Luego de vivir más de un siglo en el silencio político, un importante sector evangélico decidió dar un giro en 1980 para participar activamente en el escenario electoral de Costa Rica.
El evangelicalismo -también conocido como cristianismo evangélico o protestantismo- ha logrado tejer una sólida plataforma que va más allá de las 3.752 congregaciones o iglesias que tienen en el país.
Su estructura también incluye más de 300 organizaciones entre las que figuran comedores, hogares para adultos mayores, casas de atención para indigentes, universidades, colegios, escuelas, fundaciones, guarderías, hospitales, clínicas, canales de televisión, emisoras de radio, programas para indígenas y privados de libertad.
Este grupo que se organiza en torno a tradiciones y creencias religiosas duplicó su filiación en el país al pasar de 238.356 personas, en 2001 a 465.330 miembros en 2013, según el Programa Latinoamericano de Estudios Socioreligiosos (Prolades).
Su crecimiento también se refleja en la cantidad de iglesias o congregaciones. Para 1982 en Costa Rica había 1.367 iglesias protestantes, pero la cifra creció un 174% y para 2013 ya se contabilizaban más de 3.750 congregaciones de este tipo.
Justamente en 1982 se funda en el país el primer partido político con connotación evangélica, se trata de Alianza Nacional Cristiana, una agrupación que postuló candidatos a la presidencia en cinco procesos electorales sin pena ni gloria.
De ese primer proyecto político evangélico salieron figuras como Justo Orozco quien logró ser diputado en dos ocasiones y fue pionero para el surgimiento de otras fuerzas políticas como Restauración Nacional, el partido con el cual Fabricio Alvarado lucha por la Presidencia del país en la segunda ronda electoral.
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En este punto vale la pena plantear algunas preguntas. ¿Cómo está estructurado el cristianismo evangélico en Costa Rica y cómo se trasladó el protestantismo a la política nacional?
La estructura evangélica
En el mundo, el cristianismo está organizado en cuatro grandes grupos: la Iglesia católica, las iglesias evangélicas, la iglesia Adventista y los grupos que creen en la Biblia, pero no comparten la tradición protestante, por ejemplo, los Testigos de Jehová y los Mormones.
En el país el 69,7% de las personas son católicas, de acuerdo con la Encuesta de Opinión Sociopolítica, realizada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR), en marzo del 2017.
El 25% de la población en Costa Rica es evangélica según cifras al 2013, obtenidas por Prolades, aunque la encuesta del CIEP señala que este grupo representa el 17% de la población.
Es indudable que los evangélicos son el segundo grupo religioso del país. Las 14 curules que ganaron para el próximo plenario legislativo y un candidato presidencial metido en la segunda ronda dan cuenta de eso.
Gran parte del protestantismo está organizado en el país bajo la sombrilla de la Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC). Existen otras federaciones, pero agrupan pocas iglesias.
La Alianza Evangélica Costarricense reúne a todas las tradiciones protestantes que a su vez se subdividen en familias.
Existen seis grupos clasificados por "tradición": las iglesias litúrgicas, las evangélicas separatistas o libres, las adventistas, las protestantes no clasificadas, las mixtas y las pentecostales.
Los evangélicos pentecostales son el grupo más grande dentro del movimiento protestante de Costa Rica. De las 465.330 personas del país que son evangélicas, el 63% asiste a iglesias de este tipo.
Son ellos quienes han comandado los proyectos políticos desde 1982 y quienes han logrado curules en la Asamblea Legislativa.
Jorge Gómez, presidente de la FAEC, es claro en señalar que su federación integra asociaciones de diferentes tradiciones y cubre al 83% de la población protestante del país.
Los pentecostales son el grupo más grande y, por ende, es común que la expansión de iglesias en diferentes zonas del país sea de esta denominación o tradición.
Por eso cuando se habla de evangélicos la gente los asocia con cultos, cantos, palmas, danza, milagros, profecías y diezmos. Sin embargo, eso es algo propio del pentecostalismo, los bautistas, por ejemplo, tienen una forma más conservadora de manifestar su fe en las congregaciones.
Pentecostalismo y neopentecostalismo
Para Osías Segura, teólogo y misionero, el pentecostalismo es un grupo que llegó a Costa Rica en los años 50 del siglo XX y que pone un fuerte énfasis en las profecías e interpretaciones literales de la Biblia.
"Pastores -en algunos casos- sin formación teológica universitaria, hablan en lenguas, hacen sanidades, brindan prosperidad y ejecutan milagros", agregó el especialista.
El principal pilar de este movimiento evangélico es el "bautismo en el Espíritu Santo" y se deriva del Pentecostés, una celebración cristiana donde se conmemora -según la Biblia- la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.
En la década de 1950 surgió un nuevo movimiento dentro de los evangélicos pentecostales que se llama neopentecostalismo o movimiento carismático.
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Dentro del neopentacostalismo existen cinco niveles jerárquicos de personas llamadas a ejercer el poder que, según ellos, Dios les confiere. Se trata de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
¿Quién decide si alguien es apóstol, profesa o pastor? De acuerdo con los teólogos y especialistas consultados es una selección que se hace entre las iglesias de acuerdo con los "dones" que muestra cada persona.
"En los últimos años entre los neopentecostales ha surgido la creencia del 'Reino Ahora'. Es una manera errónea de entender que los apóstoles son llamados a instaurar el reino de Dios en la Tierra. No es el reino de Jesucristo, sino de la iglesia que busca imponerse en todas las áreas de la sociedad", aseveró Segura.
