Una maraña de trámites y excusas atrapa a las inundaciones en el cantón Central de la capital.
Erradicar el principal problema le costaría a la municipalidad unos $15 millones (unos ¢8.000 millones).
Es una cifra ocho veces mayor de la que viene invirtiendo el municipio en infraestructura pluvial, en promedio, durante los últimos cinco años, según datos provistos por su Proveeduría de Servicios.
El dinero lo invertiría en corregir el daño que ya sufre la acequia o colector de aguas pluviales Las Arias. Cuando esta se desborda, baña a los distritos de Catedral y La Merced.
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Eliminar el resto de causas depende no solo de San José sino de otros cantones e instituciones. Limpiar ríos, dragarlos y evitar que la gente deseche sus excretas y basura en las acequias y alcantarillas puede tomar años.
“Hemos encontrado desde televisores hasta árboles de navidad en las alcantarillas”, contó el encargado de Proveeduría de Servicios de la Municipalidad, Marco Vinicio Corrales.
¿Por qué se inunda San José?
La incapacidad de San José para manejar los fenómenos hidrológicos se origina dentro y fuera de sus propias fronteras, explicó Alice Brenes, investigadora de la Universidad Nacional.
“El arrastre de basura viene desde río arriba en el caso de los ríos María Aguilar y el Tiribí”, comentó Brenes.
El María Aguilar nace en la provincia de Cartago y baja por San Ramón de Tres Ríos, San Pedro de Montes de Oca, Sánchez de Curridabat y llega hasta varios distritos de San José.
El Tiribí rodea al cantón central de la capital.
Ambos ríos recolectan aguas sucias de centros urbanos hacinados y, con lluvias torrenciales como las de octubre de este año, terminan desbordando hasta la infraestructura vial.
El problema empeoró hace diez años, cuando la limpieza y el dragado de los ríos dejó de hacerse de manera preventiva, por problemas judiciales con los vecinos de las zonas en las que se hacían los dragados.
También se puede entrar al río por medio de un decreto de la Comisión Nacional de Emergencias, pero solo después de que se presente alguna emergencia, contó Corrales.
“Por prevención no se puede dragar ningún río. Los requisitos son caros y engorrosos para poder estarlo tramitando continuamente”, explicó.
Cuando el río se llena de sedimento, pierde la capacidad de llevar el agua y, por esa razón, se desborda.
Si su cauce ha sido modificado por el crecimiento urbano, como el río Ocloro, cuando llueve torrencialmente toma su rumbo original, donde usualmente hay proyectos urbanísticos que “no deberían” estar allí, según la municipalidad.
Aunque el cantón cuenta con plan regulador aprobado, algunos proyectos de vivienda se construyeron antes de 1970 y están en zonas de riesgo.
Reubicar a las personas que se encuentran en medio del cauce original o que viven cerca implicaría un costo no solo social sino político, explicó Brenes.
Gasto e inversión
San José no es solo el cantón central de la capital del país, sino uno de los que más se inunda, de acuerdo con el último informe del Programa Estado de la Nación.
Al tener mayor densidad poblacional, es también uno de los que reporta más viviendas afectadas, aunque la cifra de casas perjudicadas y de damnificados viene en descenso, al menos hasta el 2014, según cifras de la plataforma Desinventar , de la Universidad Nacional.
En los últimos cinco años la municipalidad invirtió poco más de ¢18 millones en promedio, por año, para dar ayudas temporales a los afectados por inundaciones.
En el 2015, Bomberos de Costa Rica reporta nueve salidas de equipo para atender emergencias provocadas por lluvias. Barrio Luján y Barrio México son los sitios que se inundan con más frecuencia.
La inversión se hará, por ahora, para mitigar el impacto de las fuertes lluvias, pero no hay ninguna promesa por parte de las autoridades.