Mencionar el nombre de Kevin Casas Zamora, es recordar unos de los capítulos de mayor efervescencia política y social que vivió Costa Rica. Es regresar al 2007, cuando el país se dividió entre quienes apoyaban el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y quienes lo rechazaban.
En esa confrontación, el “memorándum del miedo” es un tema ineludible. Aquel documento suscrito por Casas, cuando era vicepresidente de la República y Fernando Sánchez, entonces diputado oficialista; desató las críticas por recomendar acciones para infundir miedo en la población y promover el apoyo al TLC.
Ya pasaron 11 años desde aquel convulso momento que culminó con la renuncia de Casas a sus puestos en el gobierno. El abogado y politólogo decidió exiliarse políticamente y confiesa que atravesó por un complejo proceso para superar el capítulo del memorándum.
El presidente de la República, Carlos Alvarado, invitó a Kevin Casas a formar parte de una comisión especial para proponer iniciativas con el fin de reformar el Estado costarricense en momentos en cuales el déficit fiscal ahoga las finanzas públicas y el multipartidismo entorpece el trámite de las leyes necesarias para el país.
Casas, quien ha trabajado durante más de dos décadas como asesor en diferentes procesos de reformas del estado y electorales en diferentes países de América Latina, es claro y asegura que Costa Rica no puede esperar más para hacer cambios en la "arquitectura constitucional del Estado".
Pese a las críticas de sus detractores, quienes revivieron el "memorándum del miedo" y cuestionaron al Gobierno por abrirle la puerta a la comisión, Casas defiende que nadie en este país puede descalificarlo por falta de conocimiento para hacer los aportes que el Presidente le solicitó.
Esta es la entrevista que sostuvo EF con Kevin Casas el pasado jueves 28 de junio.
- ¿Por qué decidió participar en la comisión de reforma al Estado que convocó este Gobierno?
- Bueno empiezo por lo más obvio, yo no sé quién le puso el nombre de 'comisión de notables', pero así no se llama, a mí me parece que ese es un error desde el punto de vista político, da la idea de una especie de concilio medieval cerrado a toda influencia externa y esa no es la idea, pero la comisión no debe ser eso.
"Hay claridad en los miembros de la comisión de que hay que abrirse a las opiniones de la ciudadanía".
- ¿Por qué aceptó?
- Básicamente me siento muy honrado de que el presidente Carlos Alvarado me haya pedido ayudar en este tema, creo que es algo que puedo hacer.
"Es un tema en el que, desde diferentes vertientes, desde el ámbito de los sistemas electorales, desde el ámbito de los sistemas políticos, desde el ámbito de las reformas a la administración pública, yo he venido escribiendo y trabajando durante muchos años".
- ¿Cuál es el tema más urgente que tiene el país en este momento, la reforma del Estado o el déficit fiscal?
- Creo que puedo aportar algo, en un tema que me atrevo a decir que, si no es el más urgente que tiene el país, porque hay otros temas como el fiscal, sí estoy casi convencido de que la reforma del Estado y sus signos de debilidad es posiblemente el tema más importante que tiene el país entre manos.
"Si no se hace una reforma del Estado es muy difícil hacer todas las otras reformas que nos urgen porque los procedimientos para tomar y ejecutar decisiones en el Estado costarricense están atrofiados".
- ¿Por qué entrar en un tema tan poco atractivo políticamente como lo es una reforma del Estado?
- Es cierto. Yo creo que parte del arte para que una comisión, un esfuerzo de este tipo tenga éxito, consiste en explicarle a la gente cuál es la conexión entre la disfuncionalidad del Estado y su nivel de bienestar.
"Yo creo que mientras el Estado costarricense no reforme profundamente la manera en que toma decisiones y las ejecuta, las políticas públicas que inciden en el bienestar de la población difícilmente van a mejorar sus resultados.
"Entonces esa conexión entre cómo la reforma política incide en la lucha contra la pobreza, cómo incide en el acceso de la población a mejores servicios de salud, cómo incide en el desastre que tiene este país en materia de infraestructura. Esa es la conexión que urge más hacer, hay que hacer pedagogía".
