La escucha es el sentido más afinado de Luis Guillermo Solís, presidente electo de la República.
No se precipita, mantiene una actitud abierta, valora y sopesa puntos de vista antes de fijar una posición fundamentada. Así lo evocan quienes han trabajado con él a nivel académico, diplomático y político.
Estos excolaboradores consideran que esas características han demostrado que tiene una enorme capacidad de construir y llegar a acuerdos.
En el ámbito político, en el 2002, como secretario general del Partido Liberación Nacional (PLN) demostró buena lectura del entorno y poder de convocatoria, cuando la agrupación atravesaba una crisis tras la peor derrota de la historia ante la Unidad Social Cristiana, resaltó Óscar Alfaro, en ese momento tesorero del Comité Ejecutivo del PLN.
Solís realizó un esfuerzo para iniciar un proceso de renovación y llamar al Congreso ideológico. “Se tiró a la calle a buscar a nuestras dirigencias a lo largo y ancho del país”, recordó Alfaro.
Agregó que dentro del Comité les correspondió llevar la primera elección directa de alcaldes, lo que hizo que Solís tuviera que contactar a mucha gente y demostrar esa capacidad de diálogo y de negociación.
En sus cargos diplomáticos, sobresalió por su tolerancia y capacidad para propiciar ambientes para acuerdos en entornos muy conflictivos, como la Centroamérica de los 80.
Por ejemplo, dio significativos aportes en el proceso de paz y la resolución del conflicto en la región cuando ocupó el cargo de jefe de Gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores en el primer gobierno de Óscar Arias (1986-1990).
Funcionarios diplomáticos que lo acompañaron cuando fue director general de Política Exterior (1996-1998) y embajador de Asuntos Centroamericanos (1994-1998) resaltaron que siempre se informaba bien antes de tomar decisiones, y además tenía gran disposición y apertura para trabajar en equipo.
Le reconocen que se ponía en los zapatos de la contraparte para entender mejor su posición, aunque también sostenía con firmeza y convicción la defensa del país.
Como profesor y director de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (2002-2004) tuvo que aplicar el consenso en diversas circunstancias con diálogo, ecuanimidad y equilibrio dentro de los grupos de interés, manifestó el politógo Johnny Meoño.
Uno de los proyectos que concretó fue la reforma total al plan de estudios de dicha escuela.
¿Lo aplicará en Zapote?
Uno de los retos para Solís como gobernante es la moderada experiencia que tiene como dirigente político y de entes gubernamentales, opinó Rolando González, diputado electo por Liberación Nacional.
Sin embargo, resaltó que en la campaña fue constante y mostró una gran versatilidad como punto de convergencia para diversos sectores. “Si las diversidades del PAC le permiten fortalecer sus rasgos primordiales, veremos un gobierno abierto, constructivo y conciliador. Si por el contrario el radicalismo de algunos sectores de ese partido lo atenaza, su mandato se podría desvirtuar y quedar marcado por las contradicción”, dijo González.
Para Meoño, ya demostró su liderazgo intelectual en varios ámbitos, pero su gran meta ahora es trasladar y aplicar esos atributos a los parámetros de la Presidencia del país.
Mariano Figueres, su amigo hace más de tres décadas y aliado político, dijo que es un negociador por excelencia. “Se toma muy en serio el porqué se tienen dos oídos y una boca”.
Figueres observa que es un poco terco, empero aseguró que su terquedad proviene de una fundamentación y eso no lo vuelve inflexible o cerrado al tomar una decisión.
Es un hombre que tiene dos virtudes que tendrán gran peso en su mandato: la pasión y la prudencia, resaltó el politógo Víctor Ramírez. “Es muy difícil que alguien tenga esas dos cualidades porque son extremos opuestos, la gente apasionada tiende a ser imprudente y la gente prudente no es tan apasionada, pero Solís las conjuga y muestra la mesura consigo mismo”, mencionó.
¿Ya se percibe?
En las reuniones que tuvo como candidato, algunos sectores percibieron sinceridad y apertura hacia el diálogo.
Sectores empresariales hasta sindicales se han reunido con Solís, quien ha incorporado en su agenda inquietudes que van de la energía a la infraestructura.
Y de momento, el ejercicio es positivo. Desde Juan Ramón Rivera, vicepresidente de la Unión de Cámaras, hasta Ronaldo Blear, secretario general del sindicato Sintrajap, de Japdeva, todos quedaron satisfechos con la actitud y lo percibieron como un buen negociador.
Ahora, a partir de mayo, esa casta de negociador tendrá su prueba de fuego.
Ruta laboral
Académico: Historiador, profesor y director de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR.
Diplomático: Jefe de gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica (1986-1990). Embajador para asuntos centroamericanos y director general de política exterior (1994-1998).
Político: Secretario general del Partido Liberación Nacional (2002-2003) y candidato del PAC (2014).