Alberto Rojas, sociólogo de la Escuela Ecuménica de Ciencia de la Religión de la UNA, agregó que la tendencia del movimiento carismático se basa en tres pilares fundamentales: la reinstauración de apóstoles en la tierra, la guerra espiritual y la teología de la prosperidad.
Fabricio Alvarado proviene del neopentecostalismo y su padre espiritual es el apóstol Rony Chaves quien tiene su iglesia Centro Mundial de Adoración, en Tibás.
"Desde la guerra espiritual se piensa que es necesario controlar el Estado y ponerlo a trabajar contra las fuerzas del diablo, así lo dicen ellos. Dentro de esta doctrina es necesario que los cristianos se apoderen de espacios públicos para defender la causa divina y limitar o eliminar la influencia del diablo", comentó Rojas.
El llamado
En la Alianza Evangélica Costarricense reconocen sus creencias y destacan que los evangélicos son "atacados" cada vez que ganan posiciones políticas privilegiadas en el país.
"Lo mismo ocurrió cuando Gonzalo Ramírez (diputado por Renovación Costarricense) fue elegido como presidente de la Asamblea Legislativa, decían que todo iba a ser malo, que las cosas se iban a salir de control, pero nada de eso ha sucedido", defendió el jerarca de la FAEC.
Gómez aseguró que a ellos se les "juzga" en el ámbito político por sus creencias, pero no se ven los logros que como movimiento han conseguido durante décadas en el país.
El Presidente de la Alianza Evangélica Costarricense reconoce que las iglesias, fundaciones, comedores y programas de ayuda que ellos operan han llegado a lugares donde el Estado no lo hace.
Limón, por ejemplo, es la provincia con más iglesias y congregaciones evangélicas después de San José. La provincia del Caribe pasó de 486 congregaciones protestantes en 2001, a 678 en 2013.
Fabricio Alvarado ganó los seis cantones limonenses en la primera ronda, aunque con el segundo nivel más alto de abstencionismo, un 42,9%.
"En esos lugares existe una presencia fuerte, permanente, cotidiana y sistemática de muchos tipos de iglesias de corte pentecostal y evangélico conservador, desde hace muchos años. Si bien en esos lugares hace falta el desarrollo social, abunda un desarrollo de creencias y prácticas religiosas", indicó el sociólogo Alberto Rojas.
"Nosotros no servimos a Fabricio Alvarado, servimos a Dios (…), con Fabricio hacia la segunda ronda, o sin él, nosotros seguiremos haciendo nuestro trabajo social", respondió Gómez, a la pregunta: ¿El trabajo de las iglesias en las provincias costeras ayudó a que ganara Alvarado?
La conquista política
La conquista política del movimiento evangélico neopentecostal no inició en 2014. En 1982 apareció el primer partido político protestante en el país.
Alianza Nacional Cristiana (ANC) participó en las elecciones de 1986, 1990, 1994, 1998 y 2002, pero el apoyo que obtuvieron fue muy bajo, hasta que finalmente dieron su adhesión al Movimiento Libertario de Otto Guevara, que luchaba por la igualdad de las iglesias en el país frente al catolicismo.
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En 1995, un grupo de dirigentes abandonó las filas de ANC para fundar el Partido Renovación Costarricense (PRC), una agrupación liderada por el pastor Justo Orozco quien fue diputado dos veces (1998-2002 y 2010-2014).
En el 2002, Carlos Avendaño, pastor neopentecostal, se convirtió en el segundo diputado evangélico en llegar a la Asamblea Legislativa con Renovación Costarricense, aunque a mitad del periodo tuvo diferencias con su grupo político y renunció para fundar el Partido Restauración Nacional (PRN).
En las elecciones del 2006, El PRN participó como una agrupación política de escala provincial por San José y logró llevar al Congreso al pastor Guyón Massey.
En 2010, se conformó un pequeño bloque evangélico con el regreso a Cuesta de Moras de dos viejos conocidos, antes amigos. Carlos Avendaño, del PRN y Justo Orozco, del PRC.
La conquista mayor vino a partir del 2014. Ese año la Asamblea Legislativa estaba integrada por cuatro congresistas evangélicos pentecostales: Fabricio Alvarado, del PRN; Mario Redondo, de Alianza Demócrata Cristiana (ADC); Gonzalo Ramírez y Abelino Esquivel, del PRC.
Una alianza entre el llamado "bloque cristiano" y el Partido Liberación Nacional (PLN) permitió que en 2017, Gonzalo Ramírez se convirtiera en el primer evangélico en presidir el plenario legislativo.
Lo demás ya es conocido. Tres candidatos presidenciales evangélicos estuvieron en la papeleta de la primera ronda electoral del 2018, uno de ellos se enrumba a segunda ronda con posibilidades de convertirse en Presidente de la República.
En la Alianza Evangélica Costarricense reconocen que antes de 1980 su postura era mantenerse lejos de la política, pero luego decidieron "participar".
Fabricio Alvarado y su Partido Restauración Nacional encontraron una oportunidad en la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) que ordena a Costa Rica garantizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Su férrea oposición a esta orden del tribunal internacional, sumada a su discurso en favor de la "familia tradicional" y su rechazo a los programas de educación sexual del Ministerio de Educación Pública (MEP), lo colocaron como el candidato conservador y lo desmarcaron, en cierta forma, de su origen evangélico.
La pregunta es: ¿sin la resolución de la Corte IDH, Fabricio Alvarado habría ganado en primera ronda?
La respuesta depende de los votantes el próximo domingo 1.° de abril, cuando finalmente se sabrá si la conquista política de los evangélicos en Costa Rica se completa.