El momento es clave para Costa Rica y así lo reconoce sin dudar Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior (Comex).
Estados Unidos (EE.UU.) busca fortalecer la capacidad de desarrollo y fabricación de microprocesadores en su territorio o el de países amigos. Es cuestión de seguridad nacional para Washington y de potencial atracción de inversión extranjera directa (IED) para Costa Rica, que ya fue designado por el Departamento de Estado como un aliado y socio estratégico.
La ventana de oportunidad para concretar un verdadero clúster de chips como el que existe en el caso de implementos médicos se abre cuando la institucionalidad del sector de comercio exterior experimenta sacudida tras sacudida. A la ruptura con la Agencia Costarricense de Promoción de Inversiones (conocida como Cinde) le siguió la próxima salida del gerente general de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
“Lo que estoy haciendo es revitalizando el rol de Procomer. Aquí no estoy matando a nadie”
— Manuel Tovar, ministro de Comex.
Son movimientos que el ministro defiende, le baja el tono a la situación y prefiere emocionarse con los planes que tiene el Gobierno para preparar al país de cara al posible incentivo de la Chips Act por el que compite con otras naciones. La creación de un hub regional de capacitación de mano de obra avanzada es una meta que tienen en el corto plazo.
El Financiero conversó con Tovar sobre el estado de la obtención del posible incentivo (EE.UU. calificó a Costa Rica como“un lugar seguro para invertir en la producción de microprocesadores”), el interés que tienen empresas tecnológicas en ingresar al país y el remezón que causó la ruptura con Cinde.
Semiconductores
¿En términos prácticos qué significa el anuncio del Departamento de Estado y cuáles son los pasos a seguir?
- El anuncio que ha hecho el gobierno de EE.UU. anunciando a Costa Rica en un primer lugar como un aliado y socio estratégico en la industria de semiconductores es un mensaje poderoso en diferentes vertientes. En primer lugar se ratifica la confianza que tiene EE.UU. y su industria en nuestra oferta país. En segundo lugar para los costarricenses significa una enorme oportunidad, que no vamos a desaprovechar, y que es la generación de un mayor crecimiento económico del país y mayores empleos en una industria muy sofisticada.
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Ahora bien, partimos de un contexto internacional que ha motivado a que EE.UU. impulse una política industrial agresiva como nunca antes para que en lo que se refiere a semiconductores se fomente la investigación, el desarrollo y la manufactura en el territorio estadounidense o en países amigos.
En resumen, dos consecuencias del anuncio de EE.UU.: esperamos recibir fondos y el traslado de empresas para manufactura.
Ese anuncio nos ha abierto puertas, algunas quizá antes difíciles de abrir pero hemos despertado interés importante fuera de nuestras fronteras y lo que queremos es desde ya ir a vender el país. Esas operaciones son complejas que requieren en muchos casos, además de concurrir junto a otros países, pues tienen procesos internos que las empresas tienen que llevarlos a su junta directiva, tienen que informar a sus accionistas en el caso que sean empresas que cotizan en bolsa; son procesos que no son inmediatos.
¿En qué dirección están trabajando para obtener finalmente el incentivo de la ley Chips Act?
Este gobierno bajo el liderazgo de Comex y Procomer trabajamos una propuesta país en un concurso donde todas las naciones participaron. Costa Rica presentó una propuesta, fuimos a Washington a promoverla, tuve la ocasión de reuirme con senadores, con la Casa Blanca, con el secretario del Departamento de Estado y el Departamento Comercio para posicionar a Costa Rica como un potencial acreedor de fondos de Chips and Science Act.
La propuesta de Costa Rica básicamente va encaminada en algo fundamental que es la generación de talento requerido para la industria semiconductores. Lo que queremos es crear en Costa Rica, mediante diferentes iniciativas, un hub regional de creación de capacidades de enseñanza y va de la mano de varias iniciativas para que el país pueda generar el talento necesario requerido por estas industrias.