- ¿Qué puede ser diferente con esta comisión de reforma al Estado con respecto a otras comisiones del pasado que no tuvieron resultados prácticos, como la de notables que operó en el gobierno de Laura Chichilla?
- La respuesta corta es: no sé todavía. Creo que es un grupo de gente plural y muy valiosa, Rodolfo Piza, ministro de la Presidencia, ha insistido mucho en eso, de otra manera no me hubieran convocado a mí y es eso es algo que agradezco.
"Yo creo que una diferencia importante es el momento en que se está convocando esta comisión, creo que el hecho de que sea al inicio de la administración ayuda. El esfuerzo previo similar a este que se hizo en la administración de Laura Chinchilla con la llamada comisión de notables, que, dicho sea de paso, produjo un informe de estupenda calidad.
"Yo algo sé de estos temas y no me impresionan fácilmente y ese es un esfuerzo de primera que se hizo en esa comisión. Creo que eso de alguna manera quedó trunco, no diría que se mal logró porque la verdad que el informe quedó plasmado en un documento que va a ser muy útil para el trabajo de esta comisión, pero digamos que no se obtuvieron los resultados que se esperaban porque en ese momento ya la administración Chinchilla Miranda estaba muy desgasta políticamente y tenía muy poco músculo político para llevar adelante la agenda legislativa que suponían las conclusiones y recomendaciones del informe, entonces creo que ahí hay una diferencia importante".
- ¿Es este el mejor momento para convocar una comisión de reforma del Estado?
- Yo creo que la otra gran diferencia que hay de esta comisión con las anteriores, es que los síntomas de disfuncionalidad política se nos han ido acumulando de una manera muy extensiva, o sea son mucho más visibles hoy de lo que eran hace cinco o diez años, entonces yo creo que ya la actitud de negación de que nuestra democracia y el Estado tienen graves problemas de disfuncionalidad, esa actitud ya no es posible y en eso me parece que hay una consciencia generalizada.
- ¿Cuáles son los objetivos primordiales de los integrantes de esta comisión convocada por Carlos Alvarado?
- Primero, de abrirse a las opiniones de la ciudadanía, de no hacer de esto un ejercicio cerrado que creo que lo condenaría políticamente, para ser muy franco. Si no se tienden los puentes, no únicamente a los actores que inciden en la toma de decisiones y que eventualmente tendrían que adoptar reformas legislativas y demás, sino también a grupos de la sociedad civil y a otras voces que han opinado y que tienen cosas que decir sobre este tema, creo que se cometería un gran error, esa no es la actitud de la comisión. La actitud de la comisión hasta donde lo percibo es de una gran apertura.
"Lo segundo y lo más importante, es que la comisión hasta donde puedo ver no está en la disposición de hacer tabula rasa y volver a reinventar la rueda, sino todo lo contrario, construir sobre todo lo que ya se ha andado en este tema porque los insumos que hay y que están disponibles son realmente, en algunos casos, de primera calidad".
- La propuesta del Ministro de la Presidencia es que trabajen durante dos años y rindan informes mensuales que se conviertan en proyectos de ley y decretos, ¿es esta la mejor metodología de trabajo?
- Sobre la metodología de trabajo eso está por definirse todavía, lo que hay son líneas muy generales que marcó don Rodolfo Piza en la primera reunión. La idea como yo la entiendo es que la comisión, en efecto, no rinda un único informe, así un big bang, sino una cosa más progresiva y que incluso ayude, ojalá, a legitimar el propio trabajo de la comisión en la medida en que vaya rindiendo resultados visibles en el corto plazo.
"Hay muchas cosas que tenemos que identificar, temas muy concretos sobre los se puedan hacer propuestas muy específicas, temas sobre los que haya un nivel razonable de acuerdo que en esa medida permitan llevarlos adelante con mayor facilidad".
- ¿Cuáles son los tres temas primordiales en los que debe enfocarse la comisión?
- Me parece que un tema clave es la proliferación absolutamente desaforada de controles sobre la función pública que tienen paralizado el Estado. Hay temas que hacen a la Contraloría General de la República (CGR), a la jurisdicción constitucional, a la Procuraduría General de la República (PGR) que me parece que deben ser revisados.
