Los países emergentes, en busca de nuevos motores de crecimiento, y algunos de ellos golpeados por el derrumbe del precio del petróleo, pueden convertirse en víctimas colaterales de la crisis en Rusia y de la consecuente desconfianza de los mercados.
De momento es la propia Rusia la que peor sale librada: pese a una fuerte subida por el banco central ruso de su principal tipo de interés (de 10,5 a 17%), el rublo prosiguió este martes su derrumbe y perdía 20% mediada la jornada.
Rusia, gran exportador de hidrocarburos, podría ver caer su economía entre el 4 y el 5% en 2015 si los precios del petróleo no suben de $60, según advirtió el banco central ruso. Este martes, la dirección que tomaba el crudo era la opuesta: el barril abrió el Nueva York a $55, un mínimo en cinco años y medio.
La agencia de calificación Fitch considera este martes que de todos los demás países petroleros, los más vulnerables ante esta situación son Venezuela, Nigeria y Bahreïn.
Venezuela es incluso percibido como el más frágil entre estos productores: pese a tener las mayores reservas de petróleo del mundo sus finanzas están en un estado paupérrimo, en casi total dependencia del petróleo del que obtiene 96% de sus divisas.
En cambio, los demás países exportadores, como Arabia Saudita o Kuwait, han acumulado suficientes reservas en divisas como para hacer frente a esta brusca caída de las cotizaciones del crudo.
En lo que respecta a los países emergentes consumidores de petróleo, la baja de la factura petrolera es una buena noticia, que podría evitar una repetición de la crisis financiera del verano boreal de 2013.
Entonces, ante la perspectiva de un endurecimiento monetario en Estados Unidos, los inversores habían sacado capitales de los países emergentes, haciendo caer sus divisas y desestabilizando sus equilibrios financieros.
Esta vez, un petróleo menos caro abre una oportunidad para los países más frágiles, asegura Ludovic Subran economista del asegurador Euler Hermes.
Estos países pueden permitir que sus divisas pierdan algo de valor, lo que es positivo para sus exportaciones, sin el temor a agravar demasiado sus déficits comerciales ya que sus importaciones de petróleo, en dólares, cuestan menos, explica el experto.
Queda, en fin, la situación en China, segundo consumidor mundial de petróleo: si la economía del gigante asiático se ralentiza, su consumo de crudo se reducirá, los precios seguirán cayendo y, por tanto, sufrirán aún más los grandes exportadores como Rusia o Venezuela.
De forma más general, la crisis en Rusia puede contagiarse a los países emergentes y "fragilizarlos de forma duradera", según Philippe Waechter, economista de Natixis AM.
Por su lado Sébastien Barbé, de Crédit Agricole CIB, opina que se asiste de momento a una "ligero contagio" desde Rusia hacia otras economías emergentes.
El analista cita a la libra turca, que este martes cayó a su mínimo histórico ante el euro y el dólar, debido a factores políticos internos pero también a una creciente "aversión al riesgo" en los mercados ante los países emergentes.
"Cuando se inicia un contagio, como es el caso actualmente, no hay discriminación en un primer momento" y los operadores "tienen la tentación de vender todo lo que consideran un poco arriesgado", explica Barbé.