¿Está llegando tarde el hub que menciona para hacer frente al posible incentivo?
- No es que Costa Rica se ha quedado corta en materia de talento humano, es que el interés por Costa Rica es cada vez mayor en un contexto geopolítico como una guerra en Europa, las tensiones en Asia y también las señales confusas de países en la región que envían a los mercados internacionales. Mientras tanto Costa Rica da muestras de confianza.
Más que quedarnos cortos yo diría que la demanda cada vez es mayor. El país es cada vez más atractivo; este es el momento de Costa Rica y hay que saber aprovecharlo.
A lo que nosotros aspiramos es a impulsar junto al Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), diferentes niveles, la creación de capacidades, la capacitación de técnicos requeridos para esta industria. También con el Ministerio de Educación (MEP) a nivel profesional.
Esto pasa por una serie de iniciativas que tenemos que acelerar para poder atraer personal con talento especializado que no tenemos. El proyecto de ley que es una iniciativa en ese sentido es la homologación de títulos del extranjero porque en ocasiones es un enorme desincentivo y un obstáculo para traer talento.
Otro proyecto que estamos trabajando es el de Campus Satélite para fomentar y albergar campus de universidades extranjeras bajo un marco de mayor seguridad y predictibilidad, para que puedan operar acá y con incentivos interesantes para alentar la llegada de estos centros que nos puedan ayudar a capacitarlos expertos no solamente en materia de semiconductores, sino talento para todo tipo de industria sofisticada.
Comex tiene una demostrada trayectoria de que es una institución, a pesar de su tamaño, con capacidad de articular en una infinidad de temas de política pública como lo fue el proceso de OCDE. Estoy muy entusiasmado; yo creo que esta noticia que EE.UU. anunció hay que saber dimensionarla, hay que saber aprovecharla porque yo siento que va a ser un antes y un después para Costa Rica.
¿Nvidia y AMD han manifestado interés en llegar al país?
- En estos momentos le puedo decir que hemos recibido manifestaciones de apoyo a Costa Rica importantes en relación al reconocimiento que obtuvo el país. Esta noticia ha despertado y ha abierto los ojos de algunas compañías que quizás no tenían a Costa Rica en el radar y de otras que ya venían monitoreando el comportamiento de nuestro país en la economía global en sectores claves.
En esas fases la información se maneja con discreción porque al final de cuentas son las mismas empresas que determinan cuándo y dónde anunciar sus operaciones. Tenemos prontamente algunos anuncios importantes para el país en el arribo de IED en diferentes sectores económicos.
¿Dónde calza Costa Rica en una cadena logística de semiconductores ahora con más operaciones fuera de China?
- Hay cosas que Costa Rica puede estar más preparada en parte de la cadena, pero yo creo que Costa Rica está lista para todo. Yo quisiera tener cada vez más investigación en Costa Rica, en diseño, ensamblaje. Nosotros no descartamos ningún ciclo de una actividad económica específica.
¿Actualmente Costa Rica en cuál etapa de la cadena calza?
- Yo no lo puedo decir, son las mismas empresas las que están en mejor posición de decirlo. Pero yo creo que en diseño tenemos más potencial para explotar, en la investigación y por supuesto en manufactura.
¿Quién es la competencia de Costa Rica en la región?
- En la región latinoamericana somos unos de los líderes. Obviamente México tiene capacidad, tiene un mercado y tiene proximidad física con EE.UU. y siento que puede ser un país con participación importante. La verdad es que en Costa Rica tenemos un camino recorrido, somos un país pequeño en el cual para algunas cosas a veces es fácil gerenciar y gobernar para otras cosas a veces tomar decisiones debería ser más expedito. Pero me voy a enfocar en promover más a mi país, a impulsar las políticas públicas que puedan propiciar y generar ese marco de confianza para estas empresas.
Cambios en comercio exterior
Tras poco más de un año de su gestión como ministro: murió la triada del sector de comercio exterior y renuncia el gerente de Procomer. ¿Por qué tanto terremoto en un sector tradicionalmente estable?
