El triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la principal potencia productora de petróleo del mundo, podría cambiar la proyección de los precios de esta energía fósil para los próximos años.
La posible adopción de políticas de protección ambiental más contundentes por parte del demócrata, y un planteamiento que viene tomando fuerza desde años atrás sobre la sustitución del petróleo por fuentes de energía más limpias —como la solar, la eólica y el hidrógeno— plantean un panorama poco optimista para quienes abogan por la recuperación de los precios en el mercado internacional del crudo.
No obstante, los resultados alentadores de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer, y una serie de ajustes para equilibrar el mercado —en específico la demanda— de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), sirven de contrapeso y pueden influir en una leve mejora de los precios y la demanda a corto plazo.
En relación con el factor Biden, a pesar de que el demócrata tenga pretensiones más ambientalistas, hay que considerar que él no tiene el control del Congreso de los Estados Unidos, por lo que se limitarían un poco sus acciones.
Según el ingeniero Erick Solano, director de Comercio Internacional de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), la proyección de precios para el 2021 se cortó luego de conocerse el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
“Citi cortó la proyección de precios del Brent y del WTI de los crudos, el Citi sí los coloca encima de los $50 por barril, el Brent en $54 y el WTI en $49, este es el primer pronóstico que veo, sabiendo el resultado de las elecciones estadounidenses”, señaló Solano.
Esta información que brinda el ingeniero fue publicada el lunes 9 de noviembre por Reuters.
La agencia de noticias además agregó que los futuros precios del Brent subieron más del 2% ese lunes “después de que la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos impulsara el apetito por activos más riesgosos y compensara las preocupaciones por el impacto en la demanda de petróleo del empeoramiento de la pandemia del coronavirus”.
Por otro lado, ese día también se conoció la noticia de los prometedores resultados de la vacuna de Pfizer, lo que provocó un aumento del 8% en el precio del petróleo, su mayor ganancia diaria en más de cinco meses.
El crudo Brent aumentó 7,8%, es decir, $2,5, mientras que el crudo de Estados Unidos WTI creció 8,48%, es decir, $3,15%. Ambos precios quedaron por encima de los $40.
Asimismo, los mercados del petróleo también aumentaron después de que Arabia Saudita sugirió que podrían ajustar su actual pacto de reducción de la oferta, tal vez sacando más barriles del mercado si la demanda se desploma.
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Efectos en Costa Rica
Los precios del petróleo han sido relativamente estables en los últimos meses del 2020, tuvieron variaciones pero no muy amplias como en otros momentos.
Según datos brindados por Recope, en cuanto al precio histórico del petróleo y del promedio general a octubre de 2020, el precio del crudo actualmente se ubica en $40 por barril. Asimismo, los productos terminados rondan los $48 y $50. El diésel se acerca a $45 por barril, por lo que, a nivel general, los precios se mantuvieron dentro del rango de los $40 y $50 por barril.
La principal fuente de demanda de divisas de Costa Rica hasta antes de la pandemia era la importación de combustibles derivados del petróleo, por lo que Melvin Garita, gerente general de BN Valores, explica que este panorama de precios estables, o incluso con algunas presiones a la baja, nos benefician desde el punto de vista de lo que se conoce en el ámbito económico como “términos de intercambio”.
“Se generan ahorros en la salida de divisas de nuestro país, y es una tendencia que conforme adoptemos más tecnologías que utilizan este tipo de energías limpias o verdes, pues definitivamente va a ir aminorando esa demanda de divisas del exterior. Claramente, tenemos que desarrollar a lo interno esas fuentes de energía que nos permitan suplir ese cambio en los patrones de consumo”, indicó Garita.
Añadiendo a esto, Carlos Conejo, profesor de la escuela de economía de la Universidad Nacional, afirma que el triunfo de Biden podría impulsar un apoyo financiero a los proyectos de sustitución del petróleo por energías limpias, y que eso sería ventajoso para Costa Rica.
Además, explicó que al mantenerse los precios del petróleo en las condiciones actuales se beneficia la economía costarricense por ser el país un importador neto de los productos terminados.
“El país ha apuntado en otra dirección, precisamente como una nación muy respetuosa del ambiente, y esa es una imagen muy importante de mantener a nivel mundial. Con la línea de promover las energías limpias, aunque no haya un efecto tan directo y tan grande, creo que habría una mayor inclinación con la nueva administración Biden de apoyar medidas para el fomento de energías alternativas al petróleo”, indicó Conejo.
En contraste, Solano afirma que Biden puede llegar a tener un efecto positivo en los precios del mercado, pero para los países productores del petróleo pues el demócrata podría limitar algunas zonas o formas de producir petróleo que se utilizan actualmente en Estados Unidos, lo que cortaría la oferta y ayudaría a la recuperación de los precios.
Asimismo, ayudaría a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y asociadas (OPEP+) logren producir un poco más cerca de su capacidad o corten aún más el volumen que tienen en este momento.
“Un tema es el cómo nos visualizan a nosotros, que sí podría ser en la línea de Biden, y otro muy diferente los precios del mercado, en el cual hay demasiados factores involucrados como para afirmar, desde ya, que no nos vamos a ver favorecidos. Es algo que no podemos controlar”, señaló el director de Comercio Internacional de Recope.
Crisis histórica y futuro incierto
La crisis del mercado en este 2020 es algo totalmente nuevo. Nunca antes en la historia había existido una crisis de demanda de petroleo. Esto se refleja en una fuerte disminución del consumo por la pandemia tanto de hidrocarburos como en la caída de la actividad económica.
“Estamos ante un panorama donde la recuperación de la demanda global está ahí, pero es una recuperación anémica”, señaló Alberto Franco Mejía, economista de Ecoanálisis.
Según el informe mensual de la OPEP publicado el 11 de noviembre, la organización anticipa que la demanda global debería alcanzar los 96,2 millones de barriles diarios (mbd) para el próximo año.
Esos ajustes tienen en cuenta “la degradación de las perspectivas económicas de los países desarrollados de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) a causa de las medidas restrictivas relacionadas con la COVID-19 y los efectos negativos que comportan en la demanda de carburante para transportes e industria, hasta mediados del 2021”, destacó la OPEP.
Asimismo, la OPEP+ actualmente está cortando 7,7 millones de barriles por día (bpd), y considerando reducir esos recortes a 5,7 millones bpd a partir de enero. Si la OPEP mantiene los límites actuales de la producción, se endurecería la oferta y se producirían precios más altos.
Para los próximos dos y tres años, las proyecciones se ubican alrededor de un precio West Texas Intermediate (WTI) de $40 por barril para el 2021; de $41.5 por barril para el 2022; y $42.30 por barril para el 2023.
Solano, director de Comercio Internacional de Recope, la expectativa de la OPEP es llegar en algún momento a producir cómo se producía antes. Sin embargo, en el último mes se agregaron al mercado los barriles procedentes de Libia (+299.000 barriles diarios en octubre), los cuales la organización no tenía contemplados. Este aumento en la producción de Libia provocaría una mayor oferta, y una baja en los precios.
Asimismo, los miembros clave de la OPEP desconfían del presidente electo de Estados Unidos Joe Biden pues podría relajar las medidas sobre Irán y Venezuela, lo que podría significar un aumento en la producción de petróleo que haría más difícil equilibrar la oferta y la demanda, señaló Reuters.