El ministro de Hacienda, Elian Villegas Valverde, celebró la aprobación en primer debate del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a una facilidad de servicio de ampliado (SAF) por $1.778 millones en tres años aparejada con una agenda para estabilizar las finanzas nacionales.
El jerarca señaló que ahora el país deberá trabajar para no incumplir al Fondo, porque eso implicaría “un golpe muy fuerte” con consecuencias directas en el tipo de cambio, la inflación y las tasas de interés.
EF conversó con el ministro tras la aprobación en primer debate del convenio con el FMI, que oficializa un compromiso costarricense que va mucho más allá de un préstamo internacional.
Costa Rica aprueba nuevamente un acuerdo con el FMI. ¿Qué representa esto para el país?
— Cuando uno observa las últimas subastas, que son subastas que ocurren después de que se aprueban empréstitos con entidades multilaterales, empieza a notar que el ambiente financiero se va a lo fundamental y entiende lo que pasa en el país. El ambiente financiero tiene claro que hay una serie de señales que hemos venido dando de manera correcta.
Dentro de esas señales, la aprobación de este crédito con el FMI es muy importante para todo el sistema financiero y para el país. Es un paso muy importante.
Para el país es importante no solo por el dinero y la confianza de los mercados, sino porque nos dice que políticamente hay un camino técnicamente demostrado y que soportó la prueba del FMI, para salir adelante en su situación fiscal.
El país accederá al primer desembolso del Fondo una vez que este acuerdo quede en firme, pero el siguiente desembolso solo llegará si Costa Rica supera la primera revisión. ¿Cómo encaramos esa primera revisión que ocurrirá a mediados del segundo semestre?
— Cuando vemos los números llegamos a una conclusión: el país va bien y está cumpliendo con las expectativas del convenio con el Fondo. Estamos dentro del margen señalado para el déficit primario, estamos muy por debajo del monto estimado originalmente y estamos un poquito por debajo en la meta de deuda. También hemos logrado una reducción importante en tasas de interés, incluso con títulos que de enero a mediados de junio han perdido más de 200 puntos base.
Otro punto importante es el flujo de caja. En este momento es un flujo que nos da una enorme tranquilidad; y esto es algo que de hace muchos años no se puede decir en el Ministerio de Hacienda, entonces estos detalles nos ayudan a que esta revisión del Fondo, esperamos, se pueda manejar en buenos términos.
Tenemos claridad en que la Asamblea Legislativa no ha podido avanzar con la velocidad que todos quisiéramos, pero llegará el momento de aprobación de los proyectos.
El avance que tenga (o no tenga) el plan de empleo público en la Sala Constitucional será un factor decisivo para evitar un incumplimiento con el FMI en esta primera revisión.
— Yo no vería esto en términos de un incumplimiento con el Fondo, sino en términos de una reforma de Estado. Una de las frases más repetidas y que ahorita vamos a oír aún más es que “debemos reformar el Estado” y probablemente lo más grande que hemos aprobado en los últimos años es esta reforma al empleo público.
Toda esta discusión nos ha servido para que la gente se dé cuenta de la importancia del empleo público en sus finanzas del día a día, porque es un factor que pesa mucho en la recaudación fiscal y que absorbe casi un 50% de ella. Es decir, se lleva la mitad de los impuestos que pagamos.
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Aparte de empleo público hay una batería de otros cinco proyectos. Algunos diputados se desligan de ellos, en especial de proyectos relacionados con impuestos. ¿Cómo trabajar con ese rechazo a todos o parte de ese grupo de planes que representan un tercio del ajuste fiscal esperado (nuevos ingresos)?
— La Asamblea Legislativa tiene un contexto favorable en este momento para aprobar reformas de ese tipo. Nuestro sistema político multipartidista permite a varios partidos a acceder al poder y eso hace que para todos ellos sea fundamental que el tema de las finanzas públicas quede arreglado, y en la medida en que este Gobierno está dispuesto a asumir el costo político y llevar adelante las reformas, eso representa un valor agregado para todos ellos.
Siento que vamos a tener un conjunto de partidos políticos que, más allá de lo inmediato, van a tener la posibilidad de visualizarse en un entorno de ejercicio del poder y la pregunta que deben hacerse es cómo quiero ejercer el poder, en un país con “una nave” mucho más ágil o en un país que tiene “una nave” con un pesado lastre detrás. Dependiendo de la respuesta estará el apoyo que le den a estos proyectos.
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Hasta el momento, por las condiciones de los proyectos, se ha dado prioridad a la reforma a empleo público y al convenio con el Fondo. Ya tan avanzados estos temas, ¿cuáles serán las siguientes prioridades a impulsar en el Congreso como parte de esta agenda?
— Estos proyectos (los restantes) son sencillos, con excepción de renta global que es un proyecto técnicamente más complejo. Los otros solo requieren un acuerdo político y una vez alcanzado ese acuerdo, los acuerdos técnicos son muy fáciles de alcanzar. Nosotros en este momento queremos empujar todos los proyectos con la esperanza de poderlos sacar, porque se trata de un tercio del ajuste. Los otros dos tercios están del lado del recorte del gasto y eso es bastante complejo.
En materia de gasto todos los ministerios tienen buenos proyectos, con ministros o ministras que creen en lo que hacen, y se vuelve difícil decir que no. Además, una enorme cantidad de personas y empresas dependen del presupuesto, no solo empleados públicos.
¿Qué significaría para Costa Rica incumplir con el Fondo ahora, como ya ha pasado en otros momentos?
— Así como digo que vamos a buen paso en este momento, una declaración de esas nos frenaría de manera importante y nos golpearía. Esperemos que no se llegue a dar, porque podría ser un golpe fuerte para la economía costarricense. Generaría una pérdida de confianza y la economía se mueve a base de confianza. El Ministerio de Hacienda es el mayor vendedor del país con sus bonos y necesitamos que los agentes financieros confíen en lo que se viene haciendo.
¿Qué significa “un golpe fuerte” en términos prácticos?
— Implicaría que, en el momento en el que el Fondo nos diga que estamos incumpliendo el acuerdo, probablemente tendríamos como consecuencia aumento de tipo de cambio, de tasas de interés y un encarecimiento de precios. Son situaciones desagradables para la economía y una afectación en la calidad de vida de la gente a partir de ellas.
La presidenta del Congreso decía que teme una actitud más reposada del Gobierno de cara al final de su gestión que deje el acuerdo a medias. ¿Qué le respondería?
— Este gobierno se comprometió a sacar adelante una reforma fiscal con solo 10 diputados. Lo hicieron don Carlos (Alvarado, presidente de la República) y doña Rocío (Aguilar, exministra de Hacienda) en 2018, con el apoyo de una gran cantidad de diputados y de la población costarricense.
Luego de la pandemia nos comprometimos con una segunda reforma fiscal, y esta pasó por la negociación con el Fondo. Hicimos una primera propuesta que generó una reacción muy fuerte en contra y después de eso fuimos a mesas multisectoriales, cerramos una nueva propuesta y nos sentamos con el Fondo.
Con todo esto, quiero llegar a que todo este esfuerzo nos lo podríamos haber ahorrado si estuviéramos pensando con miras de corto plazo. Si estuviéramos pensando en llevar “la nave” a la orilla y dejarla ahí, pero no es eso lo que hemos hecho.