La incertidumbre electoral se despejó a medias este 2 de febrero: la carrera de cuatro se reduce a dos, Johnny Araya del Partido Liberación Nacional (PLN) y Luis Guillermo Solís del Partido Acción Ciudadana (PAC), que deberán dilucidar en una segunda ronda, por segunda vez en la historia del país, el próximo inquilino de la Casa Presidencial de Zapote.
Solís logró su segunda victoria sorpresiva. Así como ganó en el PAC la candidatura presidencial a pesar de no aparecer en las encuestas, también logró una histórica remontada, al pasar de niveles de un 10% en las encuestas, a un tercio de la votación. Aunque el PAC tuvo la tendencia de atraer indecisos y desafiar mediciones en campañas anteriores, nunca habían logrado crecer 20 puntos en la recta final.
Desplazó a la otra sorpresa de la elección: José María Villalta, del Frente Amplio, el primer candidato de izquierda que tuvo posibilidades reales de alcanzar el poder, y que en algunas mediciones estuvo en primero y segundo lugar. Al final, el diputado del Frente quedó fuera de la contienda con un tercer lugar, que sin embargo, representa una victoria parcial para el diputado: el Frente pasó de 0,35% en las elecciones del 2010 a 17% en estos comicios, y su bancada pasa de una curul, a aproximadamente una decena de curules, al momento del corte de las 10:30 p.m, con un 73% de las mesas escrutadas.
Otto Guevara, del Movimiento Libertario, lograría ir a la Asamblea, pero es el gran perdedor de la jornada. De luchar por un segundo puesto, debió conformarse con un cuarto puesto, y es la segunda ocasión consecutiva en que se derrumba a la hora de las votaciones, luego de altas expectativas en encuestas. Además, la bancada del ML termina luchando por sobrevivir, al pasar de 9 diputados a apenas dos o tres, hacia el momento del corte.
Sin embargo, también es una gran decepción para el PLN, que urgía de ganar en primera ronda. En las encuestas, Araya no lograba derrotar a Solís en caso de que este se colara en segunda ronda. El PLN termina exhausto, y ya no tiene el factor del "miedo al comunismo" para tratar de buscar indecisos. Tampoco tiene la imagen de que es una gran maquinaria, ya que su presupuesto de casi ¢ 800 millones al final no logró aplastar a sus rivales. Y al final, requirió del voto en la zona rural y las costas, donde se ha atrincherado y logra ventajas, para compensar el creciente déficit electoral que tiene en la Gran Área Metropolitana.
Araya estuvo por meses solo en el liderato de la campaña, antes de desplomarse en las encuestas de la recta final. Ahora deberá apelar a la tradición, pero tiene el lastre de los dos gobiernos del PLN, y enfrentar una oposición que ahora tiene candidato.
Solís, por el contrario, tiene mucho para sonreír. Pasó de estar en un cuarto lugar en encuestas, apenas rasguñando un 8% del apoyo en diciembre y un 5% en enero, a un 30% de los votos, en un inesperado empate con Araya. Ahora luce como un aspirante más sólido: ya es una realidad y no una lejana posibilidad. Era el candidato más potable para indecisos, pero tenía el problema de que aparecía muy lejos de los primeros lugares y ser poco conocido, sin tiempo para repuntar. Eso quedó atrás. Asimismo, puede capitalizar el voto anti-PLN con relativamente pocos problemas.
Sin embargo, el PAC sigue teniendo serios problemas en las costas. Conforme se aleja de la ciudad y se acerca al campo y las playas, su caudal se debilita. Eso hizo que en elecciones anteriores (2006 y 2010) se dilapidara las ventajas que lograba en las regiones metropolitanas: requerirá de atraer el concurso de simpatizantes del Frente Amplio, que se mostraron sorprendentemente vigorosos en estas zonas.
Otro de los elementos notables fue el elevado abstencionismo, que llegaba a un 38% al momento del corte. Es el mayor nivel en la historia del país, por encima del 35% en 1958 y el 34,8% en el 2006, a pesar de las expectativas de que en el abstencionismo se reduciría del 30,9% de las elecciones del 2010, en parte por la gran expectativa que generó la carrera de cinco candidatos con posibilidades, inédita en estas justas electorales.
Al final, el alto nivel de indecisos, de un 20 a un 40% en las últimas semanas, también fuera de los niveles de anteriores justas, al parecer terminó por sumar una parte importante al abstencionismo.
Ahora, viene la segunda ronda. Un round adicional en solo dos meses, en abril. Como dato curioso, es la segunda vez que participa un Araya por el PLN: el hermano de Johnny, Rolando Araya, tuvo que ir a esa instancia en el 2002, la primera vez, luego de que solo lograra un 33% de los votos, ante el 38% de los votos de Abel Pacheco, del PUSC. En esa instancia, Pacheco se impuso con un 57%, ante un 43% del PLN.