- Yo no lo llamaría terremoto. Los cambios son parte de la vida. Nunca antes un gerente general, creo yo, había tenido una longevidad en el cargo como el señor Beirute. Él sintió que le había llegado su momento y soy respetuoso, pero lo importante es la institucionalidad que está detrás.
Inclusive el día mañana parte del legado que quiero dejar, no solamente a los costarricenses a través de proyectos con datos, es dejar una casa bien montada porque es el principal legado que un administrador puede dejar es un equipo que pueda seguir adelante y cumpliendo con las tareas y los retos que el país requiere.
Entonces yo no lo llamaría terremoto, es una decisión personal que yo no tengo por qué vetar o impedir.
Y aquí nadie ha matado la tríada; yo no sé qué se entiende por matar. Nosotros hemos tomado una decisión de que Procomer ejerza el rol y el mandato que está preparado para hacer, que ya también venía haciendo en algunas áreas, y que el legislador le otorgó en su momento cuando se creó la ley.
Aquí lo que estoy haciendo es revitalizando el rol de Procomer. Aquí no estoy matando a nadie, aquí lo que estoy es dándole las responsabilidades que Procomer requiere para poder cumplir con los retos país. En ese sentido yo me siento bastante convencido cada vez de que fue la decisión correcta porque lo lógico es que Procomer haga lo que la ley dice que tiene que hacer.
Dos áreas del comercio exterior del país atraviesan cambios de manera paralela, ¿podrán alcanzar las metas de IED que se trazaron?
- Estamos trabajando para cumplir esos objetivos, esas ambiciosas metas que nos hemos trazado. No obstante, yo sí quisiera destacar que quizás el mayor legado que nos puede dejar el señor Beirute después de casi nueve años a bordo de Procomer es que deja una casa fuerte, un equipo muy fuerte, muy profesional y una institución robusta que estoy convencido que va a poder cumplir no solamente con los objetivos en materia de atracción de inversión extranjera, sino también la otra dimensión que son las exportaciones.
Si Cinde no estaba obteniendo los mejores resultados, ¿por qué contratar a extrabajadores de Cinde para desarrollar la estrategia de IED?
- Yo creo que no hay nada raro ni llamativo en el que nosotros podamos acoger a los mejores funcionarios, vengan de donde vengan; yo creo que no tiene relación con la decisión que tomamos.
La decisión que tomamos ha sido clara en el sentido de los retos de competitividad del país. Particularmente en lo que se refiere a generar mayor bienestar en las zonas económicamente más deprimidas tenemos que transitar hacia otro modelo y en ese modelo la determinación que hemos tomado es que Procomer debería asumirlo.
¿Cómo era su relación con Cinde? ¿Cómo es ahora?
- La relación con Cinde nunca ha sido mala. Aquí no hay que personalizar este tipo de situaciones; hay gente que lo quiere personalizar o politizar. Simplemente tomamos decisiones basadas en evidencia, en la necesidad del país, en las necesidades que el presidente y el soberano nos ha pedido y en ese sentido nos movemos. Yo tengo una excelente relación con el señor Eric Scharf, con quien me une una amistad y el compromiso es seguir construyendo y colaborando con Cinde y cualquier otra organización de naturaleza privada que quiera construir por el bienestar del país.
¿Usted presionó a jerarcas de Cinde para nombrar o remover a funcionarios de esa agencia?
- No, nosotros somos respetuosos de los procesos internos de cada institución. Claramente nos interesaba el proceso de elección del nuevo gerente general porque es una persona que va a tener que trabajar cercanamente con las instituciones del Estado y es una persona que va a gerenciar dineros públicos. El 75% del presupuesto que ostentaba Cinde tenía fuentes de naturaleza pública. Es legítimo y genuino que en una institución que gerencia recursos del Estado podamos interesarnos en cómo avanzaba el proceso.