El nuevo presidente ejecutivo de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), Juan Manuel Quesada, recibió el timón de la institución con objetivos muy claros en mente: hacerla más eficiente para reducir precios y sembrar credibilidad ante la ciudadanía.
Quesada admite que ambas cosas son necesarias y que la primera incidirá en la segunda. Aunque buscará eficiencias en toda la cadena de valor de Recope, el nuevo jerarca enfoca sus esfuerzos a mejorar el precio al que se adquiere el combustible y que representan el porcentaje más grande de la tarifa que paga el consumidor final.
Con un gesto desenfadado y relajado, mangas arrolladas que dejan ver dos tatuajes en su antebrazo izquierdo, Quesada interrumpe su tiempo de almuerzo para conversar con EF acerca de su visión para Recope, en la primera entrevista que concede desde que asumió el cargo el 8 de mayo.
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Afinar compra
La base del trabajo de Quesada será mejorar la eficiencia de Recope, una institución que polariza la opinión pública del país entre quienes la defienden y quienes la critican; quienes desean mantenerla y quienes prefieren cerrarla.
“Sabemos que Recope tiene una imagen que, si uno pudiera calificarla, no es de cero es de menos 100”, dice entre bromas.
Quesada apunta a optimizar la compra de combustibles en los mercados internacionales, cuyo principal origen de importación actualmente es Estados Unidos. Para ello, el nuevo jerarca quiere introducir un método que, hasta ahora, la entidad no utilizaba: los contratos de futuros.
Conocidos comúnmente solo como “futuros”, este concepto se refiere a hacer compras por adelantado al precio del momento actual, con el fin de cubrir la demanda de meses venideros, cuando se prevé que el precio del combustible tiende al alza, por ejemplo.
Sin embargo, también se puede dar el fenómeno contrario: se compra al precio actual pero este podría reducirse. El mecanismo implica riesgos que se deben evaluar, entre ellos el riesgo de contrapartida o de insolvencia, que se produce cuando alguna de las partes no cumple el contrato a término. Es una apuesta hacia el futuro.
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Esta propuesta no es del todo nueva en el país. Durante la última campaña presidencial, el excandidato y ahora diputado del Partido Nueva República, Fabricio Alvarado, prometió reducir el precio del litro de gasolina en ¢200 mediante compras en el mercado futuro. Sin embargo, el jefe de estudios económicos y financieros de Recope, Freddy Martínez, aseguró en ese momento al diario La Nación que la estimación de Alvarado era “exagerada”.
Martínez agregó que Recope realiza las compras a través de licitaciones internacionales hasta por un año y que, ocasionalmente, cuando el precio es “bueno”, se le compra al buque que pase frente a las costas del país.
La entidad posee distintos mecanismos de contratación, según se explica en su sitio web. Estos se utilizan para la importación de petróleo, tales como la contratación por concurso o la contratación directa con gobiernos o empresas petroleras estatales extranjeras. Además, existe un reglamento institucional al respecto.
“En la medida en que hagamos las cosas, las hagamos bien, y estemos aportando a la competitividad, esa va a ser nuestra carta de presentación”.
— Juan Manuel Quesada, presidente ejecutivo de Recope.
El precio internacional del petróleo compone cerca del 60% a 70% del precio final para el consumidor costarricense, según Quesada, por lo que jugar con esa variable podría incidir en una reducción más significativa para los usuarios. Además, de todo el presupuesto de la entidad, el 90% se dedica a la compra de combustible.
“Una cosa que yo haga ahí pequeñita, o grande ojalá, va a incidir mucho en la tarifa final”, asegura el jerarca.
El precio del barril Brent, que es la referencia de los mercados europeos, supera actualmente los $110. Mientras el barril de West Texas Intermediate (WTI), referencia para EE. UU. ronda esa misma cifra. Pero esta materia prima sufre gran volatilidad, pues está a merced de los vaivenes geopolíticos y económicos. La guerra entre Ucrania y Rusia, por ejemplo, ha incidido en que el petróleo tenga una tendencia alcista.
Estos cambios abruptos es algo que Quesada quiere evitar con la puesta en marcha de la nueva metodología. No obstante, este proceso requerirá de la especialización de funcionarios una tarea en la que Recope ya está trabajando, aunque también se podría tercerizar, según Quesada.
El jerarca también dirige su mirada a otros elementos que la institución puede mejorar a nivel estratégico, a lo largo de la cadena de valor: disminuir los tiempos de carga de los cisternas, manejar mejor los inventarios u optimizar la descarga de los barcos petroleros y sus tiempos de espera. Sin embargo, también afirma que se está trabajando en un mapeo de otros factores a los que se le puede meter mano en el corto plazo.
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Por ejemplo, según el propio sitio web de Recope, los barcos de más de 140 metros de eslora tienen una restricción para atracar entre las 5:00 p.m. y las 5:00 a.m. por razones de seguridad, lo que genera mayores tiempos de espera.
Quesada no mencionó el impuesto único a los combustibles como uno de los componentes que modificarán.
La Asamblea Legislativa anterior avanzó en una iniciativa para rebajar ¢100 por litro de combustible durante seis meses, prorrogable por otro semestre. Sin embargo, el presidente Chaves mostró su oposición a esta medida solo un día después de ganar la segunda ronda, pues causaría “un problema más” en las finanzas del Estado, según dijo.
Reducir los riesgos de la volatilidad del precio de los combustibles a nivel internacional será el camino que seguirá Recope para tratar de reducir el costo a los consumidores en Costa Rica, una estrategia que podría tener resultados a largo plazo.
Credibilidad
La credibilidad ante la ciudadanía es el segundo pilar que guiará la gestión de Quesada, quien considera que la mejora en la imagen será consecuencia de lograr el primer pilar de la eficiencia.
“¿Cómo vamos a ganar credibilidad? Haciendo el primer pilar. En la medida en que hagamos las cosas, las hagamos bien, y estemos aportando a la competitividad, esa va a ser nuestra carta de presentación”, dice.
El jerarca quiere que los costarricenses se sientan orgullosos de tener una institución como Recope, algo que, admite, es “muy aspiracional”.
Un paso que dio la Refinadora en este sentido fue la decisión de encargarle a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) la responsabilidad de proponer y fijar las nuevas alzas en el precio de la gasolina.
Para Quesada, Recope arrastra tres lastres que le suman críticas: la refinería que no refina, la convención colectiva y el propio costo de los combustibles, cuyos aumentos se le achacan, inevitablemente, a la institución.
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Figura del sector
Quesada es abogado, con formación en el ámbito de la regulación de servicios públicos, especialmente en energía. Ocupó varios cargos en la Aresep, donde llegó a ser intendente de Energía.
Además, durante los últimos seis años se desempeñó en el organismo regulador del mercado eléctrico de Centroamérica, con sede en Guatemala, de donde llegó hace dos meses para asumir su actual puesto.
“No soy político, nunca he pegado una bandera, excepto la del Deportivo Saprissa (...). No conozco al presidente ni a los dos vicepresidentes ni a nadie del gabinete, y eso me da una gran libertad para trabajar”, afirma el nuevo presidente de Recope.