El tipo de vivienda en Costa Rica está en período de cambio. La última década significó pequeños avances en tendencias que se desarrollan a nivel mundial.
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en los últimos diez años las casas individuales han sido las reinas constantes. Sin embargo, lentamente las viviendas en edificios crecen. Los cambios también se evidencian en la tenencia de esos hogares y la posibilidad de tener casa propia.
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Solo en 2018 se construyeron 10,6 millones de metros cuadrados (m²). De estos, poco más de 3,5 millones son de construcción habitacional, de acuerdo con los datos del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).
Las estadísticas de la Enaho miden, específicamente viviendas ocupadas. ¿Cómo se relacionan estos números con las tendencias de venta y construcción?
A nivel de los trámites de solicitud, la construcción vertical y la horizontales mantienen un comportamiento estable en los últimos años. En promedio, la vivienda vertical representa un 25% mientras que la horizontal se deja el 75% restante, de acuerdo con Esteban Acón Rojas, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC).
En esta segunda categoría se engloban varios tipos de construcción, desde casas individuales, hasta residenciales o condominios.
Eso es lo que dicen los números y aunque la tendencia al cambio se evidencia lenta, el sector prevé que esas estadísticas muestren más cambios en el futuro
“La gran mayoría sigue pensando en tener su casa, con su patio y en horizontal, aunque los costarricenses, poco a poco, asimilan la idea de vivir en un edificio”, detalló Acón.
Mirar para arriba
Hay una tendencia fuerte de un grupo de costarricenses a vivir en condominios basados, principalmente, en ventajas asociadas. Por ejemplo, la seguridad y las amenidades que ofrecen la mayoría de estos desarrollos, de acuerdo con Acón.
El lento desarrollo de esta dinámica, aunque ascendente y respaldado por un movimiento mundial similar, corresponde a la realidad del país. “No todos los costarricenses tienen acceso a vivienda propia ni a crédito para una" , detalló el presidente de la CCC.
De acuerdo con los datos de la Expoconstrucción del 2019 recopilados por la CCC, el 40% de los asistentes no tenía acceso a los créditos ni oferta de la expo. Para la edición del 2020 las condiciones mejoraron debido al cambio en las tasas y condiciones anunciadas por los bancos.
Aún así, la dinámica internacional marca una ruta más acelerada que la nacional.
“Hay un movimiento mundial de que la gente está volviendo a las ciudades. Es una realidad y se da porque la gente quiere estar más cerca de los trabajos y no quiere pasar tanto tiempo en el transporte”, detalló Acón.
Sin embargo, las posibilidades no siempre van de la mano con los deseos. La restricción que limita el desarrollo de este tipo de viviendas es, nuevamente, el acceso económico.
De acuerdo con la ministra de Vivienda, Irene Campos, el acceso al suelo se complica por el valor de la tierra, pero también porque cada vez hay más áreas construidas. Sobre este escenario la construcción en condominio vertical resulta más llamativa y eso se refleja en la oferta.
“Nosotros estamos enfocados a este tipo de vivienda y podemos afirmar que cada vez son más los compradores que prefieren vivir en edificio por seguridad y conveniencia”, según la desarrolladora Argo Estrategia.
A la dificultad para acceder a créditos que cubran el alto costo de este tipo de construcciones, se suma el menguado crecimiento de la economía nacional, los salarios estancados y el alto nivel de endeudamiento de los ciudadanos. Este último punto ha desencadenado incluso en un plan de salvamento promovido por el Gobierno.
Huella pequeña
Aunque la oferta en espacios como Expoconstrucción y otras ferias dedicadas a vivienda demuestran que hay una variedad amplia en el tamaño de las casas que se construyen en el país, los espacios más pequeños son otro de los puntos que se suman a la dinámica global que avanza en Costa Rica.
“Las condiciones de los costarricenses actualmente los tienen más restringidos y esto hace que tengan que aspirar a construcciones más pequeñas. Por supuesto que la oferta se adapta a las necesidades de la mayoría”, detalló Acón.
Esa oferta de viviendas de una habitación, lofts e incluso sin parqueo y sin bodega, hoy se ofrecen para abaratar costos. Estos responden a la evolución de la dinámica de huella pequeña, según Campos.
“Efectivamente los números indican claramente dos cosas: cada unidad habitacional tiene menos metros cuadrados y están evolucionando de huella pequeña”, detalló la ministra. La huella de una edificación es el área construida vista desde arriba.
Esta contracción del tamaño también responde a otros factores. Las familias son menos numerosas, pero además el suelo es más caro y hay restricción con el uso del espacio, lo que hace que se trate de usar lo más eficientemente posible, de acuerdo con Campos.
Esta dinámica de huella pequeña ha permeado incluso en los hogares de interés social. "Es casi imposible realizar otro tipo de urbanización en la Gran Área Metropolitana (GAM) por el costo del suelo”, explicó la ministra.
Alquiler, ¿la solución?
La dificultad de acceso a créditos altos que permitan comprar un terreno para construir o un apartamento en torre con amenidades que compensen un espacio reducido, son motivos que impulsan que el país se muevan hacia otra dirección: el alquiler.
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De acuerdo con los datos de la Enaho, las personas que alquilan su casa aún están muy por debajo de los que tienen casa propia. Sin embargo, es una dinámica que internacionalmente se ha dado la vuelta, según Acón.
La elección de alquilar dentro de las zonas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población del país, está marcada por ciertas características, de acuerdo con Campos. Son edificaciones pequeñas, pero con mucho espacio público y bien localizadas.
“Es la tendencia urbana, huellas pequeñas para dejar espacios grandes alrededor”, detalló la ministra.
Apurada por las condiciones económicas, la dinámica del alquiler se divide de dos maneras. Están las personas que quisieran optar por casa propia pero no pueden costearla y los que prefieren el alquiler sobre invertir en un préstamo para vivienda.
“Antes no se oía de proyectos que estaban concebidos para alquiler, hoy sí”, explicó Acón. Con base en esto varios desarrolladores ya apuntan a este tipo de mercado de manera directa. Por ejemplo, en la Expoconstrucción 2020 hubo oferta específica para este público.
La Lillyana Urbanismo fue una de estas. La desarrolladora ofrece tres opciones distintas para los diversos públicos: venta, alquiler y alquiler con opción a compra en el Condominio Torres de Velarde ubicado en Heredia.