El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) pidió a la población fortalecer el seguimiento de los protocolos sanitarios contra la COVID-19 para reducir los niveles de contagio del virus en el país y revertir de esa manera la recomendación de no viajar a Costa Rica recién actualizada por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
“Está en cada uno de nosotros controlar la curva de contagio del COVID-19 respetando las burbujas sociales, el distanciamiento físico, utilizando la mascarilla y lavándonos la mano. La recuperación del sector turístico, el más afectado por la pandemia, pasa por apegarnos estrictamente a los protocolos”, indicó el ministro de Turismo, Gustavo Segura, a través de un comunicado de prensa.
Así reaccionó el Gobierno ante el pronunciamiento del principal mercado turístico para el país.
El ICT además relativizó la actualización y señaló que Estados Unidos modificó la recomendación para un 80% de los países a nivel cuatro (evitar viaje).
Según publicó el Departamento de Estado, el cambio responde a un “alto nivel” de contagio en Costa Rica.
Los números relacionados con infecciones del nuevo coronavirus en el país incrementaron abruptamente en las últimas semanas.
Costa Rica sumó 6.186 nuevos contagios de COVID-19 en la última semana, la cifra más alta de los últimos cuatro meses.
Hasta este 20 de abril, el país sumó 231.967 casos confirmados del virus, de los cuales más de 29.697 se encuentran activos. Han muerto 3.104 personas.
El aumento en los casos también implica mayores presiones a los centros de atención hospitalaria de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), en donde las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) ya registran 269 camas ocupadas (74%) de las 359 que puede habilitar la institución.
La recomendación estadounidense es un nuevo revés para el turismo costarricense, cuyo principal emisor de turistas es ese país.
El ICT registró el ingreso de 135.309 personas por la vía aérea desde Estados Unidos en el primer trimestre de 2021. Esta cifra es apenas un 39,7% de lo que ingresó en el mismo período de 2020, cuando apenas se registraban los primeros embates de la emergencia sanitaria en América.