El nombramiento de Ottón Solís como embajador de Costa Rica ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) aísla al Gobierno; entre amenazas de una gran mayoría de la oposición en el Congreso y la reprobación de las principales representaciones empresariales del país.
La decisión de trasladar al fundador, excandidato presidencial y exdiputado del Partido Acción Ciudadana (PAC) de la dirección costarricense del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) a la OCDE, tal como se anunció este 6 de julio, sacudió al entorno político y de inmediato provocó reacciones negativas de grupos que piden un paso atrás por parte del presidente Carlos Alvarado; que impulsó el cambio.
El llamado vino con mayor fuerza por parte del Congreso, que sabe tener un poder sobre Zapote, que apenas tiene 10 diputados oficialistas. Una mayoría de la oposición solicitó dejar sin efecto el nombramiento de Solís, desde el mismo día de su anuncio, y amenazó con “romper puentes” de negociación.
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Por el momento, el nuevo embajador defiende su nombramiento y dice estar calificado para el puesto. El presidente Alvarado, hasta este 9 de julio, solo brindó su respaldo al nombramiento en el comunicado en que se realizó el anuncio y no ha dado mayores declaraciones.
Polémico
El anuncio de la designación de Solís como representante ante la OCDE, en Francia, se anunció este 6 de julio. El Gobierno informó de que el Consejo de Gobierno aceptó la renuncia del exdiputado y fundador del PAC como director ante el BCIE y que, inmediatamente, procedió a nombrarlo como embajador en el organismo internacional.
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La designación de Solís contó con el respaldo del presidente Carlos Alvarado y desató una seguidilla de críticas por parte de quienes dudan que Solís sea la persona más propicia para el cargo.
La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (Uccaep) y la Cámara Costarricense Norteamericana de Comercio (AmCham). incluso se cuentan entre los críticos de la decisión del Gobierno; mientras que la mayor parte de la oposición en el Congreso se movió rápidamente para informarle al Ejecutivo, a través de un comunicado que firmaron seis fracciones, de que “se ponía en riesgo mucho del diálogo y los acuerdos para el resto” del período de Gobierno.
Algunos diputados sugirieron la posibilidad de que este nombramiento incida negativamente en el respaldo a la agenda convenida con el Fondo Monetario Internacional (FMI), incluido el propio convenio que ya se aprobó en primer debate y que el Ejecutivo impulsa como una última salida para sanear las finanzas públicas.
María José Corrales, jefa de la bancada más cuantiosa del Congreso (la del Partido Liberación Nacional), dijo a La Nación que revertir el nombramiento es “innegociable” y un requisito “fundamental para mantener los puentes”. Advirtió sobre la agenda FMI y dijo que “no se descarta nada” en esa línea de acción.
Similar discurso mantuvieron otros diputados de fracciones menores; y el oficialismo ha movido pocas cartas para defender la decisión.
La única diputada que publicó “no haría berrinche porque no le preguntaron a quien nombrar” fue María Vita Monge, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), en muchos temas afín al Gobierno.
Sin el ‘ok’ de Comex
El nombramiento de Solís también levantó críticas porque se realizó en contra de la recomendación de Comex. Esta cartera debía recomendar al Consejo de Gobierno una designación y, según el ministro Andrés Valenciano, la postura de la entidad fue mantener en el puesto a Manuel Tovar.
Tovar, un funcionario con 15 años de experiencia en Comex, fue delegado durante la mayor parte del proceso de adhesión y luego asumió como representante permanente, desde que se concretó ese paso.
”Es importante aclarar el contexto, la OCDE es una organización muy compleja y tenemos como país una agenda muy ambiciosa de trabajo, muy dinámica. Para que se hagan una idea la OCDE tiene más de 300 comités y grupos de trabajo, incluso con países no miembros (...) Como estamos ingresando y queremos darle continuidad a nuestra estrategia país, la recomendación que yo di era que lo más estratégico era mantener a la persona que había sido designada durante todo este tiempo y que hizo un excelente trabajo” , comentó Valenciano a EF.
El jerarca señaló que, independientemente de la persona que se nombrara, se quería evitar un cambio drástico que implicara una nueva curva de aprendizaje. “Pero por supuesto que al final esto es una designación del Consejo de Gobierno. Nuestra tarea era llevar una recomendación técnica”, puntualizó.
También opinó en una línea similar la exministra de Comex que dirigió la cartera en el último tramo de la adhesión al organismo, Dyalá JIménez. Ella aseguró a través de sus redes sociales considerar que “hay momentos para cambiar y otros, como este, para consolidar nuestra membresía”. “Era deseable dejar a don Manuel Tovar. Si se quería cambiar, creo que esta no era la manera de hacerlo y es un mal precedente”, consideró.
Solís es máster en Economía de la Universidad de Manchester y, en la función pública, se desempeñó en dos períodos como diputado (1994-1998 y 2014-2018), fue ministro de Planificación (1986- 1988), y fue cofundador y presidente del PAC a inicios de siglo.
También ha sido profesor universitario dentro y fuera del país, en Estados Unidos e Inglaterra.
El nombramiento de embajador ante la OCDE se realiza en las mismas condiciones que el de cualquier nombramiento diplomático de confianza en cualquier embajada que corresponda al Consejo de Gobierno.