"Luego tenemos otro problema peliagudo que tiene que ver con la fragmentación del sistema de partidos y las complicaciones que introduce en la relación entre Ejecutivo y Legislativo, ese es un tema mayúsculo, porque lo que hemos visto en los últimos 25 años es que los presidentes de la República no tienen mayoría legislativa lo cual hace tremendamente complicado llevar adelante una agenda política por la que presumiblemente la gente vota.
"Después hay otros temas que tienen que ver con la relación entre el Gobierno Central y las municipalidades, tiene que ver con los problemas graves que tiene el Estado costarricense, tiene que ver con la crónica debilidad de las municipalidades, debilidad en términos financieros, de recursos humanos; siendo que para muchos de los problemas clave de la calidad de vida de la gente hay una primera capa, una primera fase, un primer recursos que podría darle respuesta a muchas necesidades cotidianas de la gente en términos de los servicios y los bienes públicos que reciben, esa primera capa que son los gobiernos locales no están funcionando bien".
- ¿Cuál es el principal problema de fondo que tiene el Estado costarricense en este momento?
- El tema de fondo es que tenemos un Estado que ya no está en capacidad de satisfacer las demandas y expectativas crecientes de la población y en esa brecha creciente se nos ha colado un enojo difuso que tiene manifestaciones políticas muy claras como lo vimos en la última elección. Ya hemos estado coqueteando con opciones populistas, con opciones antisistema desde hace ya un buen rato.
- ¿Cómo se le puede devolver al Estado la capacidad de resolverle problemas concretos a la gente?
- Yo creo que una parte importante de esa respuesta pasa por digitalizar procesos, digitalizar en serio las compras públicas para hacerlas más transparentes, para hacerlas más eficientes, para hacerlas más baratas. Yo creo que esa es una parte importante, digitalizar todo lo que se pueda la relación entre el ciudadano de a pie y las instituciones públicas que como todos sabemos se ha convertido en una pesadilla recurrente, o sea, la relación de uno con las instituciones públicas en Costa Rica, yo supongo que eso ha sido así en todo lado, pero aquí en Costa Rica es una pesadilla.
"Vaya usted y trate de poner un negocio. Yo creo que en la medida en que digitalicemos procesos vamos a estar ayudando muchísimo a que esa relación entre ciudadano e instituciones públicas se vuelva menos traumática.
"Esto no es un tema de meterle solamente tecnología, o sea, de nada sirve meterle tecnología si usted sigue haciendo las mismas cosas un poco más rápido. Yo creo que hay que rediseñar procesos, la digitalización del Estado supone un trabajo de reingeniería de procesos muy complejo y supone un trabajo muy cercano y muy complicado con los funcionarios públicos que en muchos casos se siente amenazados cuando se les habla de digitalización de procesos".
- Usted hablaba antes sobre la fragmentación del bipartidismo y el coqueteo de los electores con opciones populistas, ¿se debe mantener el sistema presidencialista?
- Esa fragmentación no tiene vuelta atrás, a mí me hace gracia cuando antes de cada elección aparecen los nostálgicos que avizoran en la distancia el regreso del bipartidismo, mire eso no va a pasar, ya no pasó.
"La pregunta operativa tiene que cambiar, ahora no es cómo hacemos para volver al bipartidismo, si no cómo hacemos para administrar esta fragmentación que tenemos del sistema de partidos que dificulta construir mayorías y tomar decisiones. Entonces, cómo hacemos para administrarlo de la manera más productiva posible, eso supone una discusión muy complicada y muy enserio sobre la arquitectura fundamental de nuestro sistema político.
"Hay que revisar si el régimen presidencial es la mejor forma de administrar esa fragmentación creciente y que no tiene vuelta atrás".
- Costa Rica tiene muchas instituciones públicas, cuando se habla de reforma del Estado es natural pensar en el cierre y reducción de estas entidades, ¿será ese un tema de análisis en esta comisión?
