Es clave que las empresas, sin importar su tamaño o su capital, desarrollen y evalúen la propiedad intelectual de su negocio, esos bienes intangibles que devienen del talento y la capacidad de innovación del ser humano, que son activos de la empresa y que muchas veces no se encuentran protegidos en su totalidad.
Para empezar, es esencial señalar que la propiedad intelectual se debe proteger al inicio del negocio y no en la fase del producto final, que es cuando muchas veces nos preocupamos por su protección, sin tomar en cuenta que los productos o las creaciones ya han sido probablemente conocidas por varias personas y son potencialmente vulnerables, e incluso que podemos tener activos de propiedad intelectual en el mercado ya posicionados, sin que sea posible su protección o tutela, debido a que no se pensaron desde esta perspectiva.
No obstante, ¿qué se entiende por activos de propiedad intelectual?
Aún cuando pareciera una defición sencilla, va a depender del negocio del que se trate, y de ahí la importancia de una valoración previa, pero en general podemos señalar las marcas, los diseños, las señales de propaganda o eslóganes, las patentes, los modelos de utilidad, los modelos industriales, los derechos de autor y todos los contratos que se deriven de estos.
Pasos de la buena estrategia
Hay varias etapas que se deben seguir para proteger la propiedad intelectual del negocio, lo cual no significa que se debe pretender alcanzar todas estas fases, ya que esto dependerá de las necesidades de la empresa, y así como para algunas gerencias puede resultar esencial alcanzar todas estas diferentes categorías, para otras empresas bastará con alcanzar la primera etapa.
Primera Etapa : Se debe definir ¿cuáles son los activos de Propiedad Intelectual con los que cuenta la empresa?
Es importante realizar un inventario de los activos de propiedad intelectual con los que cuenta el negocio y definir cuál es la mejor forma de protegerlos.
Segunda Etapa : Realizar una valoración de los activos de propiedad intelectual, desde la perspectiva de las fortalezas del negocio y oportunidades del negocio y determinar cuáles activos se deben seguir manteniendo y defendiendo y hasta de cuáles puedo prescindir, sin dejar de lado la forma en que debo de proceder en cuanto a estos.
Por ejemplo, es recomendable valorar si todas las marcas que tengo registradas son necesarias actualmente para el negocio o si puedo vender o licenciar algunas de estas.
Tercera Etapa : Alinear la estrategia de Propiedad Intelectual con la misión y visión Corporativa en todos los niveles de la empresa.
Lo anterior pretende que la estrategia sea transversal, desde las gerencias hasta los distintitos departamentos y todos los colaboradores de la organización, de forma tal que se cree conciencia de la adecuada protección de estos activos y se pueda evitar potenciales vulnerabilidades a lo interno de la empresa.
Cuarta Etapa : Volcar la mirada a estrategias de protección y de creación de activos de propiedad intelectual en otras áreas de la empresa que no han sido explotadas y que pueden resultar en negocios rentables, lo que se conoce como non-core business , que pueden ser oportunidades de negocio que no se han medido estratégicamente.
Quinta Etapa : Incentivar la creatividad, promover a la empresa tanto a nivel interno como externo por su capacidad de innovación en la industria nacional. Destacando los logros de esta y el impacto que esto genera en la sociedad.