Esto aumenta los costes de los préstamos de las empresas y de los gobiernos, que siguen gastando mucho para apoyar sus economías.
En el caso de Costa Rica, tres cuartas partes de su deuda pública del gobierno central están en manos del mercado interno, en donde ya de por sí se ofrecen tipos de interés menos competitivos.
El 26,4% restante responde a crédito externo aprobado por el Congreso, operación por operación, el cual usualmente se ha obtenido en condiciones más favorables, a través de entidades multilaterales o la colocación de títulos en el mercado.
El Gobierno de Costa Rica actualmente trabaja en reformas y un programa de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para mejorar su balance de ingresos y gastos. La intención principal de ese acuerdo es estabilizar el rumbo de su deuda pública, pero resta ver cómo impactará la escalada de las tasas de interés a nivel internacional sobre esas intenciones.
En la última revisión que hizo el Fondo sobre Costa Rica, la entidad multilateral afirmó que Costa Rica podría recibir un coletazo de la crisis desatada por la invasión rusa en Ucrania y su impacto en las condiciones financieras globales. Según dijo, el impacto se podría sentir a través de las tasas de interés de la deuda soberana. No obstante, el organismo internacional consideró (al menos hasta ese informe publicado a finales de marzo) que el Gobierno “tiene margen para sustituir a los mercados nacionales y aprovechar las líneas de contingencia” que ofrecen el mercado externo.
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En ese sentido, el Gobierno entrante ya colocó en su lista de proyectos de interés para la Asamblea Legislativa, en donde dominará la agenda hasta finales de julio, una solicitud que dejó la administración anterior para emitir hasta $6.000 millones en títulos de deuda externa en los próximos seis años. El objetivo es encontrar recursos a tasas más bajas fuera del país.
Ese proyecto también le permitiría al Gobierno acceder a líneas de crédito exprés de organismos multilaterales y bancos comerciales locales o internacionales, por hasta $500 millones al año, en “situaciones de escasa liquidez local y dificultades temporales en el flujo de caja”.
La aprobación definitiva sin embargo dependerá de la nueva Asamblea Legislativa y el Gobierno quedará “a merced de lo que la Asamblea considere que es razonable”, reconoció a EF el nuevo ministro de Hacienda, Nogui Acosta tras su designación.
Acosta, al igual que sus predecesores en el cargo, es partidario del financiamiento externo para evitar mayores presiones en el mercado local, que es más estrecho. “El financiamiento del déficit fiscal parte de diferentes esquemas, puede ser interno o externo. Si lo hacemos en el mercado interno vamos a presionar mucho más las tasas de interés y ese no es nuestro interés ahora, cuando la tasa de inflación sube y eso provoca que las tasas suban para los costarricenses”, analizó.
“Cambio radical”
“El endeudamiento tiene ahora un coste” a pesar de que hasta hace muy poco pedir prestado no costaba casi nada, subrayó este lunes, también en Davos, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau. ”Se trata de un cambio radical”, aseguró.
Los países emergentes, tradicionalmente muy debilitados por las subidas de las tasas de interés, especialmente de Estados Unidos, parecen estar menos amenazados esta vez. Diversos expertos señalan que la deuda en divisas de esos Estados es menor que en el pasado y que hay más reservas de divisas.
Sin embargo, para los países más frágiles, los riesgos de impago son mucho mayores, dijo este miércoles Patrick Khulekani, director del Banco de Desarrollo de África Austral. ”Nos preocupa mucho que esto ocurra”, apuntó, señalando la magnitud de la deuda de los hogares y las empresas y los precios de los alimentos que “están pasando factura”.
Para tratar de ayudar a los países más frágiles, la comunidad internacional lleva meses intentando movilizar “derechos especiales de giro”, una especie de moneda creada por el FMI, para aliviar parte de su carga, al tiempo que propone suspensiones de sus pagos de deuda.