- Yo no sé si eso se piensa discutir o no porque no hemos tenido una reunión al respecto, pero le soy muy franco, ese es un tema políticamente tóxico en este país y lo ha sido por muchos años. Yo preferiría que por lo menos en una fase inician nos enfocáramos en algunas cosas, parte del arte del éxito que pueda tener esta comisión, es enfocarse inicialmente en algunas cosas que tengan más viabilidad política.
"Es decir, si uno empieza un proceso de reforma del Estado haciendo propuestas para cerrar instituciones y despedir un montón de gente, no va a llegar muy largo. A mí me parece que, a la hora de priorizar las discusiones y las propuestas de esta comisión, creo que hay que tener un fino sentido que identifique el balance entre el impacto potencial de las propuestas y su viabilidad política. Esos son los criterios que deben privar".
- El Gobierno trabaja un proyecto de ley de empleo público para mitigar el impacto de uno de los principales disparados del gasto público como lo son los salarios, ¿ustedes van a contribuir con propuestas para esta iniciativa?
- Yo no sé cómo es exactamente la línea que divide el trabajo de la comisión de reforma del Estado y la comisión de reforma administrativa, acordémonos de que son dos comisiones. Tengo la sensación de que los temas de empleo público si van a llegar a ser tocados como parte de este esfuerzo, lo van a hacer más en la comisión de reforma administrativa, pero podría estar equivocado.
"Aportar ideas por supuesto, yo creo que más allá del impacto fiscal que pueda tener, creo que es imperativo que este país se plantee en serio una reforma al empleo público, eso era así desde que yo estaba en el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) y ya era muy obvio que la gran heterogeneidad de reglas de empleo que existen en el Estado costarricense realmente genera todo tipo de problemas, disparidades, injusticias, y además, tiene un impacto fiscal considerable.
"Yo creo que ese es un tema al que cualquier reforma del Estado debe entrar".
- Hay instituciones muy grandes en este país como el ICE, Recope y la CCSS que tienen mucho personal y hay voces que cuestionan su rol actual, ¿van a analizar y proponer cambios para estas entidades públicas?
- Proponer ideas siempre se puede, pero como que uno diga que de esta comisión van a salir propuestas para replantear el papel de la CCSS, el ICE y Recope, respondo lo mismo, esos son temas políticamente muy sensibles, como bien lo sabemos, que yo no creo que sea la mejor forma de iniciar un esfuerzo de este tipo.
"Yo creo que la clave de esto es identificar aquellos temas concretos en los que se pueda avanzar más y más rápido y con mayor acuerdo, por eso, dicho sea de paso, este tema de la digitalización de procesos es tan atractivo, porque es muy difícil estar en contra de ese tipo de cosas".
- Pero ¿usted considera que se debe replantear el papel de instituciones como el ICE, Recope o la CCSS?
- Claro hay cosas de la CCSS y del ICE que a mí me preocupan, una de las cosas que me tocó a mí vivir cuando estaba en el gobierno y a cualquiera que pase por el Ejecutivo, es darse cuenta de que la CCSS y el ICE son estados dentro del Estado.
"Cuando me tocó a mí coordinar el Plan Nacional de Desarrollo, creamos todo un sistema para que agrupar a las instituciones del sector estatal en sectores, creo que eran diez sectores, entonces las instituciones nos tenían que mandar una lista de acciones priorizadas para todo el sector, esas prioridades iban a quedar vertidas en el Plan Nacional de Desarrollo.
"Todas las instituciones y todos los jerarcas colaboraron de muy buen grado y de verdad hicieron la tarea y nos mandaron todo bien ordenado, menos la CCSS. A la CCSS simple y llanamente no le dio la gana mandar las acciones prioritarias para su sector, ¿por qué?, porque es un estado dentro del Estado, entonces bueno, cómo hacemos para que esas instituciones que son pilares del sector público en Costa Rica no terminen como moros sin señor, es parte sobre esa discusión del modelo de Estado que tenemos".
- Una vez que el Gobierno anunció su nombre como parte de la comisión revivieron los recuerdos del "memorándum del miedo", ¿cómo toma las críticas en su contra 11 años después de ese episodio?
