El mar es el próximo objetivo de la producción eléctrica nacional. Está en la mira del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y la Universidad de Costa Rica (UCR) ya estudia los diversos potenciales que ofrece el océano para producir energía.
La fuerza de las olas, las corrientes marinas, los cambios de temperatura del agua; y el viento, son los cuatro posibles orígenes de energía marina.
Con una matriz energética compuesta en su mayoría por fuentes de producción renovables, el ICE estima que a futuro las ventajas que ofrece el mar son varias. El territorio marítimo de Costa Rica es diez veces más grande que el terrestre y los primeros estudios revelan cientos de kilowatts disponibles en las olas de la costa pacífica. Además, la energía extraída es renovable y baja en gases de efecto invernadero. En contra está el precio y lo incipiente de la tecnología.
Hay tiempo para estudiar la posibilidad con calma pues la necesidad del país de incursionar en este tipo de producción no es alta.
Costa Rica produce suficiente energía para abastecer el mercado nacional actual y la demanda proyectada para los próximos años, de acuerdo con el ICE. En ese escenario, la institución propone estudiar la “nueva” posibilidad, sin pensar aún en inversiones ligadas a la producción, al menos en la próxima década de acuerdo con Rodrigo Rojas, investigador del departamento de Planificación y Desarrollo Eléctrico del ICE.
¿Entonces, por qué es importante para un país como Costa Rica iniciar el camino?
Más de 10 años a futuro
El aprovechamiento de la energía marina no está a la vuelta de la esquina, sino en unas cuantas décadas en el futuro, de acuerdo con Bruce Cameron, presidente de Conferencia Panamericana de Energía Marina (Pamec, por sus siglas en inglés), que se desarrolló en Costa Rica.
“La pregunta debe ser, en 20 ó 30 años, cuando el país sea carbono neutro, ¿cómo se van a abastecer la economía?”, declaró el especialista.
Bajo esa perspectiva, Costa Rica debe pensar más allá de la electricidad y buscar abastecer con energías limpias sectores como el transporte y la industria. Para lograrlo es necesario que las acciones se empiecen a desarrollar ya, para que cuando la energía sea requerida, el país la pueda producir y tomar ventaja.
“Hay que tomar decisiones que tal vez no generen ganancia por unos años, pero si no se empieza hoy, no se va a estar listo para cuando llegue el futuro”, agregó.
Producción eólica offshore
Europa ha sido el foco en el que la investigación de la energía marina se ha desarrollado en los últimos años, de acuerdo con Cameron.
La mayoría de las tecnologías están apenas en desarrollo y los primeros prototipos buscan extraer el potencial de las olas, las mareas y los cambios de temperatura en el agua. Sin embargo, la producción a través de turbinas eólicas mar adentro ya muestra resultados importantes y hay más camino recorrido.
Inicialmente la producción eólica costa afuera (offshore) presentó el mismo problema que la mayoría de tecnologías incipientes: era cara.
El comportamiento de los precios en este tipo de producción, es similar al que ha tenido la generación solar, según apunta Rojas. Con el paso de los años, las investigaciones y los avances hacen que se vuelva un método accesible y para ese momento, el ICE estará listo para incorporarla en su matriz. Al menos, esa es la expectativa de la institución.
En Reino Unido, las llamadas “granjas eólicas” costa afuera no son nuevas. Existen 33 en las distintas costas británicas y otras cinco están en proceso constructivo, de acuerdo con datos de The Wind Power, una organización dedicada a la recolección de datos sobre producción eólica.
Una de las principales empresas desarrolladoras de esta tecnología es Orsted. Son los administradores de 11 de las plantas y crearon la primera “granja” de este tipo en 1991. El total de la producción eólica de estas plantas es de 3,7 Gigavatios (GW), suficiente para abastecer 3,2 millones de casas.
Tras el inicio en el aprovechamiento del potencial eólico offshore, el Reino Unido avanzó en la investigación para aprovechar el resto del mar.
Albergan actualmente 23 desarrollos de dispositivos de mareas y 22 prototipos de olas. Además, en el 2019 Escocia generó diversas matrices de mareas. Todo forma parte de una apuesta del país para potenciar la extracción de energía de los océanos.
“La infraestructura estratégica está siendo construida a nivel nacional para fomentar la entrega de energía marina” según detalló el informe UK Marine Energy, producido por el Consejo de Energía Marina de Reino Unido en 2019.
Sin embargo, en Costa Rica aún no existen datos sobre la capacidad de producción de energía eólica mar adentro. La preferencia inicial del ICE por esta tecnología sobre otras se debe, según Rojas, a la pericia acumulada en turbinas terrestres.
Miles de megas en las olas
Más allá del viento, la investigación del país avanza hacia las olas. Esta arista es aún más incipiente a nivel mundial, de acuerdo con George Govaere, coordinador de la Unidad de Ingeniería Marítima de Ríos y Estuarios (Imares) de la UCR.
“Con la excepción del offshore eólico, del resto de los modelos de producción energética marina a nivel mundial solo hay prototipos”, explicó.
La UCR tiene cinco años trabajando en la caracterización del clima marítimo, para entender cómo poder extraer la energía de las olas. Para iniciar esta investigación el Imares se basó en un estudio contratado por el ICE en el que se realizó un barrido a gran escala que determinó el potencial de todos los tipos de energía marina en Costa Rica. El método con más capacidad fue a través de las olas.
“El 90% de la energía que se puede sacar realmente es del oleaje. Hay que revisar cuáles prototipos son más fácil de adaptar”, declaró Govaere.
Basándose en ese número, Imares calculó el potencial promedio mensual de producción de energía a lo largo de la península de Nicoya.
“El potencial de las olas en el lugar estudiado es de alrededor de 15 watts por metro lineal y estamos hablando de cerca de 50 kilómetros", explicó Henry Alfaro, investigador del Imaes. Es decir, la capacidad de generación sería de alrededor 750 Megawatts (MW) disponibles. Estos números son promedios, pero clasificados en períodos de tiempo específicos dan rendimientos mayores en algunos meses del año.
En contraste la planta Reventazón, que es la hidroeléctrica más grande del país, tiene una capacidad instalada de 306 MW.
Determinar cuál es el prototipo adecuado para la futura extracción de la energía de las olas y qué modificaciones necesita para ser eficiente en las costas costarricenses, es el objetivo final de la investigación que realiza la UCR.