Los estadounidenses se preparan para pasar este martes una larga noche ante sus televisores, a la espera de saber quién será el 45 presidente de su país: si la demócrata Hillary Clinton o el republicano Donald Trump.
A continuación, algunos de los principales puntos que es necesario saber sobre esta jornada electoral.
A mediados del siglo XIX, Estados Unidos era una sociedad principalmente rural. El domingo estaba reservado a la iglesia y los miércoles al mercado. Al considerar que el viaje a caballo al centro de votación podía tomar 24 horas, el día después del primer lunes de noviembre fue la opción escogida para la celebración de las elecciones.
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Sufragio universal indirecto sin balotaje. La elección se lleva a cabo en los 50 estados y el Distrito de Columbia (que abarca la ciudad de Washington y no hace parte de ningún estado).
Los electores votan por los candidatos a presidente y vicepresidente, y en función de esa votación popular cada uno de ellos se adjudica en cada estado unos "grandes electores" (delegados al colegio electoral).
En total son 538, y su número varía según los estados, en función de la población. Cada estado tiene tantos delegados como congresistas en la Cámara de Representantes (proporcional a su población) y senadores (dos por estado).
De esa forma, California, por ejemplo, tiene 55, Texas 38, Nueva York 29 y Florida 29, y en el otro extremo, Vermont, Alaska, Wyoming y Delaware solo tienen 3.
Esos grandes electores elegirán seguidamente de manera oficial el 19 de diciembre, y meramente como una formalidad, al presidente y el vicepresidente de Estados Unidos.
Un candidato a la presidencia debe obtener la mayoría absoluta de los 538 grandes electores, es decir 270.
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En todos los estados, menos dos, el candidato que obtenga la mayoría de los votos se adjudica todos los delegados del estado, un esquema que elimina automáticamente los candidatos de los partidos pequeños y consolida el reinante bipartidismo de demócratas y republicanos.
En Nebraska y Maine, los delegados son atribuidos de manera proporcional.
Debido al esquema de votación, los candidatos concentran su campaña en una docena de estados que pueden inclinarse hacia el uno o el otro e influir en el resultado final. Son los apetecidos "swing states". Resulta inútil perder el tiempo en estados decididamente demócratas o republicanos.
Los estados clave más importantes, que pueden cambiar según el tipo de elección y el año, son aquellos con gran número de electores, como Florida (29), Pensilvania (20) u Ohio (18). Pero los pequeños también pueden influir y no deben ser ignorados.
Las horas de tensión empiezan a las 19:00 de la costa este cuando cierran los centros de votación en Georgia, Carolina del Sur, Vermont, Indiana y Kentucky. El último en cerrar es Alaska a las 06:00 a. m. del miércoles.
Los canales de televisión de Estados Unidos anuncian habitualmente los ganadores en cada estado, uno por uno, a partir de recuentos parciales de votación, encuestas a boca de urna y proyecciones propias.
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Habitualmente, los resultados en California, que aporta 55 grandes electores, son decisivos para saber el ganador final del escrutinio. Las cifras en este estado se conocen hacia las 04:00 a. m.
Este año, la incógnita sobre la identidad del nuevo ocupante o la nueva ocupante de la Casa Blanca podría estirarse hasta bien entrada la noche, si las encuestas finales son correctas y algunos de los estados, como Florida, se disputan palmo a palmo.
Además del sucesor de Barack Obama, los estadounidenses votan este martes para renovar toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Votan también por gobernador en 12 estados (entre ellos el asociado de Puerto Rico) y por una multitud de propuestas y cargos locales. Habrá además dos referendos sobre varios temas, incluyendo la legalización de la marihuana, en varios estados.