- Tienen todo el derecho de criticar mi designación, es parte de las bendiciones que este país ofrece, la de poder expresar una opinión sobre un tema de esta naturaleza. Yo lo que le puedo decir es que a mí me hace gracia cuando en las redes sociales, en Twitter en particular, me recetan, alguna gente que emite juicios muy duros sobre mí, un hashtag que dice yo no olvido y lo que me dan ganas de contestarles es yo tampoco.
"Yo soy el primero que no olvida lo que pasó hace 11 años, soy el primero que no para de lamentar lo que pasó hace 11 años, soy el primero que no para de estar consciente de que le debo una disculpa al país y la he hecho muchas veces, la hice desde mi carta de renuncia en el 2007, lo que pasa es que para alguna gente que asumió posiciones muy exaltadas durante la época del TLC, y yo lo hice también, ojo, yo también fui un responsable muy directo de esa exaltación que vivimos como país cuando tuvimos que decidir lo del TLC, alguna gente asumió posiciones muy exaltadas en contra del TLC, simplemente no está dispuesta a escuchar ninguna disculpa. Simplemente en oídos sordos no hay disculpa que entre".
- ¿Qué lecciones le dejó el episodio del "memorándum del miedo"?
- A mí me ha tomado muchos años procesar todo lo que pasó, ha sido un proceso largo y complejo desde el punto de vista humano que ha pasado por diferentes fases, un proceso de introspección de revisión de las propias actuaciones y del impacto que tuvieron en el país y he hecho lo que me parece que hace una persona razonable, revisar las propias actuaciones y sacar las lecciones correspondientes.
"Yo quisiera que mucha gente lo hiciera, yo creo que como país tenemos que revisar lo que pasó en la época del TLC y extraer algunas lecciones que nos sirven a todos y le digo una, yo creo que quizá la lección más importante al cabo de 11 años de lo que pasó en ese momento, es que el TLC no justificaba lo que pasó.
"Que nos dijimos y nos hicimos cosas que el tratado no las justificaba, se nos fue la mano y la implicación concreta de eso, y me parece que esto es bien importante, es que cada vez que en una discusión de política pública, sea sobre un TLC o sea sobre matrimonio igualitario, lo que sea; cada vez que aparezca gente de un lado y de otro lado de la cerca haciendo predicciones apocalípticas si el país no adopta la posición que ellos tienen, desconfiemos.
"Esa altisonancia verbal, esa exaltación retórica que vivimos en este país durante el TLC, creo que es un muy mal procedimiento para conducir nuestros debates públicos y yo esperaría que esa fuera una lección que a todos nos quedara clara, ciertamente a mí me quedó clarísima".
- ¿Está listo para regresar a la escena pública como parte de la comisión del gobierno de Carlos Alvarado?
- Yo no me ofrecí, a mí el presidente de la República me llamó y le agradezco enormemente y me parece además que es muy revelador que me haya llamado, creo que si algo hay que reconocerle al presidente Alvarado es que está identificando muy bien las señales de los tiempos.
"De la misma manera que la discusión sobre el TLC ha dejado una larga estela, creo que también lo que pasó en la segunda ronda de la última elección, el clima en los últimos días de la campaña era muy similar a lo del TLC, la virulencia verbal que había. Creo que también ese episodio puede dejar una larga estela y el presidente Alvarado me parece que está haciendo un esfuerzo consciente por evitarlo y es de reconocerlo".
- ¿Cuál va a ser la contribución de Kevin Casas en la comisión de reforma del Estado?
- Mi contribución la veremos según evolucione la comisión, pero una cosa le voy a decir, yo tengo más de 20 años de estar participando y asesorando procesos de reforma política y electoral en toda América Latina, incluso cuando estuve en la Organización de Estados Americanos (OEA), justamente una de las cosas que tenía a mi cargo eran los programas de asistencia técnica para los estados miembros que emprendían procesos de reforma del estado.
"Me parece que por lo menos debería considerarse que en medio de todo lo que ha dicho la gente que está en contra de que me hayan invitado a mí a ser parte de esta comisión, cosa a la que tienen todo el derecho, insisto, hay una cosa que no han dicho, nadie ha dicho que yo no sepa del tema.
"Nadie ha dicho que no tenga la capacidad de contribuir a la discusión. Bueno enfoquémonos en eso".