Durante los primeros siete meses de aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a servicios digitales transfronterizos, el Ministerio de Hacienda ya logró la meta de recaudación que se proponía para todo 2021. Recaudó ¢11.386 millones, un poco más del 0,03% del PIB que proyectaba en setiembre pasado (alrededor de ¢10.000 millones).
Que la recaudación haya sido mayor podría tener muchas explicaciones. La economista Adriana Rodríguez, gerente de Bolsa de Grupo Acobo, aseguró que las expectativas de Hacienda pudieron ser conservadoras, pues no se tenía información sobre el uso de estas herramientas en Costa Rica; y agregó que también podrían haber influido los patrones de consumo en medio de la pandemia del COVID-19, que se han “virtualizado”.
Lo mismo supuso el ministro de Hacienda, Elian Villegas, quien aseguró que el mercado de estos servicios ha resultado más amplio del que los técnicos de la cartera imaginaban.
La cifra recaudada se aproxima a los ¢11.386 millones que Hacienda ha percibido en los cuatro primeros meses de 2021 por concepto de Impuesto a la Producción del Tabaco, o a los ¢10.440 millones que ingresaron en ese mismo período por el Impuesto al Traspaso de Vehículos Usados.
Pese a que las cifras son favorables, el ministro Villegas asegura que una eventual recaudación de entre un 0,05% y 0,06% del PIB, en 2021, solo sería un pequeño empujón para Hacienda, que estima cerrar este año con un déficit del 7% de la producción. No sería suficiente para frenar siquiera una parte de las cuatro reformas tributarias que empuja el Gobierno en el Congreso, como parte de la agenda convenida con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La aplicación del tributo provocó dolores de cabeza a la administración desde mediados del año pasado. La coordinación con los bancos que realizan retenciones y la definición de los servicios a gravar no estuvieron exentas de conflictos.
Actualmente el gravamen cobra una tasa general del 13% sobre poco menos de 30 servicios distintos.
¿Qué servicios pagan?
Inicialmente el impuesto únicamente se cobró sobre 19 servicios digitales de los más de 100 que se identificaron en primera instancia.
Esos 19 servicios se establecieron en la resolución DGT-R-13-2020 y fueron Airbnb, Apple+, Apple Music, Dropbox, Facebook, Facebk, Google, HBO, iTunes, LinkedIn, Microsoft, Netflix, Nintendo, Norton, PlayStation, RiotGames, Spotify, Streamgames y, por un error de redacción, Sky.
Más tarde, en diciembre pasado, se incluyeron los servicios de Uber, Booking, Despegar.com, Aplaudir.com, DiDi, Disney+ y Expedia mediante la resolución DGT-R-42-2020.
Además, en ese documento se corrigió el “error material” en la palabra “Sky” que, según Tributación, en realidad quería hacer referencia a la aplicación de Skype.
Luego también se sumó Amazon, que se inscribió directamente ante Hacienda para hacer las retenciones de sus servicios, detalló Tributación.
El impuesto lo cancelan desde personas que consumen pequeñas cantidades en servicios de streaming, de juegos o de transporte; hasta empresas que pagan licencias de programas especializados, que pagan publicidad en línea o que implementan sistemas de antivirus.
La recaudación en los primeros siete meses del gravamen implica que los costarricenses (empresas y particulares) realizaron transacciones en este tipo de herramientas por cerca de ¢84.670 millones, en ese mismo período. Esa cifra es un 0,25% del PIB estimado para este 2021 por el Banco Central (BCCR).
Este mayor consumo del esperado tiene un efecto positivo para Hacienda, pero también permite apreciar un mayor impacto para hogares y empresas, según la economista Rodríguez.
“La sorpresa para Hacienda ha sido positiva porque la actividad era mucho mayor de la que se estimaba inicialmente, pero desde el punto de vista del usuario está siendo gravado más de lo que se hubiera imaginado, y eso representa un menor ingreso disponible. Quizás son rubros pequeños pero que se pagan en varias transacciones al mes y eso erosiona el ingreso”, afirmó
El gravamen impone un 13% adicional sobre el precio de todos estos servicios. Esa es la tasa regular del IVA para la mayoría de bienes y servicios.
Problemas de aplicación
La aplicación del impuesto primero se tuvo que posponer por solicitud de los bancos, cuando se iba a implementar a mitad de 2020, porque las entidades financieras pidieron una prórroga para afinar sus procesos de retención.
Luego, los problemas se centraron en la definición de cuáles servicios finalmente entrarían en la lista de la base imponible y en la aplicación final de algunas de las retenciones, recordó a este medio el socio director de Grant Thornton, German Morales.
El primer gran reto con el impuesto ya en marcha fue definir la base imponible del impuesto, lo cual implicó dejar por fuera la importación y la compra de mercancías, que ya están gravadas, para evitar una doble imposición.
“Inicialmente se quería gravar cualquier cosa que yo comprara por Internet, entonces no tenía sentido que yo pagara el IVA por un producto y luego también lo hiciera en la plataforma”, explicó Morales.
A partir de ahí, las inconsistencias surgieron por casos más específicos. Algunas personas, por ejemplo, han pagado servicios con tarjetas costarricenses para su consumo en el exterior (como hospedaje) y errores en la nomenclatura utilizada por empresas y bancos han ocasionado cobros irregulares.
Esas imprecisiones pudieron implicar un porcentaje de recaudación incorrecta, principalmente en los primeros meses del impuesto, según Morales.
Los rebajos del 13% los pueden hacer las propias plataformas cuando están registradas ante Hacienda o, en su defecto, como ocurre en la mayoría de los casos, los bancos emisores deben gestionar las retenciones.
Tributación sostiene que todos los problemas han sido abordados y que los fallos son comunes en cualquier aplicación de un nuevo impuesto. Así lo dijo a EF el director de Tributación, Carlos Vargas.
La DGT también mantiene en revisión periódica la lista de servicios digitales gravados que, por su naturaleza, varía conforme cambian las ofertas en el país.
El problema con los errores de cobro, asegura Morales, es que los trámites para redimirlos recaen sobre los mismos contribuyentes afectados y no sobre la administración.
“Esas inconsistencias generan devoluciones, pero esa es la parte nefasta del sistema, que cuando te retienen de más, tenés que ir a presentar el reclamo y eso no siempre ocurrirá”, afirmó Morales.