La pandemia ha demostrado para muchos puestos laborales no es necesario estar en una oficina ocho horas diarias para continuar con las labores.
El teletrabajo combinado con el e-commerce son actualmente herramientas tecnológicas que le permiten a las personas cumplir con sus tareas y satisfacer sus necesidades diarias.
La nueva normalidad abre la posibilidad que exista una tendencia de mudarse a las zonas rurales o bien aprovechar más estos espacios para vacacionar y trabajar fuera de la ciudad por tiempos cortos.
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Nuevas posibilidades
En el sector de oficinas, la pandemia propició que el modelo del teletrabajo se convirtiera en una alternativa para darle continuidad a los negocios.
De acuerdo con un estudio realizado por la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) en mayo de este año, el 100% de las empresas del sector servicios estaba operando de manera regular y un 98% había implementado con éxito el trabajo remoto.
Dos elementos fueron cruciales en este proceso: la aprobación del marco legal para normar esta modalidad de trabajo y la infraestructura requerida para la continuidad de la operación desde los hogares.
De momento el comportamiento que se ha visto en el país es el de aprovechar las zonas rurales como un espacio de esparcimiento durante la pandemia.
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“En Costa Rica, aunque en un corto plazo esta flexibilidad ha permitido la opción de trabajar desde localidades fuera de Gran Área Metropolitana (GAM) y activar el turismo local con alojamientos extendidos”, explicó Álvaro Cortés, agente de representación de inquilinos de oficinas en Cushman & Wakefield AB Advisory.
Por otra parte, la tendencia de mudanza hacia zonas rurales iría a un ritmo mucho más lento y dependerá de la permanencia del trabajo remoto.
“La mayor parte de nuestros clientes no han confirmado si la decisión de teletrabajo será permanente para el resto del 2020. Mientras la política de teletrabajo no sea permanente, no esperamos una migración importante de Gran Área Metropolitana a zona rural”, añadió Cortés.
En un estudio global de la consultora PwC, se señala que debido a la pandemia, las medidas de ahorro deben ser una prioridad de los empresarios para mantener la liquidez.
Entre ellas el ahorro de alquileres, de traslados de los ejecutivos, mantenimiento de espacios físicos, y demás costos relacionado con mantener una operación 100% presencial.
La investigación efectuada en Reino Unido añade que a largo plazo, la pandemia podría acelerar el éxodo a las ciudades regionales y la “desurbanización”.
Este fenómeno hace referencia a que en grandes ciudades exista una ‘despoblación’ de oficinas y mudanzas a zonas que ofrezcan una mejor calidad de vida.
Con la creciente demanda de las compras en línea, y la disminución de los viajes de negocios, esta posibilidad toma mayor fuerza.
Transformación de oficinas
De acuerdo con un estudio reciente que desarrolló Cushman & Wakefield a nivel mundial, las oficinas como espacios de trabajo no desaparecerán, sino que se modificarán.
En este período, se pronostica que algunos de los inquilinos del sector de oficinas no estarán en capacidad de hacer inversiones de capital importantes en el corto plazo.
Aunque podrían requerir un espacio menor que el que actualmente ocupan, no pueden asumir el costo de un traslado y una remodelación en este momento.
Renegociar términos con el arrendador puede ser una opción viable que beneficie a ambas partes en esta coyuntura o también podría favorecer a modelos de negocio como el de WeWork, pero con espacios exclusivos para cada empresa.
Otra tendencia que se fortalecerá en el corto plazo es la descentralización de las oficinas corporativas.
En Costa Rica, ya existen ejemplos de este tipo de modelos como Sykes y Amazon, donde existe una oficina central pero con sedes de distintos tamaños en diferentes zonas que permiten optimizar el acceso a talento.
“Esperamos que en la era post-COVID la sede central funcione como un hub de colaboración, interacción social, creatividad e innovación”, señaló Cortés.
Estas tendencias ayudarían a que las personas se trasladen a las oficinas una menor cantidad de tiempo y que puedan estar fuera de la GAM.
‘Workcation'
Las zonas rurales ya han ido tomando mayor fuerza desde antes de la pandemia.
Según Cortés, en el segmento residencial, se ha presentado un incremento en los alquileres de corto plazo tanto en hoteles como en Airbnb, debido a que son utilizados como un hub para trabajar fuera de la ciudad.
A esta modalidad se le conoce como “workcation”, porque permite utilizar este tipo de espacios para poder salir de la rutina y cambiar de ambiente.
Para el sector industrial, antes del inicio de la pandemia ya existía una tendencia por consolidar corredores logísticos fuera de la GAM en ubicaciones como Limón, Orotina, San Carlos y Grecia (con la recién inaugurada zona franca Green Valley).
Orotina, San Carlos y Grecia presentan ventajas competitivas en términos de ubicación para el transporte terrestre hacia Centroamérica.
En el caso de Limón, la apertura de APM Terminals a la vez ha desarrollado un ecosistema de servicios que favorece el establecimiento de otros negocios.
Como la mudanza hacia zonas rurales todavía no es una realidad masiva, es muy pronto para determinar si el precio de los terrenos e inmuebles en esos lugares podrían aumentar.
Actualmente la oferta es mayor que la demanda, razón por la cual se podría mantener estable los precios del mercado en corto a mediano plazo.
“Es importante considerar que el trabajo es solamente uno de los elementos a considerar dentro de los sistemas sociales en los que participa una persona. También deben tomarse en cuenta el familiar y el social”, señaló Cortés.
Vivir en un cantón con elevada competitividad económica no necesariamente significa que sus habitantes tendrán la mejor calidad de vida, como San José, por ejemplo. Así lo muestra el Índice de Competitividad Cantonal elaborado por la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Viceversa sucede con cantones ubicados en las zonas periféricas que muestran mejores índices de calidad de vida, pero una competitividad económica mucho menor, como el caso de Nandayure, Hojancha, Acosta, Tilarán y Puntarenas.
Por esta razón, el principal reto de las zonas rurales es ofrecer una mejor infraestructura vial, conectividad a Internet estable y asequible, acceso a servicios médicos, amenidades y educación de calidad.