Luis Lacalle Pou, un exsenador de 46 años del centroderechista Partido Nacional, será el próximo presidente de Uruguay tras 15 años de hegemonía de la izquierda en el país, luego de que su contrincante, Daniel Martínez, del oficialista Frente Amplio, lo reconociera este jueves como ganador de las presidenciales.
“Saludamos al presidente electo @LuisLacallePou, con quien mantendré una reunión mañana”, escribió Martínez en su cuenta de Twitter, tras el reñido escrutinio primario del domingo que obligó al tribunal electoral a esperar por el tradicional recuento secundario de votos antes de oficializar al ganador. Lacalle Pou le agradeció por la misma vía con un “Gracias Daniel” y el hashtag #ElUruguayDeTodos.
El presidente de la Corte Electoral, José Arocena, dijo a la AFP que una vez que termine este conteo el organismo proclamará a la fórmula ganadora, previsiblemente el viernes.
La victoria de Lacalle Pou pondrá fin a tres mandatos consecutivos del Frente Amplio, un periodo que desde el 2005 alternó en el poder al actual mandatario Tabaré Vázquez y al exguerrillero José Mujica.
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Lacalle Pou, que hará un acto de celebración el viernes en Montevideo, ya recibió el saludo del secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, quien fue expulsado del Frente Amplio por sus denuncias contra el régimen venezolano; del presidente argentino saliente, Mauricio Macri, o del canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
Compás de espera
Aunque las encuestas previas al balotaje pronosticaban una cómoda victoria de Lacalle Pou, el escrutinio que comenzó en las mesas de votación en la tarde del domingo moderó el triunfalismo reinante entre sus seguidores, y reanimó a los prácticamente desahuciados militantes del Frente Amplio.
Según el conteo inicial, Lacalle Pou obtuvo 1,168 millones de sufragios, frente a 1,139 de Martínez, una diferencia de menos de 30.000 votos que era inferior al cómputo de los denominados votos “observados” -cuando los electores sufragan en circuitos que no les corresponden o no figuran en el padrón- que totalizaron 35.000 y que demoran en contabilizarse pues debe cotejarse la identidad del votante.
Esos votos suelen reproducir la tendencia del escrutinio general, pero técnicamente existía un remoto chance de que el resultado pudiera revertirse, lo que impidió que el tribunal electoral realizara un anuncio oficial.
El compás de espera se abrió tarde en la noche del domingo, cuando Martínez habló en su comando de campaña ante sus seguidores sin reconocer el triunfo de Lacalle Pou. "Hay que esperar", dijo esa noche.
Minutos después, el candidato de la coalición opositora apareció ante los militantes de su partido y de otros partidos que apoyaron su candidatura y recriminó a su contrincante que no reconociera su derrota ante un resultado que consideró "irreversible".
La Corte Electoral de Uruguay, observando los protocolos establecidos, esperó 48 horas para iniciar el recuento. El tuit de Martínez reconociendo el triunfo de Lacalle se adelantó 24 horas al esperado anuncio oficial del viernes.
En su cuenta de Twitter, Lacalle Pou se limitó a republicar dos tuits de la cuenta oficial de su partido, el Partido Nacional.
Uno de ellos dice "El Uruguay ya tiene nuevo Presidente!! @LuisLacallePou", acompañado de una imagen de Lacalle junto a la ahora vicepresidenta electa, Beatriz Argimón, y otro que reza "#AhoraSí Celebramos el Uruguay de todos!", publicado junto a un video con imágenes de partidarios agitando banderas.
Lacalle Pou ha avanzado ya en el armado de su futuro gabinete, que integrará a representantes de los partidos que participaron de la coalición electoral "multicolor" que encabeza: Partido Colorado (centro), Partido Independiente (centroizquierda), Partido de la Gente (centroderecha) y el recientemente constituido Cabildo Abierto (derecha).
Viraje tras 15 años de izquierda
Uruguay formó parte de un grupo de países que viró hacia administraciones de izquierda en la década pasada, cuando gobernaron Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil o Rafael Correa en Ecuador.
En los últimos años, la región ha visto el ascenso de la ultraderecha en Brasil con Jair Bolsonaro y el paréntesis liberal en Argentina con el gobierno de Mauricio Macri, que en diciembre dejará la Casa Rosada y entregará el poder nuevamente a la izquierda peronista.
Durante sus 15 años en el poder, la coalición izquierdista saliente aprobó el aborto en 2012, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y la regulación del mercado del cannabis en 2013.
Tras años de una bonanza empujada por los altos precios de las materias primas agrícolas, la economía ha empezado exhibir debilidad: el desempleo llegó a 9,5%, en una economía estancada con un persistente déficit fiscal de 4,9% del PIB.